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El cofre de la nada. Deriva del nihilismo en ...
COP $ 105.000No es verdad que, como auguraba Baudrillard, nada halla tras la obscenidad de la banda sin fin mediática en la que se consume y consuma nuestra postmodernidad tardio capitalista (e.d., consistente en tardar en desaparecer). No es verdad tampoco, por el otro lado, que tras esa banda, como en negativo, lo revelado sea la profundidad de un occidente rebelado al fin contra esa superficialidad, según algunos alucinados pretenden, en busca de fundamentos más sólidos y divinos que los del inventado enemigo, ese que cree en el uno mientras se disemina mortífero por los nódulos plurales de las arterias y otras redes. Si es verdad que, cansados y desmoralizados, apenas se sabe qué hacer, cortadas las alas del futuro-ficción tras la estruendosa revuelta en el siglo XXI del otro mundo, sojuzgado y mantenido a distancia como material de elaboración para medro del espíritu depredador. Pero una ronca voz nunca del todo acallada sigue avisando de que algo resta atrás.Por ello, tras tanto hinchado humanismo-prietas-las-filas y tanto espectacular horror-visco-porno-moral, empeñados ambos en obturar el terror que viene del fondo (si tras el velo de la belleza se ocultaba antes lo terrible, bien podría agazaparse ahora el terro tras la banalidad kitsch), quizá no esté de más intentar una segunda navegación en torno a esa isla de los muertos que muchos se empeñan en haber dejado para siempre atrás, y preguntarse por la deriva del nihilismo en otra de las muchas tardanzas: la tardomodernidad (otra manera que se resiste a desaparecer, a fuerza de tardar a base de científicas largas). Conjurados son pues aquí los espectros de Hegel, de Jünger y de Heidegger para desmantelar pompas y andamiajes, a fin de empezar a entrever en sus oscuras admoniciones el vínculo en que se anudan de antiguo la nada y la muerte.Por ello, tras tanto hinchado humanismo-prietas-las-filas y tanto espectacular horror-visco-porno-moral, empeñados ambos en obturar el terror que viene del fondo (si tras el velo de la belleza se ocultaba antes lo terrible, bien podría agazaparse ahora el terro tras la banalidad kitsch), quizá no esté de más intentar una segunda navegación en torno a esa isla de los muertos que muchos se empeñan en haber dejado para siempre atrás, y preguntarse por la deriva del nihilismo en otra de las muchas tardanzas: la tardomodernidad (otra manera que se resiste a desaparecer, a fuerza de tardar a base de científicas largas). Conjurados son pues aquí los espectros de Hegel, de Jünger y de Heidegger para desmantelar pompas y andamiajes, a fin de empezar a entrever en sus oscuras admoniciones el vínculo en que se anudan de antiguo la nada y la muerte. Más informaciónEl futuro de lo clásico
COP $ 98.000Para encontrar identidad y fuerza, cada época ha inventado una idea distinta de "clásico". Así lo"clásico" concierne siempre no solo al pasado, sino también al presente y a una visión del futuro. Para darle forma al mundo de mañana es necesario plantear de nuevo los múltiples orígenes que compartimos.¿Por qué la heroína de un famoso manga japonés se llama Nausícaa ¿Por qué tras el once de septiembre de 2001 el mulá Omar comparó a América con Polifemo, «un gigante cegado por el enemigo al que no sabe nombrar», por un Nadie ¿Debemos quedarnos desconcertados por estas citas si se cree que Homero es más "nuestro" que de los japoneses o los musulmanes o vale más que se reflexione sobre la intensidad y la eficacia de unas citas que vienen de tan lejos El autor recorre los senderos de la historia del arte, desde los rascacielos americanos posmodernos hasta los romanos y los griegos, para demostrar cómo ha cambiado la idea de lo "clásico" a lo largo de los siglos, en una estrecha comparación entre antiguos y "modernos" llevada a cabo siempre en función del presente, como un duelo entre interpretaciones opuestas del pasado y del futuro. Ninguna civilización puede pensarse a sí misma si no dispone de otras sociedades que le sirvan de término de comparación de otro lugar en el tiempo (griegos y romanos) y de otro lugar en el espacio (las civilizaciones extraeuropeas). Cuanto mejor se sepa mirar lo "clásico" no como una herencia muerta que pertenece sin merecerla sino como algo sorprendente, que se tiene que reconquistar todos los días, como un potente estímulo para entender lo "diverso", se tendrán más herramientas para formar a las nuevas generaciones.¿Por qué la heroína de un famoso manga japonés se llama Nausícaa ¿Por qué tras el once de septiembre de 2001 el mulá Omar comparó a América con Polifemo, «un gigante cegado por el enemigo al que no sabe nombrar», por un Nadie ¿Debemos quedarnos desconcertados por estas citas si se cree que Homero es más "nuestro" que de los japoneses o los musulmanes o vale más que se reflexione sobre la intensidad y la eficacia de unas citas que vienen de tan lejos El autor recorre los senderos de la historia del arte, desde los rascacielos americanos posmodernos hasta los romanos y los griegos, para demostrar cómo ha cambiado la idea de lo "clásico" a lo largo de los siglos, en una estrecha comparación entre antiguos y "modernos" llevada a cabo siempre en función del presente, como un duelo entre interpretaciones opuestas del pasado y del futuro. Ninguna civilización puede pensarse a sí misma si no dispone de otras sociedades que le sirvan de término de comparación de otro lugar en el tiempo (griegos y romanos) y de otro lugar en el espacio (las civilizaciones extraeuropeas). Cuanto mejor se sepa mirar lo "clásico" no como una herencia muerta que pertenece sin merecerla sino como algo sorprendente, que se tiene que reconquistar todos los días, como un potente estímulo para entender lo "diverso", se tendrán más herramientas para formar a las nuevas generaciones. Más informaciónEl paisaje. Génesis de un concepto
COP $ 174.000En este libro se investiga sobre los procesos y los cambios culturales y perceptivos que activaron o frenaron las ideas relacionadas con las concepciones del paisaje, desde sus orígenes hasta su consolidación en los primeros años del siglo XVII. Basándose en la historiografía y apoyándose en una serie de métodos destilados por disciplinas tales como la lingüística, la fenomenología, la hermenéutica, la antropología, la geometría o la cartografía, se construye una historia de la mirada como parte de la historia más general de la cultura europea.La génesis del concepto paisaje se ha rastreado a través de diferentes manifestaciones, tales como el diseño y creación de jardines, la mención en la literatura de parajes agradables, la representación pictórica de lugares reales, la aparición de logias y miradores en los edificios desde los que contemplar los parajes y sobre todo, la consolidación de un término específico para nombrar el paisaje, en la idea de que en tanto esa palabra concreta no surge y es usada, el concepto no ha logrado cuajar en una cultura.La génesis del concepto paisaje se ha rastreado a través de diferentes manifestaciones, tales como el diseño y creación de jardines, la mención en la literatura de parajes agradables, la representación pictórica de lugares reales, la aparición de logias y miradores en los edificios desde los que contemplar los parajes y sobre todo, la consolidación de un término específico para nombrar el paisaje, en la idea de que en tanto esa palabra concreta no surge y es usada, el concepto no ha logrado cuajar en una cultura. Más informaciónLo sano y lo malsano. Historia de las prácti...
COP $ 201.000Elixires, pociones o regímenes alimenticios, el arte de prolongar la vida hunde sus raíces en la tradición. Por mucho que la higiene contemporánea haya revolucionado sus principios, cada época concibió su propia forma de entender el cuidado del cuerpo. Este libro explora las formas de esa vigilancia, su presencia en los actos más anodinos, su interferencia con la ciencia y las creencias, sus lazos con la imagen del cuerpo, la resistencia a las epidemias, la defensa de la comunidad y la siempre lenta orquestación de las iniciativas públicas. La historia de las prácticas de la salud subraya cómo la frontera entre lo sano y lo malsano se desplaza con el tiempo. Los umbrales de lo que es tolerado físicamente, la aparición de lo enfermizo o lo peligroso cambia con la civilización. Por otra parte, la ciencia y la técnica sitúan al ser humano ante la paradoja de superar las antiguas amenazas al tiempo que crean otras nuevas. El mismo proyecto de mantenimiento de la salud ha cambiado: tradicionalmente se entendía que se trataba de conservar un bien amenazado; la modernidad introdujo la posibilidad de mejorar ese bien y, ya a finales del siglo XVIII, la ciencia médica prometía un futuro capaz de cambiar el cuerpo; en nuestros días una búsqueda incesante de bienestar físico, reforzada por las prácticas consumistas, prolonga esa imagen de una salud indefinidamente perfectible, instalado, sin que seamos conscientes de transformaciones sin fin. En este contexto, el autor afirma: "es nuestro deber profundizar en el concepto de salud y no sólo en la lucha contra la enfermedad". La historia de las prácticas de la salud subraya cómo la frontera entre lo sano y lo malsano se desplaza con el tiempo. Los umbrales de lo que es tolerado físicamente, la aparición de lo enfermizo o lo peligroso cambia con la civilización. Por otra parte, la ciencia y la técnica sitúan al ser humano ante la paradoja de superar las antiguas amenazas al tiempo que crean otras nuevas. El mismo proyecto de mantenimiento de la salud ha cambiado: tradicionalmente se entendía que se trataba de conservar un bien amenazado; la modernidad introdujo la posibilidad de mejorar ese bien y, ya a finales del siglo XVIII, la ciencia médica prometía un futuro capaz de cambiar el cuerpo; en nuestros días una búsqueda incesante de bienestar físico, reforzada por las prácticas consumistas, prolonga esa imagen de una salud indefinidamente perfectible, instalado, sin que seamos conscientes de transformaciones sin fin. En este contexto, el autor afirma: "es nuestro deber profundizar en el concepto de salud y no sólo en la lucha contra la enfermedad". Más información