Ciencias Políticas

  1. La república en preguntas

    COP $ 85.000
    Porque algunas evidencias son prejuicios, esta autora parte del cuestionamiento del lugar del intelectual en su relación con el objeto político y pone en cuestión la idea, un poco envejecida ya, que se pueden hacer los lectores sobre la forma republicana de gobierno, para llegar a dibujar una idea moderna de República.Pero esta idea es extraña y paradójica: produce esos seres abstractos llamados ciudadanos, y pone como fundamento de la asociación política la disolución del lazo social.¿La escuela está hecha para la sociedad, ¿El niño es un ser por el cual nadie se ha preocupado demasiado, ¿La mujer puede reclamar derechos especiales, ¿Los oprimidos tienen siempre la razón, ¿Toda comunidad es respetable y forma un pueblos, ¿La prevención vale más que la represión ¿La cohesión social es un valor supremoEstos supuestos que tienen lugar hoy, y son la materia del pensamiento político moral en las democracias, son temas que la autora se esfuerza por traducir en preguntas.Por ello, este libro plantea a los lectores, en particular a los de lengua castellana, problemas sobre el concepto de república, que lo transforma en un libro referente de discusión para los problemas políticos de las repúblicas contemporáneas.Pero esta idea es extraña y paradójica: produce esos seres abstractos llamados ciudadanos, y pone como fundamento de la asociación política la disolución del lazo social.¿La escuela está hecha para la sociedad, ¿El niño es un ser por el cual nadie se ha preocupado demasiado, ¿La mujer puede reclamar derechos especiales, ¿Los oprimidos tienen siempre la razón, ¿Toda comunidad es respetable y forma un pueblos, ¿La prevención vale más que la represión ¿La cohesión social es un valor supremoEstos supuestos que tienen lugar hoy, y son la materia del pensamiento político moral en las democracias, son temas que la autora se esfuerza por traducir en preguntas.Por ello, este libro plantea a los lectores, en particular a los de lengua castellana, problemas sobre el concepto de república, que lo transforma en un libro referente de discusión para los problemas políticos de las repúblicas contemporáneas.¿La escuela está hecha para la sociedad, ¿El niño es un ser por el cual nadie se ha preocupado demasiado, ¿La mujer puede reclamar derechos especiales, ¿Los oprimidos tienen siempre la razón, ¿Toda comunidad es respetable y forma un pueblos, ¿La prevención vale más que la represión ¿La cohesión social es un valor supremoEstos supuestos que tienen lugar hoy, y son la materia del pensamiento político moral en las democracias, son temas que la autora se esfuerza por traducir en preguntas.Por ello, este libro plantea a los lectores, en particular a los de lengua castellana, problemas sobre el concepto de república, que lo transforma en un libro referente de discusión para los problemas políticos de las repúblicas contemporáneas.Estos supuestos que tienen lugar hoy, y son la materia del pensamiento político moral en las democracias, son temas que la autora se esfuerza por traducir en preguntas.Por ello, este libro plantea a los lectores, en particular a los de lengua castellana, problemas sobre el concepto de república, que lo transforma en un libro referente de discusión para los problemas políticos de las repúblicas contemporáneas.Por ello, este libro plantea a los lectores, en particular a los de lengua castellana, problemas sobre el concepto de república, que lo transforma en un libro referente de discusión para los problemas políticos de las repúblicas contemporáneas. Más información
  2. Política de la ilusión

    COP $ 66.000
    Como lo cotidiano, este libro no es prolijo. Está lleno de líneas de fuga. Confunde. A la vez, es un diálogo del autor con InternetNautas y lectores. Exige más de una lectura, pues no tiene un sentido. Incluso, quizás carezca de claridad. ¿Qué hay detrás del telón negro de una escena del lenguajeEste libro no sólo habla para adentro y se contradice, sino que recrea e indaga tanto sus postulados como la realidad que lo gestó. Por sobre las formas, este libro presenta un contenido polémico, que atraviesa tanto los lugares comunes del pensar la política, como los paradigmas establecidos, avanzando cuestionamientos sobre dobles discursos y supuestas certezas. Escena en la que es desarrollada una temática que dice por sí misma.Este libro no sólo habla para adentro y se contradice, sino que recrea e indaga tanto sus postulados como la realidad que lo gestó. Por sobre las formas, este libro presenta un contenido polémico, que atraviesa tanto los lugares comunes del pensar la política, como los paradigmas establecidos, avanzando cuestionamientos sobre dobles discursos y supuestas certezas. Escena en la que es desarrollada una temática que dice por sí misma.Por sobre las formas, este libro presenta un contenido polémico, que atraviesa tanto los lugares comunes del pensar la política, como los paradigmas establecidos, avanzando cuestionamientos sobre dobles discursos y supuestas certezas. Escena en la que es desarrollada una temática que dice por sí misma. Más información
  3. Tolerancia y laicismo

    COP $ 56.000
    Esta autora expone en esta conferencia lo avatares del laicismo: su nacimiento como concepto teórico (un aporte francés a la filosofía política), que permite pensar cómo contraponer a otro concepto, todo es político, la consolidación de una esfera pública que permita la aparición de todas las libertades. El laicismo escolar, dependiente del concepto de instrucción pública, es un ejemplo de ello. A medida que desgrana su pensamiento político, se puede de manera cartesiana, recorrer la exposición yendo de la claridad y distinción de un concepto a la de otro. Su pensamiento se distingue netamente de posiciones clave hoy en día muy en boga: el derecho a la diferencia, el multiculturalismo, el nuevo laicismo.¿De qué manera el concepto de tolerancia y en su amplificación al concepto de libertad religiosa respecto del poder político ¿Qué alcance tiene poder pensar el fundamento de la asociación política fuera de toda referencia religiosa llegamos al concepto moderno de República que se disocia del concepto antiguo de República. Surge una asociación que permite a cada uno vivir en comunidad, pero también cambiarse de comunidad, inclusive sustraerse a toda comunidad. La autora explica por qué el lazo político no debe ser copiado del lazo social.Y por qué el laicismo no es un contrato. Como tampoco una corriente de pensamiento, ni una manera de opinar sobre cuestiones de creencia, ni una metafísica. Razones por las cuales no se puede hablar de un integrismo laico, pues el integrismo a que se pretende arribar con la unión de estos dos términos desconoce la integralidad de la tesis laica, que articula necesariamente la tolerancia a civil al laicismo político, articula un silencio necesario a un discurso minimalista en materia de fundación política. Así, muchas de sus tesis principales merecían ser mencionadas aquí a modo de ejemplo, pero lo más importante es la reflexión acerca de la capacidad histórica de las grandes religiones, entendidas como grandes sistemas de ideas donde se muestra verdaderamente la fuerza de su argumentación es su definición de la Escuela como órgano y condición de posibilidad de la república, integrada por ciudadanos, que deben llevar a cabo la capacitación crítica del poder que cada uno detecta: ¿pueden los alumnos sustraerse a las fuerzas que ponen obstáculos a la conquista de la autonomía: la opinión, la exigencia de adaptación, lo dado socialmente El concepto de laicismo con su antecedente en el de tolerancia, religiosa que finalmente unido con las liberales del ciudadano en una República moderna.¿De qué manera el concepto de tolerancia y en su amplificación al concepto de libertad religiosa respecto del poder político ¿Qué alcance tiene poder pensar el fundamento de la asociación política fuera de toda referencia religiosa llegamos al concepto moderno de República que se disocia del concepto antiguo de República. Surge una asociación que permite a cada uno vivir en comunidad, pero también cambiarse de comunidad, inclusive sustraerse a toda comunidad. La autora explica por qué el lazo político no debe ser copiado del lazo social.Y por qué el laicismo no es un contrato. Como tampoco una corriente de pensamiento, ni una manera de opinar sobre cuestiones de creencia, ni una metafísica. Razones por las cuales no se puede hablar de un integrismo laico, pues el integrismo a que se pretende arribar con la unión de estos dos términos desconoce la integralidad de la tesis laica, que articula necesariamente la tolerancia a civil al laicismo político, articula un silencio necesario a un discurso minimalista en materia de fundación política. Así, muchas de sus tesis principales merecían ser mencionadas aquí a modo de ejemplo, pero lo más importante es la reflexión acerca de la capacidad histórica de las grandes religiones, entendidas como grandes sistemas de ideas donde se muestra verdaderamente la fuerza de su argumentación es su definición de la Escuela como órgano y condición de posibilidad de la república, integrada por ciudadanos, que deben llevar a cabo la capacitación crítica del poder que cada uno detecta: ¿pueden los alumnos sustraerse a las fuerzas que ponen obstáculos a la conquista de la autonomía: la opinión, la exigencia de adaptación, lo dado socialmente El concepto de laicismo con su antecedente en el de tolerancia, religiosa que finalmente unido con las liberales del ciudadano en una República moderna.Y por qué el laicismo no es un contrato. Como tampoco una corriente de pensamiento, ni una manera de opinar sobre cuestiones de creencia, ni una metafísica. Razones por las cuales no se puede hablar de un integrismo laico, pues el integrismo a que se pretende arribar con la unión de estos dos términos desconoce la integralidad de la tesis laica, que articula necesariamente la tolerancia a civil al laicismo político, articula un silencio necesario a un discurso minimalista en materia de fundación política. Así, muchas de sus tesis principales merecían ser mencionadas aquí a modo de ejemplo, pero lo más importante es la reflexión acerca de la capacidad histórica de las grandes religiones, entendidas como grandes sistemas de ideas donde se muestra verdaderamente la fuerza de su argumentación es su definición de la Escuela como órgano y condición de posibilidad de la república, integrada por ciudadanos, que deben llevar a cabo la capacitación crítica del poder que cada uno detecta: ¿pueden los alumnos sustraerse a las fuerzas que ponen obstáculos a la conquista de la autonomía: la opinión, la exigencia de adaptación, lo dado socialmente El concepto de laicismo con su antecedente en el de tolerancia, religiosa que finalmente unido con las liberales del ciudadano en una República moderna. Más información
  4. Condorcet. Instituir al ciudadano

    COP $ 61.000
    El autor analiza la urgencia, provocada por la Revolución Francesa (1789) y por la Declaración de los Derechos Humanos, de instituir la ciudadanía. Lo que al autor se le presentó no solo como tarea, sino como una exigencia del pensamiento y de la acción que encierra una contradicción: para instituir al ciudadano es necesaria la educación para la ciudadanía, y para que la educación cívica sea posible, educador y educado deben ser ya ciudadanos. Este libro muestra cómo esta dificultad fue pensada a través de distintos conceptos de filosofía política (un espacio público condorcetiano, un espacio público rousseauista, dos concepciones diferentes de la nación) en los proyectos de instrucción pública y de educación nacional presentados en la Asamblea.Condorcet, dice el autor logra salir de esta dificultad e inscribe esta institución (que compromete a todos los ciudadanos, pero sin instrucción son incapaces de darse cuenta de ello) en una historia general de las luces y de la libertad: en su teoría del progreso. Es el régimen político republicano (que orientará los destinos de la Revolución) el que al garantiza la libertad y la igualdad hace posible proyectar en toda su potencia la expresión instituir al ciudadano.Con un mismo gesto, Condorcet funda dos ideas. La idea de la República y la de la escuela republicana. Toma el concepto de ciudadano de la distinción que hace Rousseau entre súbdito y ciudadano, pero define su institución de manera novedosa. Instituir significa instruir a los niños, con lo cual los significados de fundar e instruir se unen. Propone una responsabilidad compartida de quienes instituyen (los revolucionarios) y de los sucesores: la idea de institución, es entonces, un llamado a ser fiel a los valores que sustentan a la instrucción pública y a la República. Instituir al ciudadano (mediante la instrucción pública) es condición de posibilidad de la República y también dirigirse a las generaciones siguientes, pensar en la República que viene.Condorcet se sumerge en el mundo político de la Revolución como un intelectual: con las exigencias de la acción pero pensando teóricamente el mundo en que vive: ¿cómo ligar la libertad y la igualdad, ¿qué escuela para la Revolución Sus respuestas se prolongan en proposiciones institucionales: su esfuerzo teórico se vuelca al plano pedagógico, y la institución del ciudadano será instrucción pública, que inscribe la preocupación por el futuro en el corazón del proyecto republicano. La ciudadanía así instituida debe ser crítica, los futuros ciudadanos no deben ser rehenes de los prejuicios de las generaciones precedentes. La educación cívica no debe constituirse en un catecismo republicano: a las leyes hay que amarlas, pero no se debe poder criticarlas y revisarlas, aunque la decisión de enseñar las leyes, las instituciones y la declaración de derechos es un acto de ciudadanía. Los saberes de cada época deben contribuir a formar el juicio crítico de los ciudadanos. La fraternidad para este autor es el respeto mutuo que se tienen los ciudadanos ilustrados, a quienes su pasaje por los saberes ha ayudado a instituir su propia autonomía. Son las Luces las que permiten adquirir el hábito de ponerse de acuerdo sobre sus intereses comunes , no ser meros militantes (propagar opiniones) ni ofrecerse a un partido. El autor permite revisar esta versión democrática de la relación entre moral y política, ejemplo republicano del humanismos de las Luces, del filósofo que creyó deber de la Razón pensar la libertad para que la Razón no se convierta en terror, que enseña que el futuro del régimen republicano está en la escuela, que nos pone juntos y permite unir la virtud política, la búsqueda de la verdad y la libertad.Este libro muestra cómo esta dificultad fue pensada a través de distintos conceptos de filosofía política (un espacio público condorcetiano, un espacio público rousseauista, dos concepciones diferentes de la nación) en los proyectos de instrucción pública y de educación nacional presentados en la Asamblea.Condorcet, dice el autor logra salir de esta dificultad e inscribe esta institución (que compromete a todos los ciudadanos, pero sin instrucción son incapaces de darse cuenta de ello) en una historia general de las luces y de la libertad: en su teoría del progreso. Es el régimen político republicano (que orientará los destinos de la Revolución) el que al garantiza la libertad y la igualdad hace posible proyectar en toda su potencia la expresión instituir al ciudadano.Con un mismo gesto, Condorcet funda dos ideas. La idea de la República y la de la escuela republicana. Toma el concepto de ciudadano de la distinción que hace Rousseau entre súbdito y ciudadano, pero define su institución de manera novedosa. Instituir significa instruir a los niños, con lo cual los significados de fundar e instruir se unen. Propone una responsabilidad compartida de quienes instituyen (los revolucionarios) y de los sucesores: la idea de institución, es entonces, un llamado a ser fiel a los valores que sustentan a la instrucción pública y a la República. Instituir al ciudadano (mediante la instrucción pública) es condición de posibilidad de la República y también dirigirse a las generaciones siguientes, pensar en la República que viene.Condorcet se sumerge en el mundo político de la Revolución como un intelectual: con las exigencias de la acción pero pensando teóricamente el mundo en que vive: ¿cómo ligar la libertad y la igualdad, ¿qué escuela para la Revolución Sus respuestas se prolongan en proposiciones institucionales: su esfuerzo teórico se vuelca al plano pedagógico, y la institución del ciudadano será instrucción pública, que inscribe la preocupación por el futuro en el corazón del proyecto republicano. La ciudadanía así instituida debe ser crítica, los futuros ciudadanos no deben ser rehenes de los prejuicios de las generaciones precedentes. La educación cívica no debe constituirse en un catecismo republicano: a las leyes hay que amarlas, pero no se debe poder criticarlas y revisarlas, aunque la decisión de enseñar las leyes, las instituciones y la declaración de derechos es un acto de ciudadanía. Los saberes de cada época deben contribuir a formar el juicio crítico de los ciudadanos. La fraternidad para este autor es el respeto mutuo que se tienen los ciudadanos ilustrados, a quienes su pasaje por los saberes ha ayudado a instituir su propia autonomía. Son las Luces las que permiten adquirir el hábito de ponerse de acuerdo sobre sus intereses comunes , no ser meros militantes (propagar opiniones) ni ofrecerse a un partido. El autor permite revisar esta versión democrática de la relación entre moral y política, ejemplo republicano del humanismos de las Luces, del filósofo que creyó deber de la Razón pensar la libertad para que la Razón no se convierta en terror, que enseña que el futuro del régimen republicano está en la escuela, que nos pone juntos y permite unir la virtud política, la búsqueda de la verdad y la libertad.Condorcet, dice el autor logra salir de esta dificultad e inscribe esta institución (que compromete a todos los ciudadanos, pero sin instrucción son incapaces de darse cuenta de ello) en una historia general de las luces y de la libertad: en su teoría del progreso. Es el régimen político republicano (que orientará los destinos de la Revolución) el que al garantiza la libertad y la igualdad hace posible proyectar en toda su potencia la expresión instituir al ciudadano.Con un mismo gesto, Condorcet funda dos ideas. La idea de la República y la de la escuela republicana. Toma el concepto de ciudadano de la distinción que hace Rousseau entre súbdito y ciudadano, pero define su institución de manera novedosa. Instituir significa instruir a los niños, con lo cual los significados de fundar e instruir se unen. Propone una responsabilidad compartida de quienes instituyen (los revolucionarios) y de los sucesores: la idea de institución, es entonces, un llamado a ser fiel a los valores que sustentan a la instrucción pública y a la República. Instituir al ciudadano (mediante la instrucción pública) es condición de posibilidad de la República y también dirigirse a las generaciones siguientes, pensar en la República que viene.Condorcet se sumerge en el mundo político de la Revolución como un intelectual: con las exigencias de la acción pero pensando teóricamente el mundo en que vive: ¿cómo ligar la libertad y la igualdad, ¿qué escuela para la Revolución Sus respuestas se prolongan en proposiciones institucionales: su esfuerzo teórico se vuelca al plano pedagógico, y la institución del ciudadano será instrucción pública, que inscribe la preocupación por el futuro en el corazón del proyecto republicano. La ciudadanía así instituida debe ser crítica, los futuros ciudadanos no deben ser rehenes de los prejuicios de las generaciones precedentes. La educación cívica no debe constituirse en un catecismo republicano: a las leyes hay que amarlas, pero no se debe poder criticarlas y revisarlas, aunque la decisión de enseñar las leyes, las instituciones y la declaración de derechos es un acto de ciudadanía. Los saberes de cada época deben contribuir a formar el juicio crítico de los ciudadanos. La fraternidad para este autor es el respeto mutuo que se tienen los ciudadanos ilustrados, a quienes su pasaje por los saberes ha ayudado a instituir su propia autonomía. Son las Luces las que permiten adquirir el hábito de ponerse de acuerdo sobre sus intereses comunes , no ser meros militantes (propagar opiniones) ni ofrecerse a un partido. El autor permite revisar esta versión democrática de la relación entre moral y política, ejemplo republicano del humanismos de las Luces, del filósofo que creyó deber de la Razón pensar la libertad para que la Razón no se convierta en terror, que enseña que el futuro del régimen republicano está en la escuela, que nos pone juntos y permite unir la virtud política, la búsqueda de la verdad y la libertad.Con un mismo gesto, Condorcet funda dos ideas. La idea de la República y la de la escuela republicana. Toma el concepto de ciudadano de la distinción que hace Rousseau entre súbdito y ciudadano, pero define su institución de manera novedosa. Instituir significa instruir a los niños, con lo cual los significados de fundar e instruir se unen. Propone una responsabilidad compartida de quienes instituyen (los revolucionarios) y de los sucesores: la idea de institución, es entonces, un llamado a ser fiel a los valores que sustentan a la instrucción pública y a la República. Instituir al ciudadano (mediante la instrucción pública) es condición de posibilidad de la República y también dirigirse a las generaciones siguientes, pensar en la República que viene.Condorcet se sumerge en el mundo político de la Revolución como un intelectual: con las exigencias de la acción pero pensando teóricamente el mundo en que vive: ¿cómo ligar la libertad y la igualdad, ¿qué escuela para la Revolución Sus respuestas se prolongan en proposiciones institucionales: su esfuerzo teórico se vuelca al plano pedagógico, y la institución del ciudadano será instrucción pública, que inscribe la preocupación por el futuro en el corazón del proyecto republicano. La ciudadanía así instituida debe ser crítica, los futuros ciudadanos no deben ser rehenes de los prejuicios de las generaciones precedentes. La educación cívica no debe constituirse en un catecismo republicano: a las leyes hay que amarlas, pero no se debe poder criticarlas y revisarlas, aunque la decisión de enseñar las leyes, las instituciones y la declaración de derechos es un acto de ciudadanía. Los saberes de cada época deben contribuir a formar el juicio crítico de los ciudadanos. La fraternidad para este autor es el respeto mutuo que se tienen los ciudadanos ilustrados, a quienes su pasaje por los saberes ha ayudado a instituir su propia autonomía. Son las Luces las que permiten adquirir el hábito de ponerse de acuerdo sobre sus intereses comunes , no ser meros militantes (propagar opiniones) ni ofrecerse a un partido. El autor permite revisar esta versión democrática de la relación entre moral y política, ejemplo republicano del humanismos de las Luces, del filósofo que creyó deber de la Razón pensar la libertad para que la Razón no se convierta en terror, que enseña que el futuro del régimen republicano está en la escuela, que nos pone juntos y permite unir la virtud política, la búsqueda de la verdad y la libertad.Condorcet se sumerge en el mundo político de la Revolución como un intelectual: con las exigencias de la acción pero pensando teóricamente el mundo en que vive: ¿cómo ligar la libertad y la igualdad, ¿qué escuela para la Revolución Sus respuestas se prolongan en proposiciones institucionales: su esfuerzo teórico se vuelca al plano pedagógico, y la institución del ciudadano será instrucción pública, que inscribe la preocupación por el futuro en el corazón del proyecto republicano. La ciudadanía así instituida debe ser crítica, los futuros ciudadanos no deben ser rehenes de los prejuicios de las generaciones precedentes. La educación cívica no debe constituirse en un catecismo republicano: a las leyes hay que amarlas, pero no se debe poder criticarlas y revisarlas, aunque la decisión de enseñar las leyes, las instituciones y la declaración de derechos es un acto de ciudadanía. Los saberes de cada época deben contribuir a formar el juicio crítico de los ciudadanos. La fraternidad para este autor es el respeto mutuo que se tienen los ciudadanos ilustrados, a quienes su pasaje por los saberes ha ayudado a instituir su propia autonomía. Son las Luces las que permiten adquirir el hábito de ponerse de acuerdo sobre sus intereses comunes , no ser meros militantes (propagar opiniones) ni ofrecerse a un partido. El autor permite revisar esta versión democrática de la relación entre moral y política, ejemplo republicano del humanismos de las Luces, del filósofo que creyó deber de la Razón pensar la libertad para que la Razón no se convierta en terror, que enseña que el futuro del régimen republicano está en la escuela, que nos pone juntos y permite unir la virtud política, la búsqueda de la verdad y la libertad. La ciudadanía así instituida debe ser crítica, los futuros ciudadanos no deben ser rehenes de los prejuicios de las generaciones precedentes. La educación cívica no debe constituirse en un catecismo republicano: a las leyes hay que amarlas, pero no se debe poder criticarlas y revisarlas, aunque la decisión de enseñar las leyes, las instituciones y la declaración de derechos es un acto de ciudadanía. Los saberes de cada época deben contribuir a formar el juicio crítico de los ciudadanos. La fraternidad para este autor es el respeto mutuo que se tienen los ciudadanos ilustrados, a quienes su pasaje por los saberes ha ayudado a instituir su propia autonomía. Son las Luces las que permiten adquirir el hábito de ponerse de acuerdo sobre sus intereses comunes , no ser meros militantes (propagar opiniones) ni ofrecerse a un partido. El autor permite revisar esta versión democrática de la relación entre moral y política, ejemplo republicano del humanismos de las Luces, del filósofo que creyó deber de la Razón pensar la libertad para que la Razón no se convierta en terror, que enseña que el futuro del régimen republicano está en la escuela, que nos pone juntos y permite unir la virtud política, la búsqueda de la verdad y la libertad.Son las Luces las que permiten adquirir el hábito de ponerse de acuerdo sobre sus intereses comunes , no ser meros militantes (propagar opiniones) ni ofrecerse a un partido. El autor permite revisar esta versión democrática de la relación entre moral y política, ejemplo republicano del humanismos de las Luces, del filósofo que creyó deber de la Razón pensar la libertad para que la Razón no se convierta en terror, que enseña que el futuro del régimen republicano está en la escuela, que nos pone juntos y permite unir la virtud política, la búsqueda de la verdad y la libertad. Más información
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    La Sociedad Civil en Hegel. Crítica y reconstrucción conceptual

    La Sociedad Civil en Hegel. Crítica y recons...

    Sin existencias

    COP $ 61.000
    El proyecto ético que Hegel desplegara en sus contemplaba recuperar la bella totalidad de la polis griega idea juvenil a la que nunca renunció sin por ellos negar al particular y aquí la novedad de su concepción ética madura el legítimo derecho a una existencia libre y autónoma. Pero al desplegar el principio de la particularidad, núcleo del concepto de sociedad civil, su movimiento inmanente y necesario desembocó en crisis económicas estructurales, cuyos conflictos civiles amenazaban con infiltrase en el campo político, tornando ilusoria esa reconciliación ética sustancial que Hegel esperaba del Estado. Fue entones que, para salvar su proyecto político, incompatible con el antagonismo social que las crisis generan, las relegó a un segundo plano conceptual y expositivo a contramano de sus propios principios metodológicos.En el presente trabajo, el autor propone llevar adelante una reconstrucción conceptual y expositiva de la sociedad civil, rescatando, por un lado, a las crisis económicas como su contradicción dialéctica inmanente y desechando, por otro, las determinaciones ajenas y extrañas a su racionalidad, determinaciones espurias sobre las que Hegel construyó la utopía de un Estado que reconcilia sus fisuras los intereses particulares con los fines universales de la comunidad. Principios de la Filosofía del Derecho contemplaba recuperar la bella totalidad de la polis griega idea juvenil a la que nunca renunció sin por ellos negar al particular y aquí la novedad de su concepción ética madura el legítimo derecho a una existencia libre y autónoma. Pero al desplegar el principio de la particularidad, núcleo del concepto de sociedad civil, su movimiento inmanente y necesario desembocó en crisis económicas estructurales, cuyos conflictos civiles amenazaban con infiltrase en el campo político, tornando ilusoria esa reconciliación ética sustancial que Hegel esperaba del Estado. Fue entones que, para salvar su proyecto político, incompatible con el antagonismo social que las crisis generan, las relegó a un segundo plano conceptual y expositivo a contramano de sus propios principios metodológicos.En el presente trabajo, el autor propone llevar adelante una reconstrucción conceptual y expositiva de la sociedad civil, rescatando, por un lado, a las crisis económicas como su contradicción dialéctica inmanente y desechando, por otro, las determinaciones ajenas y extrañas a su racionalidad, determinaciones espurias sobre las que Hegel construyó la utopía de un Estado que reconcilia sus fisuras los intereses particulares con los fines universales de la comunidad. En el presente trabajo, el autor propone llevar adelante una reconstrucción conceptual y expositiva de la sociedad civil, rescatando, por un lado, a las crisis económicas como su contradicción dialéctica inmanente y desechando, por otro, las determinaciones ajenas y extrañas a su racionalidad, determinaciones espurias sobre las que Hegel construyó la utopía de un Estado que reconcilia sus fisuras los intereses particulares con los fines universales de la comunidad. Más información

  6. Política y Sociedad: pensamiento clásico

    COP $ 58.100
    Desde tiempos inmemorables los seres humanos se han agrupado en sociedades, como respuesta a la imposibilidad individual de garantizar la satisfacción de sus necesidades más elementales. Esta urgencia exigió superar la satisfacción de sus necesidades más elementales. Esta urgencia exigió superar el aislamiento característico de aquella situación inicial que ha sido calificada habitualmente como Estado de naturaleza, y comenzar a gestar un marco societario común. Los filósofos políticos han imaginado este tránsito de diversa forma. Por una parte, se ha sostenido que los individuos habrían conseguido organizarse a partir de un acuerdo común, expresado en un pacto originario de fundación de la nueva sociedad, para luego construir una autoridad política mediante la celebración de un segundo contrato entre la sociedad y el designado para ejercer el gobierno, fijándose derechos y obligaciones para las partes.Por otra, se ha afirmado que el origen de la sociedad habría sido producto del sometimiento de los individuos por parte del más fuere entre todos ellos, quien les habría impuesto una rendición incondicional a cambio de garantizarles su vida y las propiedades que, en el futuro, fueran capaces de obtener. En cualquiera de estas dos alternativas, a partir de entonces, el esfuerzo asociado habría permitido morigerar su hambre, construir viviendas, ampararse de las inclemencias geográficas y defenderse frente al ataque de animales o de otros hombres, que como ellos bregaban por apropiarse de los bienes elementales para la vida.En esta publicación se han seleccionado algunas contribuciones fundamentales del pensamiento político occidental, producidas entre los tiempos de la Antigüedad clásica y el auge del Absolutismo Monárquico, en los albores de los tiempos modernos. En ellas se analizan cuestiones fundamentales respecto de las formas de ejercicio del poder político, sus fuentes de legitimación, las características y atribuciones del Estado a lo largo del tiempo; las discusiones sobre la naturaleza del poder, las formas de ejercerlo y de conservarlo, y, asimismo, la apuesta o la prescripción de alguna solución política concreta, con el fin de garantizar la paz y el bien común de los hombres.Por otra, se ha afirmado que el origen de la sociedad habría sido producto del sometimiento de los individuos por parte del más fuere entre todos ellos, quien les habría impuesto una rendición incondicional a cambio de garantizarles su vida y las propiedades que, en el futuro, fueran capaces de obtener. En cualquiera de estas dos alternativas, a partir de entonces, el esfuerzo asociado habría permitido morigerar su hambre, construir viviendas, ampararse de las inclemencias geográficas y defenderse frente al ataque de animales o de otros hombres, que como ellos bregaban por apropiarse de los bienes elementales para la vida.En esta publicación se han seleccionado algunas contribuciones fundamentales del pensamiento político occidental, producidas entre los tiempos de la Antigüedad clásica y el auge del Absolutismo Monárquico, en los albores de los tiempos modernos. En ellas se analizan cuestiones fundamentales respecto de las formas de ejercicio del poder político, sus fuentes de legitimación, las características y atribuciones del Estado a lo largo del tiempo; las discusiones sobre la naturaleza del poder, las formas de ejercerlo y de conservarlo, y, asimismo, la apuesta o la prescripción de alguna solución política concreta, con el fin de garantizar la paz y el bien común de los hombres.En esta publicación se han seleccionado algunas contribuciones fundamentales del pensamiento político occidental, producidas entre los tiempos de la Antigüedad clásica y el auge del Absolutismo Monárquico, en los albores de los tiempos modernos. En ellas se analizan cuestiones fundamentales respecto de las formas de ejercicio del poder político, sus fuentes de legitimación, las características y atribuciones del Estado a lo largo del tiempo; las discusiones sobre la naturaleza del poder, las formas de ejercerlo y de conservarlo, y, asimismo, la apuesta o la prescripción de alguna solución política concreta, con el fin de garantizar la paz y el bien común de los hombres. Más información
  7. El desafío de la democracia. Un balance de l...

    COP $ 51.000
    El presente trabajo pretende aportar algunos elementos mediante la sistematización de los grandes ejes alrededor de los cuales se mueven los dos primeros gobiernos constitucionales que se suceden desde 1983 que contribuyan al análisis y la reflexión sobre esta reciente etapa de la historia de la Argentina. El período considerado aquí, es el que transcurre desde el final de la Dictadura Militar hasta la reelección de Carlos Saúl Menem.La vuelta a la vida constitucional era sólo el punto de partida para generar un nuevo orden y una nueva cultura política. Por eso, cuando se menciona la reinstauración institucional en la Argentina, en realidad se hace referencia a dos procesos: el de transición y el de consolidación de la democracia.La transición comprendería el pasaje de un régimen político autoritario a un sistema democrático y, supone la reinstauración de normas y procedimientos representativos a partir del andamiaje institucional de regímenes autoritarios. Esta etapa se iniciaría en este país con el proceso de disolución de la Dictadura Militar y culminaría con el traspaso del poder de una autoridad elegida constitucionalmente a otra elegida de la misma forma.Este último suceso, se podría decir que es un elemento institucional clave necesario pero no suficiente para comenzar a hablar del proceso de consolidación.Es decir el que comprende, además, el arraigo de las prácticas participativas en la cultura política de la ciudadanía, la construcción de una red institucional fuerte que regule la vida política, y la constitución de un espacio por excelencia para la toma de decisiones.La vuelta a la vida constitucional era sólo el punto de partida para generar un nuevo orden y una nueva cultura política. Por eso, cuando se menciona la reinstauración institucional en la Argentina, en realidad se hace referencia a dos procesos: el de transición y el de consolidación de la democracia.La transición comprendería el pasaje de un régimen político autoritario a un sistema democrático y, supone la reinstauración de normas y procedimientos representativos a partir del andamiaje institucional de regímenes autoritarios. Esta etapa se iniciaría en este país con el proceso de disolución de la Dictadura Militar y culminaría con el traspaso del poder de una autoridad elegida constitucionalmente a otra elegida de la misma forma.Este último suceso, se podría decir que es un elemento institucional clave necesario pero no suficiente para comenzar a hablar del proceso de consolidación.Es decir el que comprende, además, el arraigo de las prácticas participativas en la cultura política de la ciudadanía, la construcción de una red institucional fuerte que regule la vida política, y la constitución de un espacio por excelencia para la toma de decisiones.La transición comprendería el pasaje de un régimen político autoritario a un sistema democrático y, supone la reinstauración de normas y procedimientos representativos a partir del andamiaje institucional de regímenes autoritarios. Esta etapa se iniciaría en este país con el proceso de disolución de la Dictadura Militar y culminaría con el traspaso del poder de una autoridad elegida constitucionalmente a otra elegida de la misma forma.Este último suceso, se podría decir que es un elemento institucional clave necesario pero no suficiente para comenzar a hablar del proceso de consolidación.Es decir el que comprende, además, el arraigo de las prácticas participativas en la cultura política de la ciudadanía, la construcción de una red institucional fuerte que regule la vida política, y la constitución de un espacio por excelencia para la toma de decisiones.Esta etapa se iniciaría en este país con el proceso de disolución de la Dictadura Militar y culminaría con el traspaso del poder de una autoridad elegida constitucionalmente a otra elegida de la misma forma.Este último suceso, se podría decir que es un elemento institucional clave necesario pero no suficiente para comenzar a hablar del proceso de consolidación.Es decir el que comprende, además, el arraigo de las prácticas participativas en la cultura política de la ciudadanía, la construcción de una red institucional fuerte que regule la vida política, y la constitución de un espacio por excelencia para la toma de decisiones.Este último suceso, se podría decir que es un elemento institucional clave necesario pero no suficiente para comenzar a hablar del proceso de consolidación.Es decir el que comprende, además, el arraigo de las prácticas participativas en la cultura política de la ciudadanía, la construcción de una red institucional fuerte que regule la vida política, y la constitución de un espacio por excelencia para la toma de decisiones.Es decir el que comprende, además, el arraigo de las prácticas participativas en la cultura política de la ciudadanía, la construcción de una red institucional fuerte que regule la vida política, y la constitución de un espacio por excelencia para la toma de decisiones. Más información
  8. Globalización. La frontera de lo político

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    ¿Tiene hoy vigencia replantear la crítica al pensamiento finalista de Fukuyama Sí, en la medida en que el neoliberalismo preconizado por él sigue mostrándose como la ideología triunfante.La despolitización avanza en el desierto de alternativas al mercado canonizando. Así el conjunto de fuerzas del mercado aparece como el campo donde se desarrollan las mismas tendencias que configuran la subjetividad. También el problema político por excelencia la gobernabilidad se inscribe en este contexto como la forma en que el mercado piensa el problema de las sociedades donde el capitalismo salvaje crea conflictos. Bajo una categoría aparentemente política, se erige un de esta fase del capitalismo, donde nuevamente la cuestión de las políticas sociales ha retomado vigencia. La mera represión y las demandas sociales de seguridad no bastan hoy para resolver el peligro de las masas excluidas. Ahora se anuncia la necesidad de generar políticas públicas que contemplen las demandas de la sociedad como un agregado tardío el nuevo modelo de Estado. El discurso está impuesto desde los mismos organismos internacionales que buscan un reaseguro para garantizar la rentabilidad del capital internacionalizado.¿Se podrá plantear en lugar de esta ética de la confianza y neoliberal, una política que reconozca y celebre la apertura de los espacios de aparición que son la esperanza contemporánea de nuevas formas de subjetividadLa despolitización avanza en el desierto de alternativas al mercado canonizando. Así el conjunto de fuerzas del mercado aparece como el campo donde se desarrollan las mismas tendencias que configuran la subjetividad. También el problema político por excelencia la gobernabilidad se inscribe en este contexto como la forma en que el mercado piensa el problema de las sociedades donde el capitalismo salvaje crea conflictos. Bajo una categoría aparentemente política, se erige un de esta fase del capitalismo, donde nuevamente la cuestión de las políticas sociales ha retomado vigencia. La mera represión y las demandas sociales de seguridad no bastan hoy para resolver el peligro de las masas excluidas. Ahora se anuncia la necesidad de generar políticas públicas que contemplen las demandas de la sociedad como un agregado tardío el nuevo modelo de Estado. El discurso está impuesto desde los mismos organismos internacionales que buscan un reaseguro para garantizar la rentabilidad del capital internacionalizado.¿Se podrá plantear en lugar de esta ética de la confianza y neoliberal, una política que reconozca y celebre la apertura de los espacios de aparición que son la esperanza contemporánea de nuevas formas de subjetividad También el problema político por excelencia la gobernabilidad se inscribe en este contexto como la forma en que el mercado piensa el problema de las sociedades donde el capitalismo salvaje crea conflictos. Bajo una categoría aparentemente política, se erige un de esta fase del capitalismo, donde nuevamente la cuestión de las políticas sociales ha retomado vigencia. La mera represión y las demandas sociales de seguridad no bastan hoy para resolver el peligro de las masas excluidas. Ahora se anuncia la necesidad de generar políticas públicas que contemplen las demandas de la sociedad como un agregado tardío el nuevo modelo de Estado. El discurso está impuesto desde los mismos organismos internacionales que buscan un reaseguro para garantizar la rentabilidad del capital internacionalizado.¿Se podrá plantear en lugar de esta ética de la confianza y neoliberal, una política que reconozca y celebre la apertura de los espacios de aparición que son la esperanza contemporánea de nuevas formas de subjetividadconstructo de esta fase del capitalismo, donde nuevamente la cuestión de las políticas sociales ha retomado vigencia. La mera represión y las demandas sociales de seguridad no bastan hoy para resolver el peligro de las masas excluidas. Ahora se anuncia la necesidad de generar políticas públicas que contemplen las demandas de la sociedad como un agregado tardío el nuevo modelo de Estado. El discurso está impuesto desde los mismos organismos internacionales que buscan un reaseguro para garantizar la rentabilidad del capital internacionalizado.¿Se podrá plantear en lugar de esta ética de la confianza y neoliberal, una política que reconozca y celebre la apertura de los espacios de aparición que son la esperanza contemporánea de nuevas formas de subjetividadLa mera represión y las demandas sociales de seguridad no bastan hoy para resolver el peligro de las masas excluidas. Ahora se anuncia la necesidad de generar políticas públicas que contemplen las demandas de la sociedad como un agregado tardío el nuevo modelo de Estado. El discurso está impuesto desde los mismos organismos internacionales que buscan un reaseguro para garantizar la rentabilidad del capital internacionalizado.¿Se podrá plantear en lugar de esta ética de la confianza y neoliberal, una política que reconozca y celebre la apertura de los espacios de aparición que son la esperanza contemporánea de nuevas formas de subjetividad¿Se podrá plantear en lugar de esta ética de la confianza y neoliberal, una política que reconozca y celebre la apertura de los espacios de aparición que son la esperanza contemporánea de nuevas formas de subjetividadmassmediática y neoliberal, una política que reconozca y celebre la apertura de los espacios de aparición que son la esperanza contemporánea de nuevas formas de subjetividad Más información