Investigación y Ciencia

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    El padre del electrón. J. J. Thomson

    El padre del electrón. J. J. Thomson

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    El nombre de J. J. Thomson aparece en la mayoría de los libros de física al menos en dos ocasiones: fue el padre del electrón, la primera partícula subatómica de la historia de la física, y el primero en desarrollar un modelo atómico, conocido como el pastel de pasas. Thomson supo sacar provecho de las oportunidades que la vida le presentaba, fue un victoriano ejemplar y un ciudadano del mayor imperio del momento. Con él entraremos también en un lugar fascinante, la Universidad de Cambridge, que era, sin temor a exagerar, el centro de física más influyente en su época. Más información

  2. Solicitar

    La fuerza del deber. Planck

    La fuerza del deber. Planck

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    Max Planck se convirtió en el promotor involuntario de una revolución que habría de conmover una física sólidamente asentada sobre unos cimientos establecidos, cientos de años antes, por científicos como Galileo Galilei o Isaac Newton. Con su descubrimiento de la ley de radiación del cuerpo negro, Planck introdujo por primera vez el cuanto de acción y, con él, la nueva física que desvelaría algunos de los secretos más celosamente guardados por la naturaleza durante miles de años. Pero además, su vida se vio fuertemente influida por las circunstancias históricas y culturales de la Alemania del primer tercio del siglo XX, así como por las tragedias familiares. A todas ellas les hizo frente merced a su extraordinario sentido del deber.Pero además, su vida se vio fuertemente influida por las circunstancias históricas y culturales de la Alemania del primer tercio del siglo XX, así como por las tragedias familiares. A todas ellas les hizo frente merced a su extraordinario sentido del deber. Más información

  3. Solicitar

    La pasión por el cerebro. Pavlov

    La pasión por el cerebro. Pavlov

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    Cuan todavía la neurología era una quimera la vida psiquiátrica una especulación sobre lo que Freud ponía en juego en nuestros instintos, Ivan Pavlov, el medico ruso que en su modesto laboratorio de San Petersburgo investigaba con perros, sentaba las bases de la psicología científica.Un número infinito de reflejos, unos más simples y otros más complejos, hace posible mantener el equilibrio entre el organismo y la naturaleza, que en el hombre alcanza desde las cuestiones de la vida diaria hasta los grandes problemas políticos y sociales. Es muy posible, entendía Pavlov, que en ese esquema tan simple de estimulo-respuesta este la clave de toda nuestra conducta, incluso de nuestra conciencia.Un número infinito de reflejos, unos más simples y otros más complejos, hace posible mantener el equilibrio entre el organismo y la naturaleza, que en el hombre alcanza desde las cuestiones de la vida diaria hasta los grandes problemas políticos y sociales. Es muy posible, entendía Pavlov, que en ese esquema tan simple de estimulo-respuesta este la clave de toda nuestra conducta, incluso de nuestra conciencia. Más información