Profesionales y Técnicos

  1. Solicitar

    Estudios sobre el síntoma

    Estudios sobre el síntoma

    Sin existencias

    COP $ 61.000
    "Este libro habla sobre el psicoanálisis. Se trata de la transcripción de un curso, de una conferencia y de la presentación de un caso clínico comentado en ese mismo curso () Una enseñanza puede llegar a ser verdadera si logra despertar en los que la escuchan (o la leen) una insistencia, un deseo de conocer qué puede brotar cuando ellos mismos se han atrevido a enfrentar la ignorancia como talUna enseñanza puede llegar a ser verdadera si logra despertar en los que la escuchan (o la leen) una insistencia, un deseo de conocer qué puede brotar cuando ellos mismos se han atrevido a enfrentar la ignorancia como tal Más información

  2. Identidad, subjetividad y lengua de origen

    COP $ 68.000
    Este libro toma algunos puntos ya esbozados en su libro anterior para profundizar en ellos. Como bien lo nota José Milmaniene, su interés principal reside en descubrir la filiación del discurso freudiano imbuido del discurso judío. La autora descubre similitudes entre ambos a partir de sus estudios de psicoanálisis y se dispone a analizarlas, investigarlas y relacionarlas. Hay puntos de contacto cabalísticos, bíblicos y talmúdicos.Este libro intenta mostrar hasta que punto el hombre es influenciado por su medio, por el horizonte cultural del lugar en que se educó y por la trasmisión en acto que abrevó en la tradición de sus ancestros.En su recorrido, el objetivo más importante reside en marcar la importancia de reconocer y aceptar aquello que forma parte de la identidad propia, de la construcción de la subjetividad. Y la idea que subyace en el texto es que no solo es innecesario, sino inútil y hasta imposible tratar de negar la procedencia: la misma que es impuesta.Con pacientes investigaciones y consultas en numerosas fuentes fidedignas, la autora recurre al libro fundante de la cultura occidental, la Biblia, como un soporte, que domina, para tomar distintos relatos que grafican claramente su decir, como cuando se refiere al mito de Caín y Abel se requería un largo trabajo de elaboración para lograr superar esta etapa de odio, fundado en un mecanismo forclusivo del Otro para luego arribar a una identidad basada en el respeto y el amor semejante.Poder-Curar para profundizar en ellos. Como bien lo nota José Milmaniene, su interés principal reside en descubrir la filiación del discurso freudiano imbuido del discurso judío. La autora descubre similitudes entre ambos a partir de sus estudios de psicoanálisis y se dispone a analizarlas, investigarlas y relacionarlas. Hay puntos de contacto cabalísticos, bíblicos y talmúdicos.Este libro intenta mostrar hasta que punto el hombre es influenciado por su medio, por el horizonte cultural del lugar en que se educó y por la trasmisión en acto que abrevó en la tradición de sus ancestros.En su recorrido, el objetivo más importante reside en marcar la importancia de reconocer y aceptar aquello que forma parte de la identidad propia, de la construcción de la subjetividad. Y la idea que subyace en el texto es que no solo es innecesario, sino inútil y hasta imposible tratar de negar la procedencia: la misma que es impuesta.Con pacientes investigaciones y consultas en numerosas fuentes fidedignas, la autora recurre al libro fundante de la cultura occidental, la Biblia, como un soporte, que domina, para tomar distintos relatos que grafican claramente su decir, como cuando se refiere al mito de Caín y Abel se requería un largo trabajo de elaboración para lograr superar esta etapa de odio, fundado en un mecanismo forclusivo del Otro para luego arribar a una identidad basada en el respeto y el amor semejante.Este libro intenta mostrar hasta que punto el hombre es influenciado por su medio, por el horizonte cultural del lugar en que se educó y por la trasmisión en acto que abrevó en la tradición de sus ancestros.En su recorrido, el objetivo más importante reside en marcar la importancia de reconocer y aceptar aquello que forma parte de la identidad propia, de la construcción de la subjetividad. Y la idea que subyace en el texto es que no solo es innecesario, sino inútil y hasta imposible tratar de negar la procedencia: la misma que es impuesta.Con pacientes investigaciones y consultas en numerosas fuentes fidedignas, la autora recurre al libro fundante de la cultura occidental, la Biblia, como un soporte, que domina, para tomar distintos relatos que grafican claramente su decir, como cuando se refiere al mito de Caín y Abel se requería un largo trabajo de elaboración para lograr superar esta etapa de odio, fundado en un mecanismo forclusivo del Otro para luego arribar a una identidad basada en el respeto y el amor semejante.En su recorrido, el objetivo más importante reside en marcar la importancia de reconocer y aceptar aquello que forma parte de la identidad propia, de la construcción de la subjetividad. Y la idea que subyace en el texto es que no solo es innecesario, sino inútil y hasta imposible tratar de negar la procedencia: la misma que es impuesta.Con pacientes investigaciones y consultas en numerosas fuentes fidedignas, la autora recurre al libro fundante de la cultura occidental, la Biblia, como un soporte, que domina, para tomar distintos relatos que grafican claramente su decir, como cuando se refiere al mito de Caín y Abel se requería un largo trabajo de elaboración para lograr superar esta etapa de odio, fundado en un mecanismo forclusivo del Otro para luego arribar a una identidad basada en el respeto y el amor semejante.Con pacientes investigaciones y consultas en numerosas fuentes fidedignas, la autora recurre al libro fundante de la cultura occidental, la Biblia, como un soporte, que domina, para tomar distintos relatos que grafican claramente su decir, como cuando se refiere al mito de Caín y Abel se requería un largo trabajo de elaboración para lograr superar esta etapa de odio, fundado en un mecanismo forclusivo del Otro para luego arribar a una identidad basada en el respeto y el amor semejante. 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  3. Política de la ilusión

    COP $ 66.000
    Como lo cotidiano, este libro no es prolijo. Está lleno de líneas de fuga. Confunde. A la vez, es un diálogo del autor con InternetNautas y lectores. Exige más de una lectura, pues no tiene un sentido. Incluso, quizás carezca de claridad. ¿Qué hay detrás del telón negro de una escena del lenguajeEste libro no sólo habla para adentro y se contradice, sino que recrea e indaga tanto sus postulados como la realidad que lo gestó. Por sobre las formas, este libro presenta un contenido polémico, que atraviesa tanto los lugares comunes del pensar la política, como los paradigmas establecidos, avanzando cuestionamientos sobre dobles discursos y supuestas certezas. Escena en la que es desarrollada una temática que dice por sí misma.Este libro no sólo habla para adentro y se contradice, sino que recrea e indaga tanto sus postulados como la realidad que lo gestó. Por sobre las formas, este libro presenta un contenido polémico, que atraviesa tanto los lugares comunes del pensar la política, como los paradigmas establecidos, avanzando cuestionamientos sobre dobles discursos y supuestas certezas. Escena en la que es desarrollada una temática que dice por sí misma.Por sobre las formas, este libro presenta un contenido polémico, que atraviesa tanto los lugares comunes del pensar la política, como los paradigmas establecidos, avanzando cuestionamientos sobre dobles discursos y supuestas certezas. Escena en la que es desarrollada una temática que dice por sí misma. Más información
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    Capitalismo (disciplinario) de redes y cultura (global) del miedo

    Capitalismo (disciplinario) de redes y cultur...

    Sin existencias

    COP $ 66.000
    La incitación mediática del miedo al otro como enemigo potencial entraña hoy el núcleo principal desde el que se están reestructurando los resortes de poder de una democracia reducida, en el fondo y también en la forma, a los residuos inoperantes de su propia simulación engañosa. El medio, como poder , en la medida en que se generaliza como argumento central de esa cultura crecientemente globalizada en los adentros-afueras del Capitalismo (Disciplinario) de Redes, es descrito aquí como elemento regulador del nuevo juego de interracciones predominante en un nuevo esquema social transmoderno, transterritorial y potestatal. Enclavado en un paradigma social sistémico-relacional, el miedo refuerza su poder disciplinante en su dinámicas comunicacionales de los medios globales; y, en segundo lugar, con los efectos opresivos de la fantasía consumista.En síntesis, el Miedo al Otro y lo Otro es el conformador mismo de una sociedad (global) abocada a su infinita autoreproducción normalizadora. Lo cual da vida a unos sujetos atrapados en un imposible esencialismo, que encuentran su antidialógica razón de ser en la desconfianza, y en el violento rechazo de todo lo que no encaja en esa identidad replegada sobre sí misma en la ignorancia (atroz) de su propia rareza extrametafísica y extramoral: las propias víctimas del fenómeno de la globalización neoliberal.emplazante, en la medida en que se generaliza como argumento central de esa cultura crecientemente globalizada en los adentros-afueras del Capitalismo (Disciplinario) de Redes, es descrito aquí como elemento regulador del nuevo juego de interracciones predominante en un nuevo esquema social transmoderno, transterritorial y potestatal. Enclavado en un paradigma social sistémico-relacional, el miedo refuerza su poder disciplinante en su dinámicas comunicacionales de los medios globales; y, en segundo lugar, con los efectos opresivos de la fantasía consumista.En síntesis, el Miedo al Otro y lo Otro es el conformador mismo de una sociedad (global) abocada a su infinita autoreproducción normalizadora. Lo cual da vida a unos sujetos atrapados en un imposible esencialismo, que encuentran su antidialógica razón de ser en la desconfianza, y en el violento rechazo de todo lo que no encaja en esa identidad replegada sobre sí misma en la ignorancia (atroz) de su propia rareza extrametafísica y extramoral: las propias víctimas del fenómeno de la globalización neoliberal.Enclavado en un paradigma social sistémico-relacional, el miedo refuerza su poder disciplinante en su dinámicas comunicacionales de los medios globales; y, en segundo lugar, con los efectos opresivos de la fantasía consumista.En síntesis, el Miedo al Otro y lo Otro es el conformador mismo de una sociedad (global) abocada a su infinita autoreproducción normalizadora. Lo cual da vida a unos sujetos atrapados en un imposible esencialismo, que encuentran su antidialógica razón de ser en la desconfianza, y en el violento rechazo de todo lo que no encaja en esa identidad replegada sobre sí misma en la ignorancia (atroz) de su propia rareza extrametafísica y extramoral: las propias víctimas del fenómeno de la globalización neoliberal.En síntesis, el Miedo al Otro y lo Otro es el conformador mismo de una sociedad (global) abocada a su infinita autoreproducción normalizadora. Lo cual da vida a unos sujetos atrapados en un imposible esencialismo, que encuentran su antidialógica razón de ser en la desconfianza, y en el violento rechazo de todo lo que no encaja en esa identidad replegada sobre sí misma en la ignorancia (atroz) de su propia rareza extrametafísica y extramoral: las propias víctimas del fenómeno de la globalización neoliberal. Más información

  5. Condorcet. Instituir al ciudadano

    COP $ 61.000
    El autor analiza la urgencia, provocada por la Revolución Francesa (1789) y por la Declaración de los Derechos Humanos, de instituir la ciudadanía. Lo que al autor se le presentó no solo como tarea, sino como una exigencia del pensamiento y de la acción que encierra una contradicción: para instituir al ciudadano es necesaria la educación para la ciudadanía, y para que la educación cívica sea posible, educador y educado deben ser ya ciudadanos. Este libro muestra cómo esta dificultad fue pensada a través de distintos conceptos de filosofía política (un espacio público condorcetiano, un espacio público rousseauista, dos concepciones diferentes de la nación) en los proyectos de instrucción pública y de educación nacional presentados en la Asamblea.Condorcet, dice el autor logra salir de esta dificultad e inscribe esta institución (que compromete a todos los ciudadanos, pero sin instrucción son incapaces de darse cuenta de ello) en una historia general de las luces y de la libertad: en su teoría del progreso. Es el régimen político republicano (que orientará los destinos de la Revolución) el que al garantiza la libertad y la igualdad hace posible proyectar en toda su potencia la expresión instituir al ciudadano.Con un mismo gesto, Condorcet funda dos ideas. La idea de la República y la de la escuela republicana. Toma el concepto de ciudadano de la distinción que hace Rousseau entre súbdito y ciudadano, pero define su institución de manera novedosa. Instituir significa instruir a los niños, con lo cual los significados de fundar e instruir se unen. Propone una responsabilidad compartida de quienes instituyen (los revolucionarios) y de los sucesores: la idea de institución, es entonces, un llamado a ser fiel a los valores que sustentan a la instrucción pública y a la República. Instituir al ciudadano (mediante la instrucción pública) es condición de posibilidad de la República y también dirigirse a las generaciones siguientes, pensar en la República que viene.Condorcet se sumerge en el mundo político de la Revolución como un intelectual: con las exigencias de la acción pero pensando teóricamente el mundo en que vive: ¿cómo ligar la libertad y la igualdad, ¿qué escuela para la Revolución Sus respuestas se prolongan en proposiciones institucionales: su esfuerzo teórico se vuelca al plano pedagógico, y la institución del ciudadano será instrucción pública, que inscribe la preocupación por el futuro en el corazón del proyecto republicano. La ciudadanía así instituida debe ser crítica, los futuros ciudadanos no deben ser rehenes de los prejuicios de las generaciones precedentes. La educación cívica no debe constituirse en un catecismo republicano: a las leyes hay que amarlas, pero no se debe poder criticarlas y revisarlas, aunque la decisión de enseñar las leyes, las instituciones y la declaración de derechos es un acto de ciudadanía. Los saberes de cada época deben contribuir a formar el juicio crítico de los ciudadanos. La fraternidad para este autor es el respeto mutuo que se tienen los ciudadanos ilustrados, a quienes su pasaje por los saberes ha ayudado a instituir su propia autonomía. Son las Luces las que permiten adquirir el hábito de ponerse de acuerdo sobre sus intereses comunes , no ser meros militantes (propagar opiniones) ni ofrecerse a un partido. El autor permite revisar esta versión democrática de la relación entre moral y política, ejemplo republicano del humanismos de las Luces, del filósofo que creyó deber de la Razón pensar la libertad para que la Razón no se convierta en terror, que enseña que el futuro del régimen republicano está en la escuela, que nos pone juntos y permite unir la virtud política, la búsqueda de la verdad y la libertad.Este libro muestra cómo esta dificultad fue pensada a través de distintos conceptos de filosofía política (un espacio público condorcetiano, un espacio público rousseauista, dos concepciones diferentes de la nación) en los proyectos de instrucción pública y de educación nacional presentados en la Asamblea.Condorcet, dice el autor logra salir de esta dificultad e inscribe esta institución (que compromete a todos los ciudadanos, pero sin instrucción son incapaces de darse cuenta de ello) en una historia general de las luces y de la libertad: en su teoría del progreso. Es el régimen político republicano (que orientará los destinos de la Revolución) el que al garantiza la libertad y la igualdad hace posible proyectar en toda su potencia la expresión instituir al ciudadano.Con un mismo gesto, Condorcet funda dos ideas. La idea de la República y la de la escuela republicana. Toma el concepto de ciudadano de la distinción que hace Rousseau entre súbdito y ciudadano, pero define su institución de manera novedosa. Instituir significa instruir a los niños, con lo cual los significados de fundar e instruir se unen. Propone una responsabilidad compartida de quienes instituyen (los revolucionarios) y de los sucesores: la idea de institución, es entonces, un llamado a ser fiel a los valores que sustentan a la instrucción pública y a la República. Instituir al ciudadano (mediante la instrucción pública) es condición de posibilidad de la República y también dirigirse a las generaciones siguientes, pensar en la República que viene.Condorcet se sumerge en el mundo político de la Revolución como un intelectual: con las exigencias de la acción pero pensando teóricamente el mundo en que vive: ¿cómo ligar la libertad y la igualdad, ¿qué escuela para la Revolución Sus respuestas se prolongan en proposiciones institucionales: su esfuerzo teórico se vuelca al plano pedagógico, y la institución del ciudadano será instrucción pública, que inscribe la preocupación por el futuro en el corazón del proyecto republicano. La ciudadanía así instituida debe ser crítica, los futuros ciudadanos no deben ser rehenes de los prejuicios de las generaciones precedentes. La educación cívica no debe constituirse en un catecismo republicano: a las leyes hay que amarlas, pero no se debe poder criticarlas y revisarlas, aunque la decisión de enseñar las leyes, las instituciones y la declaración de derechos es un acto de ciudadanía. Los saberes de cada época deben contribuir a formar el juicio crítico de los ciudadanos. La fraternidad para este autor es el respeto mutuo que se tienen los ciudadanos ilustrados, a quienes su pasaje por los saberes ha ayudado a instituir su propia autonomía. Son las Luces las que permiten adquirir el hábito de ponerse de acuerdo sobre sus intereses comunes , no ser meros militantes (propagar opiniones) ni ofrecerse a un partido. El autor permite revisar esta versión democrática de la relación entre moral y política, ejemplo republicano del humanismos de las Luces, del filósofo que creyó deber de la Razón pensar la libertad para que la Razón no se convierta en terror, que enseña que el futuro del régimen republicano está en la escuela, que nos pone juntos y permite unir la virtud política, la búsqueda de la verdad y la libertad.Condorcet, dice el autor logra salir de esta dificultad e inscribe esta institución (que compromete a todos los ciudadanos, pero sin instrucción son incapaces de darse cuenta de ello) en una historia general de las luces y de la libertad: en su teoría del progreso. Es el régimen político republicano (que orientará los destinos de la Revolución) el que al garantiza la libertad y la igualdad hace posible proyectar en toda su potencia la expresión instituir al ciudadano.Con un mismo gesto, Condorcet funda dos ideas. La idea de la República y la de la escuela republicana. Toma el concepto de ciudadano de la distinción que hace Rousseau entre súbdito y ciudadano, pero define su institución de manera novedosa. Instituir significa instruir a los niños, con lo cual los significados de fundar e instruir se unen. Propone una responsabilidad compartida de quienes instituyen (los revolucionarios) y de los sucesores: la idea de institución, es entonces, un llamado a ser fiel a los valores que sustentan a la instrucción pública y a la República. Instituir al ciudadano (mediante la instrucción pública) es condición de posibilidad de la República y también dirigirse a las generaciones siguientes, pensar en la República que viene.Condorcet se sumerge en el mundo político de la Revolución como un intelectual: con las exigencias de la acción pero pensando teóricamente el mundo en que vive: ¿cómo ligar la libertad y la igualdad, ¿qué escuela para la Revolución Sus respuestas se prolongan en proposiciones institucionales: su esfuerzo teórico se vuelca al plano pedagógico, y la institución del ciudadano será instrucción pública, que inscribe la preocupación por el futuro en el corazón del proyecto republicano. La ciudadanía así instituida debe ser crítica, los futuros ciudadanos no deben ser rehenes de los prejuicios de las generaciones precedentes. La educación cívica no debe constituirse en un catecismo republicano: a las leyes hay que amarlas, pero no se debe poder criticarlas y revisarlas, aunque la decisión de enseñar las leyes, las instituciones y la declaración de derechos es un acto de ciudadanía. Los saberes de cada época deben contribuir a formar el juicio crítico de los ciudadanos. La fraternidad para este autor es el respeto mutuo que se tienen los ciudadanos ilustrados, a quienes su pasaje por los saberes ha ayudado a instituir su propia autonomía. Son las Luces las que permiten adquirir el hábito de ponerse de acuerdo sobre sus intereses comunes , no ser meros militantes (propagar opiniones) ni ofrecerse a un partido. El autor permite revisar esta versión democrática de la relación entre moral y política, ejemplo republicano del humanismos de las Luces, del filósofo que creyó deber de la Razón pensar la libertad para que la Razón no se convierta en terror, que enseña que el futuro del régimen republicano está en la escuela, que nos pone juntos y permite unir la virtud política, la búsqueda de la verdad y la libertad.Con un mismo gesto, Condorcet funda dos ideas. La idea de la República y la de la escuela republicana. Toma el concepto de ciudadano de la distinción que hace Rousseau entre súbdito y ciudadano, pero define su institución de manera novedosa. Instituir significa instruir a los niños, con lo cual los significados de fundar e instruir se unen. Propone una responsabilidad compartida de quienes instituyen (los revolucionarios) y de los sucesores: la idea de institución, es entonces, un llamado a ser fiel a los valores que sustentan a la instrucción pública y a la República. Instituir al ciudadano (mediante la instrucción pública) es condición de posibilidad de la República y también dirigirse a las generaciones siguientes, pensar en la República que viene.Condorcet se sumerge en el mundo político de la Revolución como un intelectual: con las exigencias de la acción pero pensando teóricamente el mundo en que vive: ¿cómo ligar la libertad y la igualdad, ¿qué escuela para la Revolución Sus respuestas se prolongan en proposiciones institucionales: su esfuerzo teórico se vuelca al plano pedagógico, y la institución del ciudadano será instrucción pública, que inscribe la preocupación por el futuro en el corazón del proyecto republicano. La ciudadanía así instituida debe ser crítica, los futuros ciudadanos no deben ser rehenes de los prejuicios de las generaciones precedentes. La educación cívica no debe constituirse en un catecismo republicano: a las leyes hay que amarlas, pero no se debe poder criticarlas y revisarlas, aunque la decisión de enseñar las leyes, las instituciones y la declaración de derechos es un acto de ciudadanía. Los saberes de cada época deben contribuir a formar el juicio crítico de los ciudadanos. La fraternidad para este autor es el respeto mutuo que se tienen los ciudadanos ilustrados, a quienes su pasaje por los saberes ha ayudado a instituir su propia autonomía. Son las Luces las que permiten adquirir el hábito de ponerse de acuerdo sobre sus intereses comunes , no ser meros militantes (propagar opiniones) ni ofrecerse a un partido. El autor permite revisar esta versión democrática de la relación entre moral y política, ejemplo republicano del humanismos de las Luces, del filósofo que creyó deber de la Razón pensar la libertad para que la Razón no se convierta en terror, que enseña que el futuro del régimen republicano está en la escuela, que nos pone juntos y permite unir la virtud política, la búsqueda de la verdad y la libertad.Condorcet se sumerge en el mundo político de la Revolución como un intelectual: con las exigencias de la acción pero pensando teóricamente el mundo en que vive: ¿cómo ligar la libertad y la igualdad, ¿qué escuela para la Revolución Sus respuestas se prolongan en proposiciones institucionales: su esfuerzo teórico se vuelca al plano pedagógico, y la institución del ciudadano será instrucción pública, que inscribe la preocupación por el futuro en el corazón del proyecto republicano. La ciudadanía así instituida debe ser crítica, los futuros ciudadanos no deben ser rehenes de los prejuicios de las generaciones precedentes. La educación cívica no debe constituirse en un catecismo republicano: a las leyes hay que amarlas, pero no se debe poder criticarlas y revisarlas, aunque la decisión de enseñar las leyes, las instituciones y la declaración de derechos es un acto de ciudadanía. Los saberes de cada época deben contribuir a formar el juicio crítico de los ciudadanos. La fraternidad para este autor es el respeto mutuo que se tienen los ciudadanos ilustrados, a quienes su pasaje por los saberes ha ayudado a instituir su propia autonomía. Son las Luces las que permiten adquirir el hábito de ponerse de acuerdo sobre sus intereses comunes , no ser meros militantes (propagar opiniones) ni ofrecerse a un partido. El autor permite revisar esta versión democrática de la relación entre moral y política, ejemplo republicano del humanismos de las Luces, del filósofo que creyó deber de la Razón pensar la libertad para que la Razón no se convierta en terror, que enseña que el futuro del régimen republicano está en la escuela, que nos pone juntos y permite unir la virtud política, la búsqueda de la verdad y la libertad. La ciudadanía así instituida debe ser crítica, los futuros ciudadanos no deben ser rehenes de los prejuicios de las generaciones precedentes. La educación cívica no debe constituirse en un catecismo republicano: a las leyes hay que amarlas, pero no se debe poder criticarlas y revisarlas, aunque la decisión de enseñar las leyes, las instituciones y la declaración de derechos es un acto de ciudadanía. Los saberes de cada época deben contribuir a formar el juicio crítico de los ciudadanos. La fraternidad para este autor es el respeto mutuo que se tienen los ciudadanos ilustrados, a quienes su pasaje por los saberes ha ayudado a instituir su propia autonomía. Son las Luces las que permiten adquirir el hábito de ponerse de acuerdo sobre sus intereses comunes , no ser meros militantes (propagar opiniones) ni ofrecerse a un partido. El autor permite revisar esta versión democrática de la relación entre moral y política, ejemplo republicano del humanismos de las Luces, del filósofo que creyó deber de la Razón pensar la libertad para que la Razón no se convierta en terror, que enseña que el futuro del régimen republicano está en la escuela, que nos pone juntos y permite unir la virtud política, la búsqueda de la verdad y la libertad.Son las Luces las que permiten adquirir el hábito de ponerse de acuerdo sobre sus intereses comunes , no ser meros militantes (propagar opiniones) ni ofrecerse a un partido. El autor permite revisar esta versión democrática de la relación entre moral y política, ejemplo republicano del humanismos de las Luces, del filósofo que creyó deber de la Razón pensar la libertad para que la Razón no se convierta en terror, que enseña que el futuro del régimen republicano está en la escuela, que nos pone juntos y permite unir la virtud política, la búsqueda de la verdad y la libertad. Más información
  6. Culturas juveniles y rock. Una forma de abord...

    COP $ 61.000
    ¿Cuál es el alcance de las letras de las canciones de rock para avanzar en la conciencia de la Historia y de su estudio Aquí, las autoras trabajan una forma de abordaje de las ciencias sociales a través de la enunciación de las letras del rock en un texto que se completa con guías de trabajo, letras de las canciones y la apuesta teórica de una experiencia de trabajo compartida.Nota: para mayor información, porfavor consulte la taba de contenido.Nota: para mayor información, porfavor consulte la taba de contenido. Más información
  7. Filosofía educación, y sociedad global

    COP $ 71.000
    La UNESCO fiel a su tradición, promueve la filosofía, el filosofar, el aprendizaje y la enseñanza de esta disciplina especialmente en diálogo con las ciencias sociales y humanas, a través de temas clave para la humanidad, así como para regiones, países y grupos sociales.La realización de este libro tiene un carácter regional, lo que conduce a repensar una conciencia histórica, un modelo cultural y su problematicidad anclada en América del Sur.Desde registros simbólicos que caracterizan a la sociedad global, se trata de metabolizar los procesos y el impacto producido en las subjetividades a través de la educación filosófica.Intentado humanizar las prácticas a través de las mediaciones simbólicas de los procesos históricos-sociales y señalando en las consecuencias y en los efectos no deseados, la filosofía como disciplina de síntesis aparece articulando las representaciones sociales, la construcción social de los conocimientos y las actividades portadoras de valores.La proliferación de productos de identidades reactivas que sumergen a la comunidad en incertidumbre, riesgo y fragmentación, plantea perplejidades ante las que la educación está convocada a procurar sujetos problematizadores, críticos y autónomos.El lector puede acceder a reflexiones agudas y variadas a cargo de prestigios intelectuales de primer nivel y de repercusión regional e internacional convocados para postular otros lugares desde donde puede ser pensada la sociedad global.La realización de este libro tiene un carácter regional, lo que conduce a repensar una conciencia histórica, un modelo cultural y su problematicidad anclada en América del Sur.Desde registros simbólicos que caracterizan a la sociedad global, se trata de metabolizar los procesos y el impacto producido en las subjetividades a través de la educación filosófica.Intentado humanizar las prácticas a través de las mediaciones simbólicas de los procesos históricos-sociales y señalando en las consecuencias y en los efectos no deseados, la filosofía como disciplina de síntesis aparece articulando las representaciones sociales, la construcción social de los conocimientos y las actividades portadoras de valores.La proliferación de productos de identidades reactivas que sumergen a la comunidad en incertidumbre, riesgo y fragmentación, plantea perplejidades ante las que la educación está convocada a procurar sujetos problematizadores, críticos y autónomos.El lector puede acceder a reflexiones agudas y variadas a cargo de prestigios intelectuales de primer nivel y de repercusión regional e internacional convocados para postular otros lugares desde donde puede ser pensada la sociedad global.Desde registros simbólicos que caracterizan a la sociedad global, se trata de metabolizar los procesos y el impacto producido en las subjetividades a través de la educación filosófica.Intentado humanizar las prácticas a través de las mediaciones simbólicas de los procesos históricos-sociales y señalando en las consecuencias y en los efectos no deseados, la filosofía como disciplina de síntesis aparece articulando las representaciones sociales, la construcción social de los conocimientos y las actividades portadoras de valores.La proliferación de productos de identidades reactivas que sumergen a la comunidad en incertidumbre, riesgo y fragmentación, plantea perplejidades ante las que la educación está convocada a procurar sujetos problematizadores, críticos y autónomos.El lector puede acceder a reflexiones agudas y variadas a cargo de prestigios intelectuales de primer nivel y de repercusión regional e internacional convocados para postular otros lugares desde donde puede ser pensada la sociedad global.Intentado humanizar las prácticas a través de las mediaciones simbólicas de los procesos históricos-sociales y señalando en las consecuencias y en los efectos no deseados, la filosofía como disciplina de síntesis aparece articulando las representaciones sociales, la construcción social de los conocimientos y las actividades portadoras de valores.La proliferación de productos de identidades reactivas que sumergen a la comunidad en incertidumbre, riesgo y fragmentación, plantea perplejidades ante las que la educación está convocada a procurar sujetos problematizadores, críticos y autónomos.El lector puede acceder a reflexiones agudas y variadas a cargo de prestigios intelectuales de primer nivel y de repercusión regional e internacional convocados para postular otros lugares desde donde puede ser pensada la sociedad global.La proliferación de productos de identidades reactivas que sumergen a la comunidad en incertidumbre, riesgo y fragmentación, plantea perplejidades ante las que la educación está convocada a procurar sujetos problematizadores, críticos y autónomos.El lector puede acceder a reflexiones agudas y variadas a cargo de prestigios intelectuales de primer nivel y de repercusión regional e internacional convocados para postular otros lugares desde donde puede ser pensada la sociedad global.El lector puede acceder a reflexiones agudas y variadas a cargo de prestigios intelectuales de primer nivel y de repercusión regional e internacional convocados para postular otros lugares desde donde puede ser pensada la sociedad global. 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    La Sociedad Civil en Hegel. Crítica y reconstrucción conceptual

    La Sociedad Civil en Hegel. Crítica y recons...

    Sin existencias

    COP $ 61.000
    El proyecto ético que Hegel desplegara en sus contemplaba recuperar la bella totalidad de la polis griega idea juvenil a la que nunca renunció sin por ellos negar al particular y aquí la novedad de su concepción ética madura el legítimo derecho a una existencia libre y autónoma. Pero al desplegar el principio de la particularidad, núcleo del concepto de sociedad civil, su movimiento inmanente y necesario desembocó en crisis económicas estructurales, cuyos conflictos civiles amenazaban con infiltrase en el campo político, tornando ilusoria esa reconciliación ética sustancial que Hegel esperaba del Estado. Fue entones que, para salvar su proyecto político, incompatible con el antagonismo social que las crisis generan, las relegó a un segundo plano conceptual y expositivo a contramano de sus propios principios metodológicos.En el presente trabajo, el autor propone llevar adelante una reconstrucción conceptual y expositiva de la sociedad civil, rescatando, por un lado, a las crisis económicas como su contradicción dialéctica inmanente y desechando, por otro, las determinaciones ajenas y extrañas a su racionalidad, determinaciones espurias sobre las que Hegel construyó la utopía de un Estado que reconcilia sus fisuras los intereses particulares con los fines universales de la comunidad. Principios de la Filosofía del Derecho contemplaba recuperar la bella totalidad de la polis griega idea juvenil a la que nunca renunció sin por ellos negar al particular y aquí la novedad de su concepción ética madura el legítimo derecho a una existencia libre y autónoma. Pero al desplegar el principio de la particularidad, núcleo del concepto de sociedad civil, su movimiento inmanente y necesario desembocó en crisis económicas estructurales, cuyos conflictos civiles amenazaban con infiltrase en el campo político, tornando ilusoria esa reconciliación ética sustancial que Hegel esperaba del Estado. Fue entones que, para salvar su proyecto político, incompatible con el antagonismo social que las crisis generan, las relegó a un segundo plano conceptual y expositivo a contramano de sus propios principios metodológicos.En el presente trabajo, el autor propone llevar adelante una reconstrucción conceptual y expositiva de la sociedad civil, rescatando, por un lado, a las crisis económicas como su contradicción dialéctica inmanente y desechando, por otro, las determinaciones ajenas y extrañas a su racionalidad, determinaciones espurias sobre las que Hegel construyó la utopía de un Estado que reconcilia sus fisuras los intereses particulares con los fines universales de la comunidad. En el presente trabajo, el autor propone llevar adelante una reconstrucción conceptual y expositiva de la sociedad civil, rescatando, por un lado, a las crisis económicas como su contradicción dialéctica inmanente y desechando, por otro, las determinaciones ajenas y extrañas a su racionalidad, determinaciones espurias sobre las que Hegel construyó la utopía de un Estado que reconcilia sus fisuras los intereses particulares con los fines universales de la comunidad. Más información

  9. Sartre contra Sartre

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    La figura de Sartre nunca ha dejado de suscitar polémicas y su muerte tampoco sirvió para volver a la calma ya que es el intelectual francés más estudiado del siglo XX. El pensamiento de Sartre se propone como un proyecto que, sin renunciar a la universalidad, permanece fuertemente anclado a lo singular. Esta peculiaridad, presente en todos sus escritos, señala un itinerario que va de la filosofía a la narrativa pasando por la política, el teatro, la crítica literaria, el cine, el arte. En cada ocasión, la particularidad específica del trabajo está cargada de una pluralidad de indicios.Este conjunto de artículos trabaja en esa brecha. Piensa contra la estela de lo pensado y reconoce su estilo que mediante la rebelión atenta contra la integridad del pensamiento totalizador. No es un texto sobre Sartre. No aclara, explica, ni divulga. Aquí la filosofía se instituye como tarea crítica. Se lo demuestra en forma de ensayos alrededor de los modos en que Sartre apuntó, por ejemplo, a la conciencia y su modo intencional, esa proyección hacia el futuro que desemboca en la consideración de que el ser tiene como único fundamento la libertad. O ese deseo que implica el movimiento de la mala fe y la dimensión de responsabilidad que implica el ser para otros de la conciencia.Pero también se trata de hoy en la Argentina, luego de entrados en el tercer milenio, cuando retomar la palabra sartreana es antes que nada no temer a alguien que provoca escribiendo sobre un marginal a quien llama Mártir Jean Genet y proclamando que la verdad del mundo sólo es vista por los excluidos de él. Precisamente eso es lo que el texto produce como efecto. Lo que lo hace. Un conjunto de interrogaciones no complacientes, no exegéticas sino indagatorias de lo que puede significar hoy para todos el que Sartre haya propuesto una identidad ontológica entre el individuo y la historia. Lecturas que reorganizan las imágenes de Sartre, por ejemplo, aquella de la prevaloración de la conciencia que condujo a discutir con LeviStrauss, y que marcaron a Foucault y a toda una generación que, reivindicándolo como maestro o amo, trajeron a el medio la urgencia de salir de la conciencia y de su supuesto principio de realidad. El esfuerzo de olvidar a Sartre, dejó muy en carne viva la conciencia sartreana y su denuncia de la capacidad nihilizadora del ser.Por esta razón, cada texto de este libro que toma un hilo y se deja conducir por él, alude no sólo a la actualidad de Sartre, sino a lo actual de la realidad política, a la biografía de este tiempo, en el que subjetividad no se puede construir en exterioridades, a la manera del en si, por una sucesión de economías sino que reclama un espacio.Este conjunto de artículos trabaja en esa brecha. Piensa contra la estela de lo pensado y reconoce su estilo que mediante la rebelión atenta contra la integridad del pensamiento totalizador. No es un texto sobre Sartre. No aclara, explica, ni divulga. Aquí la filosofía se instituye como tarea crítica. Se lo demuestra en forma de ensayos alrededor de los modos en que Sartre apuntó, por ejemplo, a la conciencia y su modo intencional, esa proyección hacia el futuro que desemboca en la consideración de que el ser tiene como único fundamento la libertad. O ese deseo que implica el movimiento de la mala fe y la dimensión de responsabilidad que implica el ser para otros de la conciencia.Pero también se trata de hoy en la Argentina, luego de entrados en el tercer milenio, cuando retomar la palabra sartreana es antes que nada no temer a alguien que provoca escribiendo sobre un marginal a quien llama Mártir Jean Genet y proclamando que la verdad del mundo sólo es vista por los excluidos de él. Precisamente eso es lo que el texto produce como efecto. Lo que lo hace. Un conjunto de interrogaciones no complacientes, no exegéticas sino indagatorias de lo que puede significar hoy para todos el que Sartre haya propuesto una identidad ontológica entre el individuo y la historia. Lecturas que reorganizan las imágenes de Sartre, por ejemplo, aquella de la prevaloración de la conciencia que condujo a discutir con LeviStrauss, y que marcaron a Foucault y a toda una generación que, reivindicándolo como maestro o amo, trajeron a el medio la urgencia de salir de la conciencia y de su supuesto principio de realidad. El esfuerzo de olvidar a Sartre, dejó muy en carne viva la conciencia sartreana y su denuncia de la capacidad nihilizadora del ser.Por esta razón, cada texto de este libro que toma un hilo y se deja conducir por él, alude no sólo a la actualidad de Sartre, sino a lo actual de la realidad política, a la biografía de este tiempo, en el que subjetividad no se puede construir en exterioridades, a la manera del en si, por una sucesión de economías sino que reclama un espacio.Pero también se trata de hoy en la Argentina, luego de entrados en el tercer milenio, cuando retomar la palabra sartreana es antes que nada no temer a alguien que provoca escribiendo sobre un marginal a quien llama Mártir Jean Genet y proclamando que la verdad del mundo sólo es vista por los excluidos de él. Precisamente eso es lo que el texto produce como efecto. Lo que lo hace. Un conjunto de interrogaciones no complacientes, no exegéticas sino indagatorias de lo que puede significar hoy para todos el que Sartre haya propuesto una identidad ontológica entre el individuo y la historia. Lecturas que reorganizan las imágenes de Sartre, por ejemplo, aquella de la prevaloración de la conciencia que condujo a discutir con LeviStrauss, y que marcaron a Foucault y a toda una generación que, reivindicándolo como maestro o amo, trajeron a el medio la urgencia de salir de la conciencia y de su supuesto principio de realidad. El esfuerzo de olvidar a Sartre, dejó muy en carne viva la conciencia sartreana y su denuncia de la capacidad nihilizadora del ser.Por esta razón, cada texto de este libro que toma un hilo y se deja conducir por él, alude no sólo a la actualidad de Sartre, sino a lo actual de la realidad política, a la biografía de este tiempo, en el que subjetividad no se puede construir en exterioridades, a la manera del en si, por una sucesión de economías sino que reclama un espacio. Un conjunto de interrogaciones no complacientes, no exegéticas sino indagatorias de lo que puede significar hoy para todos el que Sartre haya propuesto una identidad ontológica entre el individuo y la historia. Lecturas que reorganizan las imágenes de Sartre, por ejemplo, aquella de la prevaloración de la conciencia que condujo a discutir con LeviStrauss, y que marcaron a Foucault y a toda una generación que, reivindicándolo como maestro o amo, trajeron a el medio la urgencia de salir de la conciencia y de su supuesto principio de realidad. El esfuerzo de olvidar a Sartre, dejó muy en carne viva la conciencia sartreana y su denuncia de la capacidad nihilizadora del ser.Por esta razón, cada texto de este libro que toma un hilo y se deja conducir por él, alude no sólo a la actualidad de Sartre, sino a lo actual de la realidad política, a la biografía de este tiempo, en el que subjetividad no se puede construir en exterioridades, a la manera del en si, por una sucesión de economías sino que reclama un espacio.Por esta razón, cada texto de este libro que toma un hilo y se deja conducir por él, alude no sólo a la actualidad de Sartre, sino a lo actual de la realidad política, a la biografía de este tiempo, en el que subjetividad no se puede construir en exterioridades, a la manera del en si, por una sucesión de economías sino que reclama un espacio. Más información
  10. Ensayos sobre la verdad

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    El enigma de la verdad atraviesa todos los tiempos y todas las culturas. La historia nos ha mostrado sobradamente que la confrontación entre distintas creencias sobre la verdad pone en juego la identidad de los individuos y los pueblos, la guerra y la paz, la vida y la muerte, la libertad o la opresión, la igualdad o la injusticia.La Grecia antigua dio origen a la filosofía como un saber destinado a resolver los enigmas de la realidad. De ella nacieron las ciencias como las ramas de un árbol. Ahora que las ciencias y las tecnologías parecen haber recreado el mundo a través del conocimiento, los grandes interrogantes sobre el destino humano siguen vigentes. La tarea filosófica no ha terminado.Los ensayos que aquí se presentan, además de tratar las teorías de la verdad de distintos autores, ponen en evidencia que no hay modelos de pensamiento únicos, que la humanidad busca resolver sus problemas por distintos caminos. Pese a que la ambición suprema de las ciencias es descubrir conceptos y teorías con validez absoluta, la epistemología contemporánea revela también que el ser humano está condenado a buscar permanentemente la verdad, pues las teorías son refutables.Los pensadores seleccionados representan distintos intentos por brindar interpretaciones convincentes sobre la verdad, la realidad, la libertad, la vida y otros temas cruciales. Ellos han abierto caminos para que las sociedades sean participes de la más profunda aventura de la humanidad: el desciframiento de sus propios enigmas.La Grecia antigua dio origen a la filosofía como un saber destinado a resolver los enigmas de la realidad. De ella nacieron las ciencias como las ramas de un árbol. Ahora que las ciencias y las tecnologías parecen haber recreado el mundo a través del conocimiento, los grandes interrogantes sobre el destino humano siguen vigentes. La tarea filosófica no ha terminado.Los ensayos que aquí se presentan, además de tratar las teorías de la verdad de distintos autores, ponen en evidencia que no hay modelos de pensamiento únicos, que la humanidad busca resolver sus problemas por distintos caminos. Pese a que la ambición suprema de las ciencias es descubrir conceptos y teorías con validez absoluta, la epistemología contemporánea revela también que el ser humano está condenado a buscar permanentemente la verdad, pues las teorías son refutables.Los pensadores seleccionados representan distintos intentos por brindar interpretaciones convincentes sobre la verdad, la realidad, la libertad, la vida y otros temas cruciales. Ellos han abierto caminos para que las sociedades sean participes de la más profunda aventura de la humanidad: el desciframiento de sus propios enigmas.Los ensayos que aquí se presentan, además de tratar las teorías de la verdad de distintos autores, ponen en evidencia que no hay modelos de pensamiento únicos, que la humanidad busca resolver sus problemas por distintos caminos. Pese a que la ambición suprema de las ciencias es descubrir conceptos y teorías con validez absoluta, la epistemología contemporánea revela también que el ser humano está condenado a buscar permanentemente la verdad, pues las teorías son refutables.Los pensadores seleccionados representan distintos intentos por brindar interpretaciones convincentes sobre la verdad, la realidad, la libertad, la vida y otros temas cruciales. Ellos han abierto caminos para que las sociedades sean participes de la más profunda aventura de la humanidad: el desciframiento de sus propios enigmas. Pese a que la ambición suprema de las ciencias es descubrir conceptos y teorías con validez absoluta, la epistemología contemporánea revela también que el ser humano está condenado a buscar permanentemente la verdad, pues las teorías son refutables.Los pensadores seleccionados representan distintos intentos por brindar interpretaciones convincentes sobre la verdad, la realidad, la libertad, la vida y otros temas cruciales. Ellos han abierto caminos para que las sociedades sean participes de la más profunda aventura de la humanidad: el desciframiento de sus propios enigmas.Los pensadores seleccionados representan distintos intentos por brindar interpretaciones convincentes sobre la verdad, la realidad, la libertad, la vida y otros temas cruciales. Ellos han abierto caminos para que las sociedades sean participes de la más profunda aventura de la humanidad: el desciframiento de sus propios enigmas. Más información