Profesionales y Técnicos

  1. Filosofía educación, y sociedad global

    COP $ 71.000
    La UNESCO fiel a su tradición, promueve la filosofía, el filosofar, el aprendizaje y la enseñanza de esta disciplina especialmente en diálogo con las ciencias sociales y humanas, a través de temas clave para la humanidad, así como para regiones, países y grupos sociales.La realización de este libro tiene un carácter regional, lo que conduce a repensar una conciencia histórica, un modelo cultural y su problematicidad anclada en América del Sur.Desde registros simbólicos que caracterizan a la sociedad global, se trata de metabolizar los procesos y el impacto producido en las subjetividades a través de la educación filosófica.Intentado humanizar las prácticas a través de las mediaciones simbólicas de los procesos históricos-sociales y señalando en las consecuencias y en los efectos no deseados, la filosofía como disciplina de síntesis aparece articulando las representaciones sociales, la construcción social de los conocimientos y las actividades portadoras de valores.La proliferación de productos de identidades reactivas que sumergen a la comunidad en incertidumbre, riesgo y fragmentación, plantea perplejidades ante las que la educación está convocada a procurar sujetos problematizadores, críticos y autónomos.El lector puede acceder a reflexiones agudas y variadas a cargo de prestigios intelectuales de primer nivel y de repercusión regional e internacional convocados para postular otros lugares desde donde puede ser pensada la sociedad global.La realización de este libro tiene un carácter regional, lo que conduce a repensar una conciencia histórica, un modelo cultural y su problematicidad anclada en América del Sur.Desde registros simbólicos que caracterizan a la sociedad global, se trata de metabolizar los procesos y el impacto producido en las subjetividades a través de la educación filosófica.Intentado humanizar las prácticas a través de las mediaciones simbólicas de los procesos históricos-sociales y señalando en las consecuencias y en los efectos no deseados, la filosofía como disciplina de síntesis aparece articulando las representaciones sociales, la construcción social de los conocimientos y las actividades portadoras de valores.La proliferación de productos de identidades reactivas que sumergen a la comunidad en incertidumbre, riesgo y fragmentación, plantea perplejidades ante las que la educación está convocada a procurar sujetos problematizadores, críticos y autónomos.El lector puede acceder a reflexiones agudas y variadas a cargo de prestigios intelectuales de primer nivel y de repercusión regional e internacional convocados para postular otros lugares desde donde puede ser pensada la sociedad global.Desde registros simbólicos que caracterizan a la sociedad global, se trata de metabolizar los procesos y el impacto producido en las subjetividades a través de la educación filosófica.Intentado humanizar las prácticas a través de las mediaciones simbólicas de los procesos históricos-sociales y señalando en las consecuencias y en los efectos no deseados, la filosofía como disciplina de síntesis aparece articulando las representaciones sociales, la construcción social de los conocimientos y las actividades portadoras de valores.La proliferación de productos de identidades reactivas que sumergen a la comunidad en incertidumbre, riesgo y fragmentación, plantea perplejidades ante las que la educación está convocada a procurar sujetos problematizadores, críticos y autónomos.El lector puede acceder a reflexiones agudas y variadas a cargo de prestigios intelectuales de primer nivel y de repercusión regional e internacional convocados para postular otros lugares desde donde puede ser pensada la sociedad global.Intentado humanizar las prácticas a través de las mediaciones simbólicas de los procesos históricos-sociales y señalando en las consecuencias y en los efectos no deseados, la filosofía como disciplina de síntesis aparece articulando las representaciones sociales, la construcción social de los conocimientos y las actividades portadoras de valores.La proliferación de productos de identidades reactivas que sumergen a la comunidad en incertidumbre, riesgo y fragmentación, plantea perplejidades ante las que la educación está convocada a procurar sujetos problematizadores, críticos y autónomos.El lector puede acceder a reflexiones agudas y variadas a cargo de prestigios intelectuales de primer nivel y de repercusión regional e internacional convocados para postular otros lugares desde donde puede ser pensada la sociedad global.La proliferación de productos de identidades reactivas que sumergen a la comunidad en incertidumbre, riesgo y fragmentación, plantea perplejidades ante las que la educación está convocada a procurar sujetos problematizadores, críticos y autónomos.El lector puede acceder a reflexiones agudas y variadas a cargo de prestigios intelectuales de primer nivel y de repercusión regional e internacional convocados para postular otros lugares desde donde puede ser pensada la sociedad global.El lector puede acceder a reflexiones agudas y variadas a cargo de prestigios intelectuales de primer nivel y de repercusión regional e internacional convocados para postular otros lugares desde donde puede ser pensada la sociedad global. 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    La Sociedad Civil en Hegel. Crítica y reconstrucción conceptual

    La Sociedad Civil en Hegel. Crítica y recons...

    Sin existencias

    COP $ 61.000
    El proyecto ético que Hegel desplegara en sus contemplaba recuperar la bella totalidad de la polis griega idea juvenil a la que nunca renunció sin por ellos negar al particular y aquí la novedad de su concepción ética madura el legítimo derecho a una existencia libre y autónoma. Pero al desplegar el principio de la particularidad, núcleo del concepto de sociedad civil, su movimiento inmanente y necesario desembocó en crisis económicas estructurales, cuyos conflictos civiles amenazaban con infiltrase en el campo político, tornando ilusoria esa reconciliación ética sustancial que Hegel esperaba del Estado. Fue entones que, para salvar su proyecto político, incompatible con el antagonismo social que las crisis generan, las relegó a un segundo plano conceptual y expositivo a contramano de sus propios principios metodológicos.En el presente trabajo, el autor propone llevar adelante una reconstrucción conceptual y expositiva de la sociedad civil, rescatando, por un lado, a las crisis económicas como su contradicción dialéctica inmanente y desechando, por otro, las determinaciones ajenas y extrañas a su racionalidad, determinaciones espurias sobre las que Hegel construyó la utopía de un Estado que reconcilia sus fisuras los intereses particulares con los fines universales de la comunidad. Principios de la Filosofía del Derecho contemplaba recuperar la bella totalidad de la polis griega idea juvenil a la que nunca renunció sin por ellos negar al particular y aquí la novedad de su concepción ética madura el legítimo derecho a una existencia libre y autónoma. Pero al desplegar el principio de la particularidad, núcleo del concepto de sociedad civil, su movimiento inmanente y necesario desembocó en crisis económicas estructurales, cuyos conflictos civiles amenazaban con infiltrase en el campo político, tornando ilusoria esa reconciliación ética sustancial que Hegel esperaba del Estado. Fue entones que, para salvar su proyecto político, incompatible con el antagonismo social que las crisis generan, las relegó a un segundo plano conceptual y expositivo a contramano de sus propios principios metodológicos.En el presente trabajo, el autor propone llevar adelante una reconstrucción conceptual y expositiva de la sociedad civil, rescatando, por un lado, a las crisis económicas como su contradicción dialéctica inmanente y desechando, por otro, las determinaciones ajenas y extrañas a su racionalidad, determinaciones espurias sobre las que Hegel construyó la utopía de un Estado que reconcilia sus fisuras los intereses particulares con los fines universales de la comunidad. En el presente trabajo, el autor propone llevar adelante una reconstrucción conceptual y expositiva de la sociedad civil, rescatando, por un lado, a las crisis económicas como su contradicción dialéctica inmanente y desechando, por otro, las determinaciones ajenas y extrañas a su racionalidad, determinaciones espurias sobre las que Hegel construyó la utopía de un Estado que reconcilia sus fisuras los intereses particulares con los fines universales de la comunidad. Más información

  3. Mundo griego I. La polis, la ciudadanía y la...

    COP $ 31.000
    ...Una colección diferente donde encontrará respuesta a sus preguntas, elementos para profundizar en viejas y nuevas temáticas, teorías y métodos para elaborar proyectos en el aula y en sus propias investigaciones.Una introducción a la filosofía, que incluye trabajos prácticos, textos complementarios, muy versátil para trabajar en el aula y de fácil lectura para los alumnos. Incluye una visión del origen de la filosofía emparentada a lo político y una distinción con respecto a la tradición judeocristiana del pensamiento.Adquiera también el Una introducción a la filosofía, que incluye trabajos prácticos, textos complementarios, muy versátil para trabajar en el aula y de fácil lectura para los alumnos. Incluye una visión del origen de la filosofía emparentada a lo político y una distinción con respecto a la tradición judeocristiana del pensamiento.Adquiera también el Adquiera también el Volumen II Más información
  4. Mundo griego II. La universalidad griega y la...

    COP $ 36.000
    ... Una colección diferente donde encontrará respuesta a sus preguntas, elementos para profundizar en viejas y nuevas temáticas, teorías y métodos para elaborar proyectos en el aula y en sus propias investigaciones.El origen de la filosofía esta vez propuesto a partir de dos tradiciones: la griega (pagana) y la bíblica (monoteísta en sus dos vertientes judía y cristiana). Contiene cuestionarios y ejercicios. Una guía y ayuda para la organización del trabajo en el aula y de fácil lectura para los alumnos.Adquiera también el El origen de la filosofía esta vez propuesto a partir de dos tradiciones: la griega (pagana) y la bíblica (monoteísta en sus dos vertientes judía y cristiana). Contiene cuestionarios y ejercicios. Una guía y ayuda para la organización del trabajo en el aula y de fácil lectura para los alumnos.Adquiera también el Adquiera también el Volumen I Más información
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    De poetas, niños y criminalidades. A propósito de Jean Genet

    De poetas, niños y criminalidades. A propós...

    Sin existencias

    COP $ 56.000
    Este libro gira en torno a un texto inédito en castellano de Jean Genet, . Un texto pensado originalmente para ser oído por la radiofonía y que luego Genet pone es sus escritos cuando su palabra es rechazada.Sus artículos tejen una trama en la cual desde diferentes ángulos de visión, los autores intentan cercar la cosa criminal y el problema de la imputación de ese adjetivo o propiedad a los niños. Tarea impulsada por la escritura genetiana, interpelante y convocante induce, desde el exterior, a pensar en la condición actual de los niños y la infancia, y guiada por el trazo singular del poeta y escritor que desde ese lugar lee las fisuras del buen ordenamiento social.El niño criminal. Un texto pensado originalmente para ser oído por la radiofonía y que luego Genet pone es sus escritos cuando su palabra es rechazada.Sus artículos tejen una trama en la cual desde diferentes ángulos de visión, los autores intentan cercar la cosa criminal y el problema de la imputación de ese adjetivo o propiedad a los niños. Tarea impulsada por la escritura genetiana, interpelante y convocante induce, desde el exterior, a pensar en la condición actual de los niños y la infancia, y guiada por el trazo singular del poeta y escritor que desde ese lugar lee las fisuras del buen ordenamiento social.Sus artículos tejen una trama en la cual desde diferentes ángulos de visión, los autores intentan cercar la cosa criminal y el problema de la imputación de ese adjetivo o propiedad a los niños. Tarea impulsada por la escritura genetiana, interpelante y convocante induce, desde el exterior, a pensar en la condición actual de los niños y la infancia, y guiada por el trazo singular del poeta y escritor que desde ese lugar lee las fisuras del buen ordenamiento social.Tarea impulsada por la escritura genetiana, interpelante y convocante induce, desde el exterior, a pensar en la condición actual de los niños y la infancia, y guiada por el trazo singular del poeta y escritor que desde ese lugar lee las fisuras del buen ordenamiento social. Más información

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    Finitud y mediación. La cualidad en la Lógica de Hegel

    Finitud y mediación. La cualidad en la Lógi...

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    COP $ 95.000
    El título refiereal concepto de cualidad según Hegel lo desarrolla en su . La finitud del ser-ahí y la mediación infinita de la autoconciencia son concebidas a través del desarrollo de la cualidad. Mediante el despliegue de sus tres capítulos, ser, ser-ahí y ser-para-sí, Hegel medita el devenir de la idea con el poder de autodeterminación de la autoconciencia.La Doctrina del ser empieza con la sección dedicada a la cualidad. De este modo se da inicio a la transformación de la metafísica moderna y se abre el curso de la filosofía del siglo veinte. En este sentido cabe ubicar a la no detrás de lo que llamamos filosofía contemporánea, sino en ella o más allá de ella. Parafraseando a Rilke, quien ha dicho que las obras de arte gozan de una infinita soledades posible decir que lapor contener cuestiones de las llamadasinactuales, goza en este tiempo de una asombrosa actualidad. Con este libro, el autor deja sentado que al pensamiento de Hegel le es tan caro el concepto de sistema como a éste la necesidad de desistir de sus principios. De este modo, despliegue y disolución, cierre y apertura, método y comienzo, son términos que indican los extremos del pensamiento especulativo. Por ello no es extraño que junto a la pintura gris de aquellos que hoy en día superpongan fines sobre fines, resurja la necesidad de retornar a Hegel a la hora de pensar un nuevo comienzo. Todo esto parece quedar expresado en la frase que Hegel supo acuñar en los primeros años de Jena: El comienzo de toda filosofía es su destrucciónFinitud y mediación refiereal concepto de cualidad según Hegel lo desarrolla en su . La finitud del ser-ahí y la mediación infinita de la autoconciencia son concebidas a través del desarrollo de la cualidad. Mediante el despliegue de sus tres capítulos, ser, ser-ahí y ser-para-sí, Hegel medita el devenir de la idea con el poder de autodeterminación de la autoconciencia.La Doctrina del ser empieza con la sección dedicada a la cualidad. De este modo se da inicio a la transformación de la metafísica moderna y se abre el curso de la filosofía del siglo veinte. En este sentido cabe ubicar a la no detrás de lo que llamamos filosofía contemporánea, sino en ella o más allá de ella. Parafraseando a Rilke, quien ha dicho que las obras de arte gozan de una infinita soledades posible decir que lapor contener cuestiones de las llamadasinactuales, goza en este tiempo de una asombrosa actualidad. Con este libro, el autor deja sentado que al pensamiento de Hegel le es tan caro el concepto de sistema como a éste la necesidad de desistir de sus principios. De este modo, despliegue y disolución, cierre y apertura, método y comienzo, son términos que indican los extremos del pensamiento especulativo. Por ello no es extraño que junto a la pintura gris de aquellos que hoy en día superpongan fines sobre fines, resurja la necesidad de retornar a Hegel a la hora de pensar un nuevo comienzo. Todo esto parece quedar expresado en la frase que Hegel supo acuñar en los primeros años de Jena: El comienzo de toda filosofía es su destrucción al concepto de cualidad según Hegel lo desarrolla en su . La finitud del ser-ahí y la mediación infinita de la autoconciencia son concebidas a través del desarrollo de la cualidad. Mediante el despliegue de sus tres capítulos, ser, ser-ahí y ser-para-sí, Hegel medita el devenir de la idea con el poder de autodeterminación de la autoconciencia.La Doctrina del ser empieza con la sección dedicada a la cualidad. De este modo se da inicio a la transformación de la metafísica moderna y se abre el curso de la filosofía del siglo veinte. En este sentido cabe ubicar a la no detrás de lo que llamamos filosofía contemporánea, sino en ella o más allá de ella. Parafraseando a Rilke, quien ha dicho que las obras de arte gozan de una infinita soledades posible decir que lapor contener cuestiones de las llamadasinactuales, goza en este tiempo de una asombrosa actualidad. Con este libro, el autor deja sentado que al pensamiento de Hegel le es tan caro el concepto de sistema como a éste la necesidad de desistir de sus principios. De este modo, despliegue y disolución, cierre y apertura, método y comienzo, son términos que indican los extremos del pensamiento especulativo. Por ello no es extraño que junto a la pintura gris de aquellos que hoy en día superpongan fines sobre fines, resurja la necesidad de retornar a Hegel a la hora de pensar un nuevo comienzo. Todo esto parece quedar expresado en la frase que Hegel supo acuñar en los primeros años de Jena: El comienzo de toda filosofía es su destrucciónCiencia de la Lógica. La finitud del ser-ahí y la mediación infinita de la autoconciencia son concebidas a través del desarrollo de la cualidad. Mediante el despliegue de sus tres capítulos, ser, ser-ahí y ser-para-sí, Hegel medita el devenir de la idea con el poder de autodeterminación de la autoconciencia.La Doctrina del ser empieza con la sección dedicada a la cualidad. De este modo se da inicio a la transformación de la metafísica moderna y se abre el curso de la filosofía del siglo veinte. En este sentido cabe ubicar a la no detrás de lo que llamamos filosofía contemporánea, sino en ella o más allá de ella. Parafraseando a Rilke, quien ha dicho que las obras de arte gozan de una infinita soledades posible decir que lapor contener cuestiones de las llamadasinactuales, goza en este tiempo de una asombrosa actualidad. Con este libro, el autor deja sentado que al pensamiento de Hegel le es tan caro el concepto de sistema como a éste la necesidad de desistir de sus principios. De este modo, despliegue y disolución, cierre y apertura, método y comienzo, son términos que indican los extremos del pensamiento especulativo. Por ello no es extraño que junto a la pintura gris de aquellos que hoy en día superpongan fines sobre fines, resurja la necesidad de retornar a Hegel a la hora de pensar un nuevo comienzo. Todo esto parece quedar expresado en la frase que Hegel supo acuñar en los primeros años de Jena: El comienzo de toda filosofía es su destrucciónLa Doctrina del ser empieza con la sección dedicada a la cualidad. De este modo se da inicio a la transformación de la metafísica moderna y se abre el curso de la filosofía del siglo veinte. En este sentido cabe ubicar a la no detrás de lo que llamamos filosofía contemporánea, sino en ella o más allá de ella. Parafraseando a Rilke, quien ha dicho que las obras de arte gozan de una infinita soledades posible decir que lapor contener cuestiones de las llamadasinactuales, goza en este tiempo de una asombrosa actualidad. Con este libro, el autor deja sentado que al pensamiento de Hegel le es tan caro el concepto de sistema como a éste la necesidad de desistir de sus principios. De este modo, despliegue y disolución, cierre y apertura, método y comienzo, son términos que indican los extremos del pensamiento especulativo. Por ello no es extraño que junto a la pintura gris de aquellos que hoy en día superpongan fines sobre fines, resurja la necesidad de retornar a Hegel a la hora de pensar un nuevo comienzo. Todo esto parece quedar expresado en la frase que Hegel supo acuñar en los primeros años de Jena: El comienzo de toda filosofía es su destrucciónLógica no detrás de lo que llamamos filosofía contemporánea, sino en ella o más allá de ella. Parafraseando a Rilke, quien ha dicho que las obras de arte gozan de una infinita soledades posible decir que lapor contener cuestiones de las llamadasinactuales, goza en este tiempo de una asombrosa actualidad. Con este libro, el autor deja sentado que al pensamiento de Hegel le es tan caro el concepto de sistema como a éste la necesidad de desistir de sus principios. De este modo, despliegue y disolución, cierre y apertura, método y comienzo, son términos que indican los extremos del pensamiento especulativo. Por ello no es extraño que junto a la pintura gris de aquellos que hoy en día superpongan fines sobre fines, resurja la necesidad de retornar a Hegel a la hora de pensar un nuevo comienzo. Todo esto parece quedar expresado en la frase que Hegel supo acuñar en los primeros años de Jena: El comienzo de toda filosofía es su destrucciónParafraseando a Rilke, quien ha dicho que las obras de arte gozan de una infinita soledades posible decir que lapor contener cuestiones de las llamadasinactuales, goza en este tiempo de una asombrosa actualidad. Con este libro, el autor deja sentado que al pensamiento de Hegel le es tan caro el concepto de sistema como a éste la necesidad de desistir de sus principios. De este modo, despliegue y disolución, cierre y apertura, método y comienzo, son términos que indican los extremos del pensamiento especulativo. Por ello no es extraño que junto a la pintura gris de aquellos que hoy en día superpongan fines sobre fines, resurja la necesidad de retornar a Hegel a la hora de pensar un nuevo comienzo. Todo esto parece quedar expresado en la frase que Hegel supo acuñar en los primeros años de Jena: El comienzo de toda filosofía es su destrucción, es posible decir que lapor contener cuestiones de las llamadasinactuales, goza en este tiempo de una asombrosa actualidad. Con este libro, el autor deja sentado que al pensamiento de Hegel le es tan caro el concepto de sistema como a éste la necesidad de desistir de sus principios. De este modo, despliegue y disolución, cierre y apertura, método y comienzo, son términos que indican los extremos del pensamiento especulativo. Por ello no es extraño que junto a la pintura gris de aquellos que hoy en día superpongan fines sobre fines, resurja la necesidad de retornar a Hegel a la hora de pensar un nuevo comienzo. Todo esto parece quedar expresado en la frase que Hegel supo acuñar en los primeros años de Jena: El comienzo de toda filosofía es su destrucción Ciencia de la Lógica, por contener cuestiones de las llamadasinactuales, goza en este tiempo de una asombrosa actualidad. Con este libro, el autor deja sentado que al pensamiento de Hegel le es tan caro el concepto de sistema como a éste la necesidad de desistir de sus principios. De este modo, despliegue y disolución, cierre y apertura, método y comienzo, son términos que indican los extremos del pensamiento especulativo. Por ello no es extraño que junto a la pintura gris de aquellos que hoy en día superpongan fines sobre fines, resurja la necesidad de retornar a Hegel a la hora de pensar un nuevo comienzo. Todo esto parece quedar expresado en la frase que Hegel supo acuñar en los primeros años de Jena: El comienzo de toda filosofía es su destrucción inactuales, goza en este tiempo de una asombrosa actualidad. Con este libro, el autor deja sentado que al pensamiento de Hegel le es tan caro el concepto de sistema como a éste la necesidad de desistir de sus principios. De este modo, despliegue y disolución, cierre y apertura, método y comienzo, son términos que indican los extremos del pensamiento especulativo. Por ello no es extraño que junto a la pintura gris de aquellos que hoy en día superpongan fines sobre fines, resurja la necesidad de retornar a Hegel a la hora de pensar un nuevo comienzo. Todo esto parece quedar expresado en la frase que Hegel supo acuñar en los primeros años de Jena: El comienzo de toda filosofía es su destrucciónCon este libro, el autor deja sentado que al pensamiento de Hegel le es tan caro el concepto de sistema como a éste la necesidad de desistir de sus principios. De este modo, despliegue y disolución, cierre y apertura, método y comienzo, son términos que indican los extremos del pensamiento especulativo. Por ello no es extraño que junto a la pintura gris de aquellos que hoy en día superpongan fines sobre fines, resurja la necesidad de retornar a Hegel a la hora de pensar un nuevo comienzo. Todo esto parece quedar expresado en la frase que Hegel supo acuñar en los primeros años de Jena: El comienzo de toda filosofía es su destrucción Por ello no es extraño que junto a la pintura gris de aquellos que hoy en día superpongan fines sobre fines, resurja la necesidad de retornar a Hegel a la hora de pensar un nuevo comienzo. Todo esto parece quedar expresado en la frase que Hegel supo acuñar en los primeros años de Jena: El comienzo de toda filosofía es su destrucción Más información

  7. Política y Sociedad: pensamiento clásico

    COP $ 58.100
    Desde tiempos inmemorables los seres humanos se han agrupado en sociedades, como respuesta a la imposibilidad individual de garantizar la satisfacción de sus necesidades más elementales. Esta urgencia exigió superar la satisfacción de sus necesidades más elementales. Esta urgencia exigió superar el aislamiento característico de aquella situación inicial que ha sido calificada habitualmente como Estado de naturaleza, y comenzar a gestar un marco societario común. Los filósofos políticos han imaginado este tránsito de diversa forma. Por una parte, se ha sostenido que los individuos habrían conseguido organizarse a partir de un acuerdo común, expresado en un pacto originario de fundación de la nueva sociedad, para luego construir una autoridad política mediante la celebración de un segundo contrato entre la sociedad y el designado para ejercer el gobierno, fijándose derechos y obligaciones para las partes.Por otra, se ha afirmado que el origen de la sociedad habría sido producto del sometimiento de los individuos por parte del más fuere entre todos ellos, quien les habría impuesto una rendición incondicional a cambio de garantizarles su vida y las propiedades que, en el futuro, fueran capaces de obtener. En cualquiera de estas dos alternativas, a partir de entonces, el esfuerzo asociado habría permitido morigerar su hambre, construir viviendas, ampararse de las inclemencias geográficas y defenderse frente al ataque de animales o de otros hombres, que como ellos bregaban por apropiarse de los bienes elementales para la vida.En esta publicación se han seleccionado algunas contribuciones fundamentales del pensamiento político occidental, producidas entre los tiempos de la Antigüedad clásica y el auge del Absolutismo Monárquico, en los albores de los tiempos modernos. En ellas se analizan cuestiones fundamentales respecto de las formas de ejercicio del poder político, sus fuentes de legitimación, las características y atribuciones del Estado a lo largo del tiempo; las discusiones sobre la naturaleza del poder, las formas de ejercerlo y de conservarlo, y, asimismo, la apuesta o la prescripción de alguna solución política concreta, con el fin de garantizar la paz y el bien común de los hombres.Por otra, se ha afirmado que el origen de la sociedad habría sido producto del sometimiento de los individuos por parte del más fuere entre todos ellos, quien les habría impuesto una rendición incondicional a cambio de garantizarles su vida y las propiedades que, en el futuro, fueran capaces de obtener. En cualquiera de estas dos alternativas, a partir de entonces, el esfuerzo asociado habría permitido morigerar su hambre, construir viviendas, ampararse de las inclemencias geográficas y defenderse frente al ataque de animales o de otros hombres, que como ellos bregaban por apropiarse de los bienes elementales para la vida.En esta publicación se han seleccionado algunas contribuciones fundamentales del pensamiento político occidental, producidas entre los tiempos de la Antigüedad clásica y el auge del Absolutismo Monárquico, en los albores de los tiempos modernos. En ellas se analizan cuestiones fundamentales respecto de las formas de ejercicio del poder político, sus fuentes de legitimación, las características y atribuciones del Estado a lo largo del tiempo; las discusiones sobre la naturaleza del poder, las formas de ejercerlo y de conservarlo, y, asimismo, la apuesta o la prescripción de alguna solución política concreta, con el fin de garantizar la paz y el bien común de los hombres.En esta publicación se han seleccionado algunas contribuciones fundamentales del pensamiento político occidental, producidas entre los tiempos de la Antigüedad clásica y el auge del Absolutismo Monárquico, en los albores de los tiempos modernos. En ellas se analizan cuestiones fundamentales respecto de las formas de ejercicio del poder político, sus fuentes de legitimación, las características y atribuciones del Estado a lo largo del tiempo; las discusiones sobre la naturaleza del poder, las formas de ejercerlo y de conservarlo, y, asimismo, la apuesta o la prescripción de alguna solución política concreta, con el fin de garantizar la paz y el bien común de los hombres. Más información
  8. Sartre contra Sartre

    COP $ 66.000
    La figura de Sartre nunca ha dejado de suscitar polémicas y su muerte tampoco sirvió para volver a la calma ya que es el intelectual francés más estudiado del siglo XX. El pensamiento de Sartre se propone como un proyecto que, sin renunciar a la universalidad, permanece fuertemente anclado a lo singular. Esta peculiaridad, presente en todos sus escritos, señala un itinerario que va de la filosofía a la narrativa pasando por la política, el teatro, la crítica literaria, el cine, el arte. En cada ocasión, la particularidad específica del trabajo está cargada de una pluralidad de indicios.Este conjunto de artículos trabaja en esa brecha. Piensa contra la estela de lo pensado y reconoce su estilo que mediante la rebelión atenta contra la integridad del pensamiento totalizador. No es un texto sobre Sartre. No aclara, explica, ni divulga. Aquí la filosofía se instituye como tarea crítica. Se lo demuestra en forma de ensayos alrededor de los modos en que Sartre apuntó, por ejemplo, a la conciencia y su modo intencional, esa proyección hacia el futuro que desemboca en la consideración de que el ser tiene como único fundamento la libertad. O ese deseo que implica el movimiento de la mala fe y la dimensión de responsabilidad que implica el ser para otros de la conciencia.Pero también se trata de hoy en la Argentina, luego de entrados en el tercer milenio, cuando retomar la palabra sartreana es antes que nada no temer a alguien que provoca escribiendo sobre un marginal a quien llama Mártir Jean Genet y proclamando que la verdad del mundo sólo es vista por los excluidos de él. Precisamente eso es lo que el texto produce como efecto. Lo que lo hace. Un conjunto de interrogaciones no complacientes, no exegéticas sino indagatorias de lo que puede significar hoy para todos el que Sartre haya propuesto una identidad ontológica entre el individuo y la historia. Lecturas que reorganizan las imágenes de Sartre, por ejemplo, aquella de la prevaloración de la conciencia que condujo a discutir con LeviStrauss, y que marcaron a Foucault y a toda una generación que, reivindicándolo como maestro o amo, trajeron a el medio la urgencia de salir de la conciencia y de su supuesto principio de realidad. El esfuerzo de olvidar a Sartre, dejó muy en carne viva la conciencia sartreana y su denuncia de la capacidad nihilizadora del ser.Por esta razón, cada texto de este libro que toma un hilo y se deja conducir por él, alude no sólo a la actualidad de Sartre, sino a lo actual de la realidad política, a la biografía de este tiempo, en el que subjetividad no se puede construir en exterioridades, a la manera del en si, por una sucesión de economías sino que reclama un espacio.Este conjunto de artículos trabaja en esa brecha. Piensa contra la estela de lo pensado y reconoce su estilo que mediante la rebelión atenta contra la integridad del pensamiento totalizador. No es un texto sobre Sartre. No aclara, explica, ni divulga. Aquí la filosofía se instituye como tarea crítica. Se lo demuestra en forma de ensayos alrededor de los modos en que Sartre apuntó, por ejemplo, a la conciencia y su modo intencional, esa proyección hacia el futuro que desemboca en la consideración de que el ser tiene como único fundamento la libertad. O ese deseo que implica el movimiento de la mala fe y la dimensión de responsabilidad que implica el ser para otros de la conciencia.Pero también se trata de hoy en la Argentina, luego de entrados en el tercer milenio, cuando retomar la palabra sartreana es antes que nada no temer a alguien que provoca escribiendo sobre un marginal a quien llama Mártir Jean Genet y proclamando que la verdad del mundo sólo es vista por los excluidos de él. Precisamente eso es lo que el texto produce como efecto. Lo que lo hace. Un conjunto de interrogaciones no complacientes, no exegéticas sino indagatorias de lo que puede significar hoy para todos el que Sartre haya propuesto una identidad ontológica entre el individuo y la historia. Lecturas que reorganizan las imágenes de Sartre, por ejemplo, aquella de la prevaloración de la conciencia que condujo a discutir con LeviStrauss, y que marcaron a Foucault y a toda una generación que, reivindicándolo como maestro o amo, trajeron a el medio la urgencia de salir de la conciencia y de su supuesto principio de realidad. El esfuerzo de olvidar a Sartre, dejó muy en carne viva la conciencia sartreana y su denuncia de la capacidad nihilizadora del ser.Por esta razón, cada texto de este libro que toma un hilo y se deja conducir por él, alude no sólo a la actualidad de Sartre, sino a lo actual de la realidad política, a la biografía de este tiempo, en el que subjetividad no se puede construir en exterioridades, a la manera del en si, por una sucesión de economías sino que reclama un espacio.Pero también se trata de hoy en la Argentina, luego de entrados en el tercer milenio, cuando retomar la palabra sartreana es antes que nada no temer a alguien que provoca escribiendo sobre un marginal a quien llama Mártir Jean Genet y proclamando que la verdad del mundo sólo es vista por los excluidos de él. Precisamente eso es lo que el texto produce como efecto. Lo que lo hace. Un conjunto de interrogaciones no complacientes, no exegéticas sino indagatorias de lo que puede significar hoy para todos el que Sartre haya propuesto una identidad ontológica entre el individuo y la historia. Lecturas que reorganizan las imágenes de Sartre, por ejemplo, aquella de la prevaloración de la conciencia que condujo a discutir con LeviStrauss, y que marcaron a Foucault y a toda una generación que, reivindicándolo como maestro o amo, trajeron a el medio la urgencia de salir de la conciencia y de su supuesto principio de realidad. El esfuerzo de olvidar a Sartre, dejó muy en carne viva la conciencia sartreana y su denuncia de la capacidad nihilizadora del ser.Por esta razón, cada texto de este libro que toma un hilo y se deja conducir por él, alude no sólo a la actualidad de Sartre, sino a lo actual de la realidad política, a la biografía de este tiempo, en el que subjetividad no se puede construir en exterioridades, a la manera del en si, por una sucesión de economías sino que reclama un espacio. Un conjunto de interrogaciones no complacientes, no exegéticas sino indagatorias de lo que puede significar hoy para todos el que Sartre haya propuesto una identidad ontológica entre el individuo y la historia. Lecturas que reorganizan las imágenes de Sartre, por ejemplo, aquella de la prevaloración de la conciencia que condujo a discutir con LeviStrauss, y que marcaron a Foucault y a toda una generación que, reivindicándolo como maestro o amo, trajeron a el medio la urgencia de salir de la conciencia y de su supuesto principio de realidad. El esfuerzo de olvidar a Sartre, dejó muy en carne viva la conciencia sartreana y su denuncia de la capacidad nihilizadora del ser.Por esta razón, cada texto de este libro que toma un hilo y se deja conducir por él, alude no sólo a la actualidad de Sartre, sino a lo actual de la realidad política, a la biografía de este tiempo, en el que subjetividad no se puede construir en exterioridades, a la manera del en si, por una sucesión de economías sino que reclama un espacio.Por esta razón, cada texto de este libro que toma un hilo y se deja conducir por él, alude no sólo a la actualidad de Sartre, sino a lo actual de la realidad política, a la biografía de este tiempo, en el que subjetividad no se puede construir en exterioridades, a la manera del en si, por una sucesión de economías sino que reclama un espacio. Más información
  9. Cambios y continuidades. Una mirada a los mú...

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    La mirada que articula este texto se detiene en los múltiples procesos sociales, políticos, ideológicos y económicos de la historia contemporánea. Haciendo especial hincapié en los hitos jurídicos e institucionales que se cristalizaron en la Revolución Francesa y aún continúan. El texto aquí presente no concentra su interés únicamente en los acontecimientos europeos sino en el análisis sincrónico de los procesos mundiales, incluidos los latinoamericanos.Se propone así, construir una red que permite entender a los actores políticos, las ideas motoras, los proyectos que cada época se constituyeron como hegemónicos y que fomentaron la estabilidad o promovieron una revolución.Haciendo especial hincapié en los hitos jurídicos e institucionales que se cristalizaron en la Revolución Francesa y aún continúan. El texto aquí presente no concentra su interés únicamente en los acontecimientos europeos sino en el análisis sincrónico de los procesos mundiales, incluidos los latinoamericanos.Se propone así, construir una red que permite entender a los actores políticos, las ideas motoras, los proyectos que cada época se constituyeron como hegemónicos y que fomentaron la estabilidad o promovieron una revolución.Se propone así, construir una red que permite entender a los actores políticos, las ideas motoras, los proyectos que cada época se constituyeron como hegemónicos y que fomentaron la estabilidad o promovieron una revolución. Más información
  10. Los tiempos Modernos. Del capitalismo a la gl...

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    A mediados del siglo XIX, la Argentina emprendió su proceso definitivo de organización nacional. En la definición de las características de la nueva sociedad existieron ganadores y perdedores, sectores que se beneficiaron de las nuevas condiciones existentes para enriquecerse y obtener enorme poder y grupos que fueron condenados al exterminio o a una lenta marcha hacia la desaparición. Producto de ese crudo pragmatismo, los proyectos más exitosos entre los que intentaron imaginar el nacimiento de una nación, forjada por la síntesis entre el estéril vientre del desierto con la barbarie y las promisorias expectativas que abría el progreso, se limitaron a definir un modelo de país dependiente de los grandes centros económicos y políticos internacionales, en el que una dirigencia decidida a jugar el papel de socio minoritario de la burguesía inglesa apostaba sus fichas a enriquecerse rápidamente, apropiándose de las riquezas que sus socios mayores estuvieran dispuestos a concederle.A partir de la década de 1930, el modelo deseable de nación fue puesto en cuestión, sin que resultará posible definir un firme consenso básico para ninguna alternativa precisa. Sin embargo, los argumentos aplicados al debate, y los cursos de acción adoptados tanto para bien como para mal, jamás rehusaron buscar una legitimación en las enseñazas de la historia nacional y universal.Por el contrario, desde hace bastante tiempo esta sociedad marcha a la deriva: las recetas abstractas de los garúes económicos y los organismos de crédito internacional sólo han conseguido provocar inéditos índices de miseria, desigualdad, concentración de la riqueza, desempleo y una evidente desvirtuación de la matriz democrática de la comunidad.Habitualmente, el camino para salir del fango es mucho más doloroso y laberíntico que el que conduce hacia él. Los tiempos modernos traen consigo la necesidad de afrontar un complejo desafío, del que dependerá el futuro como sociedad integrada y democrática. El conocimiento de los procesos históricos universales constituye una herramienta esencial para emprender este desafío. En el presente libro se apunta a difundir algunos elementos de juicio fundamentales para alimentar tan indispensable debate.Producto de ese crudo pragmatismo, los proyectos más exitosos entre los que intentaron imaginar el nacimiento de una nación, forjada por la síntesis entre el estéril vientre del desierto con la barbarie y las promisorias expectativas que abría el progreso, se limitaron a definir un modelo de país dependiente de los grandes centros económicos y políticos internacionales, en el que una dirigencia decidida a jugar el papel de socio minoritario de la burguesía inglesa apostaba sus fichas a enriquecerse rápidamente, apropiándose de las riquezas que sus socios mayores estuvieran dispuestos a concederle.A partir de la década de 1930, el modelo deseable de nación fue puesto en cuestión, sin que resultará posible definir un firme consenso básico para ninguna alternativa precisa. Sin embargo, los argumentos aplicados al debate, y los cursos de acción adoptados tanto para bien como para mal, jamás rehusaron buscar una legitimación en las enseñazas de la historia nacional y universal.Por el contrario, desde hace bastante tiempo esta sociedad marcha a la deriva: las recetas abstractas de los garúes económicos y los organismos de crédito internacional sólo han conseguido provocar inéditos índices de miseria, desigualdad, concentración de la riqueza, desempleo y una evidente desvirtuación de la matriz democrática de la comunidad.Habitualmente, el camino para salir del fango es mucho más doloroso y laberíntico que el que conduce hacia él. Los tiempos modernos traen consigo la necesidad de afrontar un complejo desafío, del que dependerá el futuro como sociedad integrada y democrática. El conocimiento de los procesos históricos universales constituye una herramienta esencial para emprender este desafío. En el presente libro se apunta a difundir algunos elementos de juicio fundamentales para alimentar tan indispensable debate.A partir de la década de 1930, el modelo deseable de nación fue puesto en cuestión, sin que resultará posible definir un firme consenso básico para ninguna alternativa precisa. Sin embargo, los argumentos aplicados al debate, y los cursos de acción adoptados tanto para bien como para mal, jamás rehusaron buscar una legitimación en las enseñazas de la historia nacional y universal.Por el contrario, desde hace bastante tiempo esta sociedad marcha a la deriva: las recetas abstractas de los garúes económicos y los organismos de crédito internacional sólo han conseguido provocar inéditos índices de miseria, desigualdad, concentración de la riqueza, desempleo y una evidente desvirtuación de la matriz democrática de la comunidad.Habitualmente, el camino para salir del fango es mucho más doloroso y laberíntico que el que conduce hacia él. Los tiempos modernos traen consigo la necesidad de afrontar un complejo desafío, del que dependerá el futuro como sociedad integrada y democrática. El conocimiento de los procesos históricos universales constituye una herramienta esencial para emprender este desafío. En el presente libro se apunta a difundir algunos elementos de juicio fundamentales para alimentar tan indispensable debate.Por el contrario, desde hace bastante tiempo esta sociedad marcha a la deriva: las recetas abstractas de los garúes económicos y los organismos de crédito internacional sólo han conseguido provocar inéditos índices de miseria, desigualdad, concentración de la riqueza, desempleo y una evidente desvirtuación de la matriz democrática de la comunidad.Habitualmente, el camino para salir del fango es mucho más doloroso y laberíntico que el que conduce hacia él. Los tiempos modernos traen consigo la necesidad de afrontar un complejo desafío, del que dependerá el futuro como sociedad integrada y democrática. 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