Ciencias Sociales
El desorden de la educación. Ordenado alfab...
COP $ 62.000La educación se ha desordenado. Los ejes que sosteníamos hasta no hace mucho tiempo, parecen haberse perdido y la realidad nos supera cada día con un nuevo titular en los diarios. La violencia en las escuelas nos sorprende nos paraliza. La deserción escolar y los problemas de lectura muestran que nuestras escuelas necesitan un cambio en serio.Este libro critica con agudeza e inteligencia a la educación actual y muestra que no precisamos de una cosmética en la estructura del sistema educativo o un programa con más presencia en la televisión que en las escuelas. Necesitamos apostar fuerte por ejemplos, valores y saberes.En , Mariano Narodowski sale de la perplejidad y el desencanto que produce el desorden con propuestas para mejorar las escuelas. No se trata solamente de pedir mayor presupuesto educativo, de perfeccionar la convivencia en las escuelas o de aplicar nuevas tecnologías para la educación. Este libro postula, de la A a la Z, que todo eso debe ser combinado para producir una verdadera revolución educativa que establezca prioridades, poniendo en el centro de la educación a los niños, a los jóvenes, al conocimiento y a los valores compartidos.Este libro critica con agudeza e inteligencia a la educación actual y muestra que no precisamos de una cosmética en la estructura del sistema educativo o un programa con más presencia en la televisión que en las escuelas. Necesitamos apostar fuerte por ejemplos, valores y saberes.En , Mariano Narodowski sale de la perplejidad y el desencanto que produce el desorden con propuestas para mejorar las escuelas. No se trata solamente de pedir mayor presupuesto educativo, de perfeccionar la convivencia en las escuelas o de aplicar nuevas tecnologías para la educación. Este libro postula, de la A a la Z, que todo eso debe ser combinado para producir una verdadera revolución educativa que establezca prioridades, poniendo en el centro de la educación a los niños, a los jóvenes, al conocimiento y a los valores compartidos.En , Mariano Narodowski sale de la perplejidad y el desencanto que produce el desorden con propuestas para mejorar las escuelas. No se trata solamente de pedir mayor presupuesto educativo, de perfeccionar la convivencia en las escuelas o de aplicar nuevas tecnologías para la educación. Este libro postula, de la A a la Z, que todo eso debe ser combinado para producir una verdadera revolución educativa que establezca prioridades, poniendo en el centro de la educación a los niños, a los jóvenes, al conocimiento y a los valores compartidos.El desorden de la educación - ordenado alfabéticamente, Mariano Narodowski sale de la perplejidad y el desencanto que produce el desorden con propuestas para mejorar las escuelas. No se trata solamente de pedir mayor presupuesto educativo, de perfeccionar la convivencia en las escuelas o de aplicar nuevas tecnologías para la educación. Este libro postula, de la A a la Z, que todo eso debe ser combinado para producir una verdadera revolución educativa que establezca prioridades, poniendo en el centro de la educación a los niños, a los jóvenes, al conocimiento y a los valores compartidos. Más informaciónHecho, ficción y pronóstico
COP $ 94.000¿Cómo es que en algunas ocasiones nos sentimos seguros al generalizar a partir de la experiencia y en otras no ¿Cómo distinguir las generalizaciones con garantía de las que carecen de ellaEl autor muestra que estas cuestiones se resisten a una solución formal y su demostración ha sido interpretada por innatistas, por ejemplo Chomsky y Fodor, como prueba de que ni la inducción ni el aprendizaje normal y corriente pueden proceder sin una ordenación a priori o innata de hipótesis. En su prólogo a esta edición, rechaza vigorosamente estas afirmaciones innatistas. La controversia en torno a estos problemas irresueltos es tan relevante para la psicología del desarrollo cognitivo como para la filosofía de la ciencia. Ningún estudiante serio de cualquiera de estas disciplinas puede permitirse malentender el argumento clásico. En palabras de Putnam, se trata de uno de los pocos libros que todo estudiante serio de filosofía en nuestro tiempo tiene que haber leído. El autor muestra que estas cuestiones se resisten a una solución formal y su demostración ha sido interpretada por innatistas, por ejemplo Chomsky y Fodor, como prueba de que ni la inducción ni el aprendizaje normal y corriente pueden proceder sin una ordenación a priori o innata de hipótesis. En su prólogo a esta edición, rechaza vigorosamente estas afirmaciones innatistas. La controversia en torno a estos problemas irresueltos es tan relevante para la psicología del desarrollo cognitivo como para la filosofía de la ciencia. Ningún estudiante serio de cualquiera de estas disciplinas puede permitirse malentender el argumento clásico. En palabras de Putnam, se trata de uno de los pocos libros que todo estudiante serio de filosofía en nuestro tiempo tiene que haber leído. En su prólogo a esta edición, rechaza vigorosamente estas afirmaciones innatistas. La controversia en torno a estos problemas irresueltos es tan relevante para la psicología del desarrollo cognitivo como para la filosofía de la ciencia. Ningún estudiante serio de cualquiera de estas disciplinas puede permitirse malentender el argumento clásico. En palabras de Putnam, se trata de uno de los pocos libros que todo estudiante serio de filosofía en nuestro tiempo tiene que haber leído. Más informaciónConfieso que he enseñado
COP $ 69.000El autor y su valiosísimo aporte como maestro primario. Un gran maestro que cuenta su experiencia docente, un testimonio incalculable para las nuevas generaciones de maestros.Nota: Para mayor información, por favor consulte la tabla de contenido. Más informaciónDiálogos sobre el problema del conocimiento
COP $ 44.000Para quien esté interesado en profundizar en la filosofía rosminiana del conocimiento nada hay más recomendable que el mismo . Sin embargo, para los lectores de habla castellana que no conozcan el italiano existe una traducción de un resumen hecho por Rosmini, precedido de un breve análisis de las posiciones de otros filósofos modernos y de una crítica de las mismas. se colocan por tanto al comienzo de la producción literaria del autor, dedicada a aclarar cuestiones epistemológicas, pero teniendo ya en mente un complejo sistema ontológico, que iría elaborando con el tiempo, sobre todo en sus últimas obras. También hay que colocarlos al comienzo en sentido teorético, ya que la solución del problema ideológico da para el autor la clave de toda filosofía, entendida como el sistema de la verdad.El primero de ellos se ocupa de la naturaleza de las ideas. La idea es lo común a varias cosas que poseen una misma naturaleza. Pero eso común no puede estar en cada cosa particular, ya que para ser común es preciso abstraer de la subsistencia. Dice Rosmini contestando a Mauricio: Cuando se dice que la naturaleza humana es igual en muchos individuos, se pronuncia un juicio verdadero. La interpretación que se suele dar es falsa () la igualdad de varios individuos consiste en esta igual relación con la idea. Del mismo modo, la idea por la que algo es conocido es única en todos los hombres. Al considerar una naturaleza común se ha abstraído toda subsistencia, de manera que no queda ya nada particular en ella. Si tuviera una subsistencia particular en cada individuo que posee en cada una de las mentes, y así al infinito.El segundo diálogo, más extenso, abarca una serie de temas clásicos en la gnosología moderna: el escepticismo, el problema del puente, el principio de inmanencia. Es central la tesis, defendida con una fuerte lógica, de que el espíritu no da su forma al objeto ni lo altera. Aun cuando nuestro conocimiento de las cosas es limitado, ya que se apoya en la experiencia sensible, no es sin embargo falaz. Tanto el escepticismo como la pretensión de un conocimiento exhaustivo quedan excluidos. Pregunta Rosmini a Mauricio: ¿reconoces alguna diferencia entre saber todo y saber algo () ¿Te parece que, cuando se trata de refutar el escepticismo y de asegurar al hombre la posesión de la verdad, se pretende demostrar que el hombre sabe todas las cosas y que no ignora ninguna. Interesante y digna de atención es la manera en que Rosmini defiende y justifica esta tesis clásica.Quien lea estas pocas páginas se maravillará de que el nombre de Rosmini no aparezca más seguido en la literatura filosófica y mucho mayor será el asombro si el lector emprende la lectura de sus obras. Aunque no es el lugar para ahondar en las causas de tan sorprendente omisión, sí lo es para expresar el deseo de que el pensamiento rosminiano reciba la atención que merece.Juan Francisco FranckNuovo Saggio. Sin embargo, para los lectores de habla castellana que no conozcan el italiano existe una traducción de un resumen hecho por Rosmini, precedido de un breve análisis de las posiciones de otros filósofos modernos y de una crítica de las mismas. se colocan por tanto al comienzo de la producción literaria del autor, dedicada a aclarar cuestiones epistemológicas, pero teniendo ya en mente un complejo sistema ontológico, que iría elaborando con el tiempo, sobre todo en sus últimas obras. También hay que colocarlos al comienzo en sentido teorético, ya que la solución del problema ideológico da para el autor la clave de toda filosofía, entendida como el sistema de la verdad.El primero de ellos se ocupa de la naturaleza de las ideas. La idea es lo común a varias cosas que poseen una misma naturaleza. Pero eso común no puede estar en cada cosa particular, ya que para ser común es preciso abstraer de la subsistencia. Dice Rosmini contestando a Mauricio: Cuando se dice que la naturaleza humana es igual en muchos individuos, se pronuncia un juicio verdadero. La interpretación que se suele dar es falsa () la igualdad de varios individuos consiste en esta igual relación con la idea. Del mismo modo, la idea por la que algo es conocido es única en todos los hombres. Al considerar una naturaleza común se ha abstraído toda subsistencia, de manera que no queda ya nada particular en ella. Si tuviera una subsistencia particular en cada individuo que posee en cada una de las mentes, y así al infinito.El segundo diálogo, más extenso, abarca una serie de temas clásicos en la gnosología moderna: el escepticismo, el problema del puente, el principio de inmanencia. Es central la tesis, defendida con una fuerte lógica, de que el espíritu no da su forma al objeto ni lo altera. Aun cuando nuestro conocimiento de las cosas es limitado, ya que se apoya en la experiencia sensible, no es sin embargo falaz. Tanto el escepticismo como la pretensión de un conocimiento exhaustivo quedan excluidos. Pregunta Rosmini a Mauricio: ¿reconoces alguna diferencia entre saber todo y saber algo () ¿Te parece que, cuando se trata de refutar el escepticismo y de asegurar al hombre la posesión de la verdad, se pretende demostrar que el hombre sabe todas las cosas y que no ignora ninguna. Interesante y digna de atención es la manera en que Rosmini defiende y justifica esta tesis clásica.Quien lea estas pocas páginas se maravillará de que el nombre de Rosmini no aparezca más seguido en la literatura filosófica y mucho mayor será el asombro si el lector emprende la lectura de sus obras. Aunque no es el lugar para ahondar en las causas de tan sorprendente omisión, sí lo es para expresar el deseo de que el pensamiento rosminiano reciba la atención que merece.Juan Francisco FranckLos diálogos se colocan por tanto al comienzo de la producción literaria del autor, dedicada a aclarar cuestiones epistemológicas, pero teniendo ya en mente un complejo sistema ontológico, que iría elaborando con el tiempo, sobre todo en sus últimas obras. También hay que colocarlos al comienzo en sentido teorético, ya que la solución del problema ideológico da para el autor la clave de toda filosofía, entendida como el sistema de la verdad.El primero de ellos se ocupa de la naturaleza de las ideas. La idea es lo común a varias cosas que poseen una misma naturaleza. Pero eso común no puede estar en cada cosa particular, ya que para ser común es preciso abstraer de la subsistencia. Dice Rosmini contestando a Mauricio: Cuando se dice que la naturaleza humana es igual en muchos individuos, se pronuncia un juicio verdadero. La interpretación que se suele dar es falsa () la igualdad de varios individuos consiste en esta igual relación con la idea. Del mismo modo, la idea por la que algo es conocido es única en todos los hombres. Al considerar una naturaleza común se ha abstraído toda subsistencia, de manera que no queda ya nada particular en ella. Si tuviera una subsistencia particular en cada individuo que posee en cada una de las mentes, y así al infinito.El segundo diálogo, más extenso, abarca una serie de temas clásicos en la gnosología moderna: el escepticismo, el problema del puente, el principio de inmanencia. Es central la tesis, defendida con una fuerte lógica, de que el espíritu no da su forma al objeto ni lo altera. Aun cuando nuestro conocimiento de las cosas es limitado, ya que se apoya en la experiencia sensible, no es sin embargo falaz. Tanto el escepticismo como la pretensión de un conocimiento exhaustivo quedan excluidos. Pregunta Rosmini a Mauricio: ¿reconoces alguna diferencia entre saber todo y saber algo () ¿Te parece que, cuando se trata de refutar el escepticismo y de asegurar al hombre la posesión de la verdad, se pretende demostrar que el hombre sabe todas las cosas y que no ignora ninguna. Interesante y digna de atención es la manera en que Rosmini defiende y justifica esta tesis clásica.Quien lea estas pocas páginas se maravillará de que el nombre de Rosmini no aparezca más seguido en la literatura filosófica y mucho mayor será el asombro si el lector emprende la lectura de sus obras. Aunque no es el lugar para ahondar en las causas de tan sorprendente omisión, sí lo es para expresar el deseo de que el pensamiento rosminiano reciba la atención que merece.Juan Francisco FranckEl primero de ellos se ocupa de la naturaleza de las ideas. La idea es lo común a varias cosas que poseen una misma naturaleza. Pero eso común no puede estar en cada cosa particular, ya que para ser común es preciso abstraer de la subsistencia. Dice Rosmini contestando a Mauricio: Cuando se dice que la naturaleza humana es igual en muchos individuos, se pronuncia un juicio verdadero. La interpretación que se suele dar es falsa () la igualdad de varios individuos consiste en esta igual relación con la idea. Del mismo modo, la idea por la que algo es conocido es única en todos los hombres. Al considerar una naturaleza común se ha abstraído toda subsistencia, de manera que no queda ya nada particular en ella. Si tuviera una subsistencia particular en cada individuo que posee en cada una de las mentes, y así al infinito.El segundo diálogo, más extenso, abarca una serie de temas clásicos en la gnosología moderna: el escepticismo, el problema del puente, el principio de inmanencia. Es central la tesis, defendida con una fuerte lógica, de que el espíritu no da su forma al objeto ni lo altera. Aun cuando nuestro conocimiento de las cosas es limitado, ya que se apoya en la experiencia sensible, no es sin embargo falaz. Tanto el escepticismo como la pretensión de un conocimiento exhaustivo quedan excluidos. Pregunta Rosmini a Mauricio: ¿reconoces alguna diferencia entre saber todo y saber algo () ¿Te parece que, cuando se trata de refutar el escepticismo y de asegurar al hombre la posesión de la verdad, se pretende demostrar que el hombre sabe todas las cosas y que no ignora ninguna. Interesante y digna de atención es la manera en que Rosmini defiende y justifica esta tesis clásica.Quien lea estas pocas páginas se maravillará de que el nombre de Rosmini no aparezca más seguido en la literatura filosófica y mucho mayor será el asombro si el lector emprende la lectura de sus obras. Aunque no es el lugar para ahondar en las causas de tan sorprendente omisión, sí lo es para expresar el deseo de que el pensamiento rosminiano reciba la atención que merece.Juan Francisco FranckEl segundo diálogo, más extenso, abarca una serie de temas clásicos en la gnosología moderna: el escepticismo, el problema del puente, el principio de inmanencia. Es central la tesis, defendida con una fuerte lógica, de que el espíritu no da su forma al objeto ni lo altera. Aun cuando nuestro conocimiento de las cosas es limitado, ya que se apoya en la experiencia sensible, no es sin embargo falaz. Tanto el escepticismo como la pretensión de un conocimiento exhaustivo quedan excluidos. Pregunta Rosmini a Mauricio: ¿reconoces alguna diferencia entre saber todo y saber algo () ¿Te parece que, cuando se trata de refutar el escepticismo y de asegurar al hombre la posesión de la verdad, se pretende demostrar que el hombre sabe todas las cosas y que no ignora ninguna. Interesante y digna de atención es la manera en que Rosmini defiende y justifica esta tesis clásica.Quien lea estas pocas páginas se maravillará de que el nombre de Rosmini no aparezca más seguido en la literatura filosófica y mucho mayor será el asombro si el lector emprende la lectura de sus obras. Aunque no es el lugar para ahondar en las causas de tan sorprendente omisión, sí lo es para expresar el deseo de que el pensamiento rosminiano reciba la atención que merece.Juan Francisco FranckQuien lea estas pocas páginas se maravillará de que el nombre de Rosmini no aparezca más seguido en la literatura filosófica y mucho mayor será el asombro si el lector emprende la lectura de sus obras. Aunque no es el lugar para ahondar en las causas de tan sorprendente omisión, sí lo es para expresar el deseo de que el pensamiento rosminiano reciba la atención que merece.Juan Francisco FranckJuan Francisco Franck Más informaciónMujeres para la Historia. Figuras destacadas ...
COP $ 64.000Próximo a cumplirse el primer lustro del siglo XXI, nadie debería atreverse hoy a negar el derecho, e incluso el deber, que las mujeres tienen a estar presentes en todos y cada uno de los ámbitos del vivir comunitario y hacerlo en igualdad con los hombres. Sin embargo, conviene recordar que no sólo son aún muchos los países que no aceptan tal axioma, sino que, en aquellos que sí lo hacen, su reconocimiento constituye un hecho cuya historia apenas se remonta, en el mejor de los casos, a la pasada centuria. La conmemoración en 2003 de los setenta años de la primera vez que las españolas participaron en unas elecciones generales 19 de noviembre de 1933 pareció ocasión adecuada para recordar, sobre todo a las generaciones más jóvenes, los acontecimientos que jalonan la conquista de sus derechos por parte de las mujeres y lanzar una mirada esperanzadora sobre el futuro. Con este fin de se organizó el Seminario Internacional «Mujer y espacio público en Europa. Siglos XVII-XXI», dirigido por Rosa Mª Capel, del que es trasunto este libro. A nadie escapa que la conquista de los derechos femeninos ha sido una empresa colectiva de mucha gente, pero no es menos cierto que a lo largo de su desarrollo ha habido ciertas figuras que han descollado por su fuerza, por su liderazgo, por la trascendencia de sus acciones y escritos, etc. Figuras cuya vida es un compendio de las dificultades de la empresa y de los apoyos recibidos. Es en esas personalidades en las que se detiene el presenta libro con el fin de llevar a los lectores la visión de los acontecimientos más importantes y, sobre todo, de algunas de sus principales protagonistas: Mary Wollstonecraft, Inés Joyes y Blake, Flora Trsitán, Emily Davies y Emilia Pardo Bazán.A nadie escapa que la conquista de los derechos femeninos ha sido una empresa colectiva de mucha gente, pero no es menos cierto que a lo largo de su desarrollo ha habido ciertas figuras que han descollado por su fuerza, por su liderazgo, por la trascendencia de sus acciones y escritos, etc. Figuras cuya vida es un compendio de las dificultades de la empresa y de los apoyos recibidos. Es en esas personalidades en las que se detiene el presenta libro con el fin de llevar a los lectores la visión de los acontecimientos más importantes y, sobre todo, de algunas de sus principales protagonistas: Mary Wollstonecraft, Inés Joyes y Blake, Flora Trsitán, Emily Davies y Emilia Pardo Bazán. Más informaciónObservaciones sobre la esencia, la esencialid...
COP $ 62.000El tratado de este autor constituye el primer desarrollo fenomenológico de la doctrina sobre la especie o la esencia (según la diversa terminología) presentada por el autor principalmente en la segunda de sus investigaciones lógicas, y en al primera sección del libro primero de si ideas relativas a una fenomenología.Tratando acaso de remediar algunas imprecisiones de la enseñanza de su maestro y de completarla con nuevas clarificaciones, el autor propone en su escrito distinguir nítidamente la esencia (Wesen) que, según afirma, cada objeto individual, tanto real como ideal, posee, de la esencialidad (Wesenheit), esto es, del carácter eidético que determina, por participación en él, la esencia de un objeto; y ambos datos, a su vez, de esa curiosidad llamada la ida (Idee).Las aclaraciones obtenidas le permiten además a su autor arrojar luz sobre asuntos conexos de extraordinaria importancia, tales como la ley de la diferencia especifica, los problemas de lo a priori, la índole de los llamados «objetos ideales» o la cuestión de la subordinación de lo singular bajo lo universal.Tratando acaso de remediar algunas imprecisiones de la enseñanza de su maestro y de completarla con nuevas clarificaciones, el autor propone en su escrito distinguir nítidamente la esencia (Wesen) que, según afirma, cada objeto individual, tanto real como ideal, posee, de la esencialidad (Wesenheit), esto es, del carácter eidético que determina, por participación en él, la esencia de un objeto; y ambos datos, a su vez, de esa curiosidad llamada la ida (Idee).Las aclaraciones obtenidas le permiten además a su autor arrojar luz sobre asuntos conexos de extraordinaria importancia, tales como la ley de la diferencia especifica, los problemas de lo a priori, la índole de los llamados «objetos ideales» o la cuestión de la subordinación de lo singular bajo lo universal.Las aclaraciones obtenidas le permiten además a su autor arrojar luz sobre asuntos conexos de extraordinaria importancia, tales como la ley de la diferencia especifica, los problemas de lo a priori, la índole de los llamados «objetos ideales» o la cuestión de la subordinación de lo singular bajo lo universal. Más informaciónJuegos de duelo. La historia según Walter Be...
COP $ 87.000La lectura benjaminiana de la historia tiene ago de coleccionismo monumental, anticuario y crítico. Pero su concepción del método que ha de seguir "el verdadero historiador" poco o nada tiene que ver con la astucia teleológica de la razón histórica o con la hipótesis ontológica de la historia heideggeriana. La historia se acrisola y se refracta en imágenes que pueden y deben ser leídas en el ahora reconocible e irrepetible de su constelación con el presente. Por que en Benjamin leer es tanto reconocer como recordar lo que nunca fue escrito.Dicho de otro modo: en el pensamiento historiosófico de Benjamin la historia es caracterizada como imagen dialéctica de la memoria. Esto significa, entre otras cosas, que la historia se fragmenta en imágenes, no relatos, y que estas imágenes, sobrevenidas en forma de un recuerdo imprevisto, sólo son legibles o (re)conocibles como destellos que brillan en el ahora de la rememoración. El ahora es pues, en su relación con cualquier pasado (relación dialéctica: no temporal, sino de naturaleza imaginal), la condición de posibilidad de la lectura de imágenes de las que, según Benjamin, depende la cognoscibilidad de la historia. Los ensayos que componen el libro trazan una interpretación en la que la filosofía de la historia de Benjamin cobra nuevos sentidos por su relación con una poética de lo trágico que late bajo las categorías teológicas y las formas heterodoxas de la tradición mesiánica a las que recurre el pensamiento benjaminiano. Dicho de otro modo: en el pensamiento historiosófico de Benjamin la historia es caracterizada como imagen dialéctica de la memoria. Esto significa, entre otras cosas, que la historia se fragmenta en imágenes, no relatos, y que estas imágenes, sobrevenidas en forma de un recuerdo imprevisto, sólo son legibles o (re)conocibles como destellos que brillan en el ahora de la rememoración. El ahora es pues, en su relación con cualquier pasado (relación dialéctica: no temporal, sino de naturaleza imaginal), la condición de posibilidad de la lectura de imágenes de las que, según Benjamin, depende la cognoscibilidad de la historia. Los ensayos que componen el libro trazan una interpretación en la que la filosofía de la historia de Benjamin cobra nuevos sentidos por su relación con una poética de lo trágico que late bajo las categorías teológicas y las formas heterodoxas de la tradición mesiánica a las que recurre el pensamiento benjaminiano. El ahora es pues, en su relación con cualquier pasado (relación dialéctica: no temporal, sino de naturaleza imaginal), la condición de posibilidad de la lectura de imágenes de las que, según Benjamin, depende la cognoscibilidad de la historia. Los ensayos que componen el libro trazan una interpretación en la que la filosofía de la historia de Benjamin cobra nuevos sentidos por su relación con una poética de lo trágico que late bajo las categorías teológicas y las formas heterodoxas de la tradición mesiánica a las que recurre el pensamiento benjaminiano. Más informaciónPaisajistas Jardineros Poetas. Los jardines. ...
COP $ 233.000El primer jardín fue un recinto cerrado donde el hombre domesticaba algunas plantas para alimentarse. Pero este recinto estaba encantado: pronto comenzaron a aparecer las flores, con lo que empezó a agrandarse embellecerse y enjambrarse, dando lugar a múltiples y variados desarrollos. Algunos de sus lejanos descendientes se convirtieron incluso en palacios al aire libre para goce y disfrute de los príncipes.Los jardines actuales nos ofrecen a todos ese lujo. Cuidan de nuestro patrimonio natural, se presentan en nuestros paisajes y expresan nuestras ideas sobre el futuro. Nacidos de la nada, han llegado a convertirse en un arte supremo de nuestra civilización. El presente libro, dedicado al jardín de la antigüedad y del extremo oriente, cuenta su historia a partir de los textos y documentos legados por las grandes civilizaciones del antiguo Egipto, Mesopotamia, Grecia, Roma, China y Japón. Un viaje alrededor del mundo que recoge las voces de quienes han creado y quienes han amado los jardines, estableciéndose un diálogo con sus testimonios más evocadores y personales, más intensos y hermosos, más lúcidos y sagrados: de papiros egipcios del siglo XVIII a.C., a los escribas babilonios de Nabucodonsor y sus "jardines colgantes", de las descripciones de Homero y Cicerón, a los versos de Virgilio o las definiciones de Vitruvio, pasando por la literatura clásica china, la poesía japonesa, fragmentos de Marco Polo, o los análisis de Louis Le Comte, Williams Chambers y, aún posteriores, de Pierre Loti o Paul Claudel, entre otros muchos. Toda una antología de los modos de ver y vivir los jardines que nos transporta a la experiencia de su existencia. El autor da prioridad al saber histórico, cuyas referencias son el elemento que hace falta a la hora de leer las guías y obras especializadas o de aprovechar la visita a un jardín, descubriéndonos el fondo cultural y la tradición compartida que se reactiva con las múltiples alusiones o reminiscencias que descubrimos en nuestros jardines actuales. Los jardines actuales nos ofrecen a todos ese lujo. Cuidan de nuestro patrimonio natural, se presentan en nuestros paisajes y expresan nuestras ideas sobre el futuro. Nacidos de la nada, han llegado a convertirse en un arte supremo de nuestra civilización. El presente libro, dedicado al jardín de la antigüedad y del extremo oriente, cuenta su historia a partir de los textos y documentos legados por las grandes civilizaciones del antiguo Egipto, Mesopotamia, Grecia, Roma, China y Japón. Un viaje alrededor del mundo que recoge las voces de quienes han creado y quienes han amado los jardines, estableciéndose un diálogo con sus testimonios más evocadores y personales, más intensos y hermosos, más lúcidos y sagrados: de papiros egipcios del siglo XVIII a.C., a los escribas babilonios de Nabucodonsor y sus "jardines colgantes", de las descripciones de Homero y Cicerón, a los versos de Virgilio o las definiciones de Vitruvio, pasando por la literatura clásica china, la poesía japonesa, fragmentos de Marco Polo, o los análisis de Louis Le Comte, Williams Chambers y, aún posteriores, de Pierre Loti o Paul Claudel, entre otros muchos. Toda una antología de los modos de ver y vivir los jardines que nos transporta a la experiencia de su existencia. El autor da prioridad al saber histórico, cuyas referencias son el elemento que hace falta a la hora de leer las guías y obras especializadas o de aprovechar la visita a un jardín, descubriéndonos el fondo cultural y la tradición compartida que se reactiva con las múltiples alusiones o reminiscencias que descubrimos en nuestros jardines actuales. El presente libro, dedicado al jardín de la antigüedad y del extremo oriente, cuenta su historia a partir de los textos y documentos legados por las grandes civilizaciones del antiguo Egipto, Mesopotamia, Grecia, Roma, China y Japón. Un viaje alrededor del mundo que recoge las voces de quienes han creado y quienes han amado los jardines, estableciéndose un diálogo con sus testimonios más evocadores y personales, más intensos y hermosos, más lúcidos y sagrados: de papiros egipcios del siglo XVIII a.C., a los escribas babilonios de Nabucodonsor y sus "jardines colgantes", de las descripciones de Homero y Cicerón, a los versos de Virgilio o las definiciones de Vitruvio, pasando por la literatura clásica china, la poesía japonesa, fragmentos de Marco Polo, o los análisis de Louis Le Comte, Williams Chambers y, aún posteriores, de Pierre Loti o Paul Claudel, entre otros muchos. Toda una antología de los modos de ver y vivir los jardines que nos transporta a la experiencia de su existencia. El autor da prioridad al saber histórico, cuyas referencias son el elemento que hace falta a la hora de leer las guías y obras especializadas o de aprovechar la visita a un jardín, descubriéndonos el fondo cultural y la tradición compartida que se reactiva con las múltiples alusiones o reminiscencias que descubrimos en nuestros jardines actuales. El autor da prioridad al saber histórico, cuyas referencias son el elemento que hace falta a la hora de leer las guías y obras especializadas o de aprovechar la visita a un jardín, descubriéndonos el fondo cultural y la tradición compartida que se reactiva con las múltiples alusiones o reminiscencias que descubrimos en nuestros jardines actuales. Más informaciónHello… and now what? Strategies for sucessf...
COP $ 112.000No situation is more frustrating for non-native English speakers than one involving socializing skills because this is when we discover that communicating is not only a matter of mastering the grammar it is al so a matter of knowing what to say and how to get your message through in real life situations. This book aims to provide English learners with a pre-intermediate and above level with the basic language strategies and vocabulary necessary for successfully performing when receiving visitors, having lunch or dinner at a restaurant, or when participating in meetings. The practical contents and exercises build and improve specific language skills for starting and maintaining a conversation or discussion and will enable professionals, new or experienced in the business world, to approach key social and business situations with confidence and an understanding of the basis for cross-cultural etiquette.Nota: el contenido de este libro se encuentra en inglés. Contiene imágenes a color. Impreso en papel esmaltado. Nota: el contenido de este libro se encuentra en inglés. Contiene imágenes a color. Impreso en papel esmaltado. Contiene imágenes a color. Impreso en papel esmaltado. Más informaciónLa cultura. Versiones y definiciones
COP $ 39.000La cultura es un objeto de reflexión único y diverso que enfrenta a quines lo interrogan con la complejidad de lo evidente. Es decir, la de aquello que por estar permanentemente frente a los ojos termina volviéndose invisible. Este libro es un pequeño manual introductorio surgido de la necesidad de desplegar el concepto de cultura y de brindar ejemplos claros de sus muchas interpretaciones y resonancias. Tal objetivo supone, sin embargo, aventurarse en muchos de los difíciles y a veces desconocidos territorios por lo que las ciencias sociales avanzan a menudo tumultuosamente, lo cual dificulta los ordenamientos posibles. Porque el concepto de cultura abre una dimensión transdisciplinaria que pone en contacto, tensión y conflicto la sociología y la historia la semiótica y la antropología, la filosofía y el psicoanálisis. Más información