Detalles
A mediados del siglo XIX, la Argentina emprendió su proceso definitivo de organización nacional. En la definición de las características de la nueva sociedad existieron ganadores y perdedores, sectores que se beneficiaron de las nuevas condiciones existentes para enriquecerse y obtener enorme poder y grupos que fueron condenados al exterminio o a una lenta marcha hacia la desaparición. Producto de ese crudo pragmatismo, los proyectos más exitosos entre los que intentaron imaginar el nacimiento de una nación, forjada por la síntesis entre el estéril vientre del desierto con la barbarie y las promisorias expectativas que abría el progreso, se limitaron a definir un modelo de país dependiente de los grandes centros económicos y políticos internacionales, en el que una dirigencia decidida a jugar el papel de socio minoritario de la burguesía inglesa apostaba sus fichas a enriquecerse rápidamente, apropiándose de las riquezas que sus socios mayores estuvieran dispuestos a concederle.A partir de la década de 1930, el modelo deseable de nación fue puesto en cuestión, sin que resultará posible definir un firme consenso básico para ninguna alternativa precisa. Sin embargo, los argumentos aplicados al debate, y los cursos de acción adoptados tanto para bien como para mal, jamás rehusaron buscar una legitimación en las enseñazas de la historia nacional y universal.Por el contrario, desde hace bastante tiempo esta sociedad marcha a la deriva: las recetas abstractas de los garúes económicos y los organismos de crédito internacional sólo han conseguido provocar inéditos índices de miseria, desigualdad, concentración de la riqueza, desempleo y una evidente desvirtuación de la matriz democrática de la comunidad.Habitualmente, el camino para salir del fango es mucho más doloroso y laberíntico que el que conduce hacia él. Los tiempos modernos traen consigo la necesidad de afrontar un complejo desafío, del que dependerá el futuro como sociedad integrada y democrática. El conocimiento de los procesos históricos universales constituye una herramienta esencial para emprender este desafío. En el presente libro se apunta a difundir algunos elementos de juicio fundamentales para alimentar tan indispensable debate.Producto de ese crudo pragmatismo, los proyectos más exitosos entre los que intentaron imaginar el nacimiento de una nación, forjada por la síntesis entre el estéril vientre del desierto con la barbarie y las promisorias expectativas que abría el progreso, se limitaron a definir un modelo de país dependiente de los grandes centros económicos y políticos internacionales, en el que una dirigencia decidida a jugar el papel de socio minoritario de la burguesía inglesa apostaba sus fichas a enriquecerse rápidamente, apropiándose de las riquezas que sus socios mayores estuvieran dispuestos a concederle.A partir de la década de 1930, el modelo deseable de nación fue puesto en cuestión, sin que resultará posible definir un firme consenso básico para ninguna alternativa precisa. Sin embargo, los argumentos aplicados al debate, y los cursos de acción adoptados tanto para bien como para mal, jamás rehusaron buscar una legitimación en las enseñazas de la historia nacional y universal.Por el contrario, desde hace bastante tiempo esta sociedad marcha a la deriva: las recetas abstractas de los garúes económicos y los organismos de crédito internacional sólo han conseguido provocar inéditos índices de miseria, desigualdad, concentración de la riqueza, desempleo y una evidente desvirtuación de la matriz democrática de la comunidad.Habitualmente, el camino para salir del fango es mucho más doloroso y laberíntico que el que conduce hacia él. Los tiempos modernos traen consigo la necesidad de afrontar un complejo desafío, del que dependerá el futuro como sociedad integrada y democrática. El conocimiento de los procesos históricos universales constituye una herramienta esencial para emprender este desafío. En el presente libro se apunta a difundir algunos elementos de juicio fundamentales para alimentar tan indispensable debate.A partir de la década de 1930, el modelo deseable de nación fue puesto en cuestión, sin que resultará posible definir un firme consenso básico para ninguna alternativa precisa. Sin embargo, los argumentos aplicados al debate, y los cursos de acción adoptados tanto para bien como para mal, jamás rehusaron buscar una legitimación en las enseñazas de la historia nacional y universal.Por el contrario, desde hace bastante tiempo esta sociedad marcha a la deriva: las recetas abstractas de los garúes económicos y los organismos de crédito internacional sólo han conseguido provocar inéditos índices de miseria, desigualdad, concentración de la riqueza, desempleo y una evidente desvirtuación de la matriz democrática de la comunidad.Habitualmente, el camino para salir del fango es mucho más doloroso y laberíntico que el que conduce hacia él. Los tiempos modernos traen consigo la necesidad de afrontar un complejo desafío, del que dependerá el futuro como sociedad integrada y democrática. El conocimiento de los procesos históricos universales constituye una herramienta esencial para emprender este desafío. En el presente libro se apunta a difundir algunos elementos de juicio fundamentales para alimentar tan indispensable debate.Por el contrario, desde hace bastante tiempo esta sociedad marcha a la deriva: las recetas abstractas de los garúes económicos y los organismos de crédito internacional sólo han conseguido provocar inéditos índices de miseria, desigualdad, concentración de la riqueza, desempleo y una evidente desvirtuación de la matriz democrática de la comunidad.Habitualmente, el camino para salir del fango es mucho más doloroso y laberíntico que el que conduce hacia él. Los tiempos modernos traen consigo la necesidad de afrontar un complejo desafío, del que dependerá el futuro como sociedad integrada y democrática. El conocimiento de los procesos históricos universales constituye una herramienta esencial para emprender este desafío. En el presente libro se apunta a difundir algunos elementos de juicio fundamentales para alimentar tan indispensable debate.Habitualmente, el camino para salir del fango es mucho más doloroso y laberíntico que el que conduce hacia él. Los tiempos modernos traen consigo la necesidad de afrontar un complejo desafío, del que dependerá el futuro como sociedad integrada y democrática. El conocimiento de los procesos históricos universales constituye una herramienta esencial para emprender este desafío. En el presente libro se apunta a difundir algunos elementos de juicio fundamentales para alimentar tan indispensable debate.En el presente libro se apunta a difundir algunos elementos de juicio fundamentales para alimentar tan indispensable debate.
Varios
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Introducción
Alberto Lettieri
1. Las revoluciones políticas: Inglaterra, Estados Unidos, Francia
Alberto Lettieri
2. La revolución industrial 1760-1849
Julio Stortini
3. Revolución y contra revolución en la Europa de siglo XIX
Alberto Lettieri
4. Nuevas capas de industrialización 1850-1918
Julio Stortini
5. Utopías sociales en la sociedad industrial del Siglo XIX
Alberto Lettieri
6. Estado, sociedad y política en el mundo occidental decimonónico
Alberto Lettieri
7. Expansión imperial y guerra
Julio Stortini
8. Política y sociedad en tiempos de guerra – 1914 y 1945
Annette Pfiffer
9. Entre los años dorados y la Gran Depresión. Los EE.UU. en las décadas de 1920 y 1930
Alberto Lettieri
10. La economía en el período de entreguerras (1919-1939)
Gustavo Pontoriero
11. ¿Aislacionismo o Maquiavelismo? La política exterior de los EE.UU. entre 1900 y 1945
Alberto Lettieri
12. La reconstrucción europea en tiempos de la Guerra Fría (1939-1973)
Gustavo Pontoriero
13. Nuevos equilibrios en Asia y África
Annette Pfeiffer
14. América Latina a partir de 1930
Annette Pfeiffer
15. Crisis y redefiniciones: 1973-1989. La globalización
Gustavo Pontoriero
16. Cambios sociales a partir de 1945
Annette Pfeiffer
Conclusión
Alberto Lettieri
Bibliografía