Ciencias Sociales
El origen del Trauerspiel alemán
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COP $ 75.000Concebido en 1916, redactado en 1925 y publicado en 1928, se trata del trabajo que Benjamin presentó como tesis de habilitación en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Frankfurt, que lo rechazaría. Más allá del análisis estrictamente literario y del estudio de la historia y naturaleza del drama barroco, El origen del Trauerspiel alemán es también un ensayo de estética, filosofía de la historia y teoría del conocimiento. Lo que se aplica a aquel género literario (donde la vida se juzga desde la muerte, de modo que «desde el punto de vista de la muerte, la vida es producción de cadáveres») lo extiende Benjamin a la historia en su totalidad: ésta no es así más que un lugar de escombros, de ruinas, los restos del derrumbe de la razón objetiva en una secuencia que, desde la perspectiva crítica del siglo XX, está huera de sentido.La revalorización, practicada por Benjamin, de la alegoría como posibilidad legítima de la expresión literaria significa el fin de la época clásica, en la que la obra autónoma gozaba de una preeminencia absoluta, y corresponde en cambio exactamente en la forma al desarrollo discontinuo de la historia. Ya no cabe un relato absoluto de la misma, sino la imposición a duras penas de cohesiones subjetivas a las estructuras discontinuas de la realidad.La revalorización, practicada por Benjamin, de la alegoría como posibilidad legítima de la expresión literaria significa el fin de la época clásica, en la que la obra autónoma gozaba de una preeminencia absoluta, y corresponde en cambio exactamente en la forma al desarrollo discontinuo de la historia. Ya no cabe un relato absoluto de la misma, sino la imposición a duras penas de cohesiones subjetivas a las estructuras discontinuas de la realidad. Más informaciónCalle de dirección única
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COP $ 64.000Este libro, acabado en septiembre de 1926, se publicó por primera vez en Alemania en enero de 1928. La idea de reunir en libro los aforismos que iba entonces escribiendo se le ocurrió a Benjamin a finales de 1924. Sus principales temas son tres: la catastrófica situación económica de Alemania en aquella época, la rememoración de la infancia y, por último, la ciudad de París, la capital del siglo XIX. El segundo de estos temas daría lugar más adelante al libro titulado Infancia en Berlín hacia el mil novecientos, mientras que el tercero prosiguió en el proyecto Pasajes. El libro que ahora presentamos posee una estructura peculiar: inspirándose en la calle principal de Vicenza (el monumental Corso Palladio), Benjamin da a cada uno de los textos un título que bien podría ser el de una placa o un cartel de cualquier calle; incluso el propio título general del libro es ya el de una señal de tráfico (otro de los títulos proyectados por Benjamin era Calle cortada). Benjamin explicó a Scholem en una carta que el resultado era «una calle que abre una perspectiva de profundidad tan repentina (y no lo digo en sentido metafórico) como el Corso Palladio de Vicenza». Y a Hofmannstahl le presentó el objetivo del libro de la forma siguiente: «Captar la actualidad como reverso de lo eterno en la historia y así tomar la impronta de lado oculto que esconde la medalla».El libro que ahora presentamos posee una estructura peculiar: inspirándose en la calle principal de Vicenza (el monumental Corso Palladio), Benjamin da a cada uno de los textos un título que bien podría ser el de una placa o un cartel de cualquier calle; incluso el propio título general del libro es ya el de una señal de tráfico (otro de los títulos proyectados por Benjamin era Calle cortada). Benjamin explicó a Scholem en una carta que el resultado era «una calle que abre una perspectiva de profundidad tan repentina (y no lo digo en sentido metafórico) como el Corso Palladio de Vicenza». Y a Hofmannstahl le presentó el objetivo del libro de la forma siguiente: «Captar la actualidad como reverso de lo eterno en la historia y así tomar la impronta de lado oculto que esconde la medalla». Más informaciónSueños
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COP $ 76.000Bajo el título de Sueños se reúnen aquí por primera vez en un único volumen relatos de sueños y reflexiones teóricas sobre éstos publicados en vida de Benjamin o presentes en su legado. El libro pone a la vista un aspecto de su obra que hasta ahora ha merecido escasa atención pero que resulta de capital importancia para su escritura y su pensamiento. La primera parte, «Anotaciones de sueños», ofrece, en un conjunto accesible y cronológicamente ordenado, las anotaciones que Benjamin realizó de sus propios sueños, algunas de las cuales forman parte del material manuscrito no publicado hasta ahora. La segunda parte, «Sobre la percepción onírica. Sueño y despertar», contiene sus reflexiones teóricas sobre los sueños, que van desde los aforismos breves, pasando por consideraciones sobre la literatura onírica y el carácter histórico de los sueños, hasta la concepción política del «colectivo onírico» y su despertar.Walter Benjamin, nacido el 15 de julio de 1892, estudió Filosofía en Friburgo, Berlín, Munich y Berna, y tras doctorarse vivió como escritor y traductor independiente en Berlín. En 1933 emigró a Francia y se convirtió en miembro del Instituto de Investigación Social, trasladado primero a Ginebra y luego a Nueva York. El 27 de septiembre de 1940, huyendo de las tropas alemanas, se quitó la vida en la frontera española de Port Bou. Abada Editores está publicando su Obra en 11 Volúmenes.Walter Benjamin, nacido el 15 de julio de 1892, estudió Filosofía en Friburgo, Berlín, Munich y Berna, y tras doctorarse vivió como escritor y traductor independiente en Berlín. En 1933 emigró a Francia y se convirtió en miembro del Instituto de Investigación Social, trasladado primero a Ginebra y luego a Nueva York. El 27 de septiembre de 1940, huyendo de las tropas alemanas, se quitó la vida en la frontera española de Port Bou. Abada Editores está publicando su Obra en 11 Volúmenes. Más informaciónSobre la estupidez
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COP $ 76.000Los sabios normalmente prefieren hablar sobre la sabiduría en lugar de sobre la estupidez. En consecuencia, cuando el «discípulo de Hegel y profesor en la Universidad de Halle» Joh. Ed. Erdmann anuncia en 1866 su tema, éste es recibido con carcajadas. ¿Por qué Una de las razones, tal como el propio Erdmann reconoce, podría ser que el tema de la estupidez recuerda los propios defectos. Volverse «sensato» es un largo proceso: en la estupidez se percibe un poco «los sonidos de la antigua patria, que agradan como el dialecto patrimonio largamente no escuchado». De esta manera, la persona se ríe con cierta melancolía: así ha sido cada uno, o «esto pudo haber pasado de niños». Y al mismo tiempo se encuentra placer en las estupideces, porque ellas son la prueba directa de que se ha abandonado ese estadio.Pero la estupidez también puede enfadar. Al ser precisamente la expresión de la ignorancia y la inmadurez, despierta impaciencia en aquellos que tienen una completa y libre disposición sobre su capacidad de juicio. De hecho, determinadas formas de estupidez, en tanto que no están al servicio de la superioridad y del juicio de los «poderosos» (Musil), ya no se experimentan como divertidas, sino como expresión de insolencia, impertinencia, grosería, etc. Los propios estúpidos se encuentran indefensos, y a menudo son objeto de todo tipo de groserías. El autor escribe que «su evidente falta de resistencia excita ferozmente la imaginación como el olor de la sangre el deseo de caza».¿De dónde proviene esa irritación, esa impaciencia y esa «crueldad enfermiza» ¿Es quizá que el «poderoso» ya no está tan seguro de su superioridad ¿No se sentirá el «poderoso», ese que está segurp de la verdad y de su capacidad para encontrarla en todas las circunstancias, amenazado por la estupidez No puede ser casualidad que toda la gran literatura haya sentido siempre una fascinación especial por lo grotesco, lo idiota o lo estúpido en el sentido más extremo de la palabra. Pero la estupidez también puede enfadar. Al ser precisamente la expresión de la ignorancia y la inmadurez, despierta impaciencia en aquellos que tienen una completa y libre disposición sobre su capacidad de juicio. De hecho, determinadas formas de estupidez, en tanto que no están al servicio de la superioridad y del juicio de los «poderosos» (Musil), ya no se experimentan como divertidas, sino como expresión de insolencia, impertinencia, grosería, etc. Los propios estúpidos se encuentran indefensos, y a menudo son objeto de todo tipo de groserías. El autor escribe que «su evidente falta de resistencia excita ferozmente la imaginación como el olor de la sangre el deseo de caza».¿De dónde proviene esa irritación, esa impaciencia y esa «crueldad enfermiza» ¿Es quizá que el «poderoso» ya no está tan seguro de su superioridad ¿No se sentirá el «poderoso», ese que está segurp de la verdad y de su capacidad para encontrarla en todas las circunstancias, amenazado por la estupidez No puede ser casualidad que toda la gran literatura haya sentido siempre una fascinación especial por lo grotesco, lo idiota o lo estúpido en el sentido más extremo de la palabra. ¿De dónde proviene esa irritación, esa impaciencia y esa «crueldad enfermiza» ¿Es quizá que el «poderoso» ya no está tan seguro de su superioridad ¿No se sentirá el «poderoso», ese que está segurp de la verdad y de su capacidad para encontrarla en todas las circunstancias, amenazado por la estupidez No puede ser casualidad que toda la gran literatura haya sentido siempre una fascinación especial por lo grotesco, lo idiota o lo estúpido en el sentido más extremo de la palabra. Más informaciónAristóteles. Protréptico. Una exhortación ...
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COP $ 90.000Entre las obras de Aristóteles (384322 a. C.) publicadas en vida y que, por el azar de los siglos, no han llegado íntegras hasta este tiempo, esta obra ocupa un lugar destacado, no sólo por su valor como propagador de los ideales filosóficos y morales de un Aristóteles académico en polémica con la escuela de Isócrates, o por su gran influencia en la literatura protréptica posterior, como testimonian, por ejemplo, el Hortensio de Cicerón o el Protréptico de Jámblico, sino también por haber sido la más extensamente citada, lo que ha permitido llevar a cabo intentos de reconstrucción que ofrecen una idea bastante aproximada de su contenido. Esta es una obra de exhortación a la filosofía, entendida como el cultivo de un conocimiento teorético de la realidad de las cosas, que es el que proporciona las pautas necesarias para la vida feliz. Es, pues, una invitación a la vida contemplativa, al ejercicio y uso del entendimiento y la sabiduría que, como fin natural del hombre, es el mejor bien al que éste puede aspirar y lo único que, realmente, hace la vida digna de ser vida.Esta es una obra de exhortación a la filosofía, entendida como el cultivo de un conocimiento teorético de la realidad de las cosas, que es el que proporciona las pautas necesarias para la vida feliz. Es, pues, una invitación a la vida contemplativa, al ejercicio y uso del entendimiento y la sabiduría que, como fin natural del hombre, es el mejor bien al que éste puede aspirar y lo único que, realmente, hace la vida digna de ser vida. Más informaciónFilosofía del arte o estética
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COP $ 233.000El presente volumen reproduce uno de los juegos de apuntes correspondientes a las lecciones de Hegel sobre estética o filosofía del arte, impartidas en el semestre de verano de 1826. Se trata del tercero de los cuatro cursos sobre estética (1820/21, 1823, 1826 y 1828/29) que ocurrieron en Berlín. Del primer curso se conoce solamente un juego de apuntes, publicado por Helmut Schneider en 1995. Así mismo la única fuente que se tiene del curso del primer semestre de verano de 1823, los apuntes de Heinrich Gustav Hotho, tomados directamente en clase ha sido editada por Annemaire Gethmann Siefert en 1998. Sin embargo, para poder conocer plenamente el desarrollo de la estética hegeliana en los cursos de Berlín es imprescindible la documentación sobre las fuentes de la lección del semestre de verano de 1826. Con la publicación de estos apuntes, el lector adquiere un testimonio directo del discurrir de ese desarrollo, el cual llevó a Hegel, un año después de este curso, a publicar la primera parte de la filosofía del espíritu absoluto, dedicada también al arte, en una versión considerablemente ampliada y modificada. Más informaciónGran historia de la ciudad de Mesopotamia a E...
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COP $ 265.000Esta obra, ilustrada con más de 170 planos y croquis propone un recorrido arquitectónico por las ciudades más representativas de las principales civilizaciones, desde la antigüedad hasta estos días. De Tebas a Siena, de Zenobia a Pekín, el autor presenta a los constructores de ciudades en su lucha contra las dificultades del clima y los emplazamientos a fin de sacarles el mayor partido y crear verdaderos enclaves de civilización y, por añadidura, de arte y paisaje. A través de la descripción de los monumentos, las plazas, las calles y sus diferentes etapas de concepción y realización, se despliega ante los ojos de todos, en toda su variedad, un arte milenario, basado en el simbolismo de los lugares pero sometido a la voluntad de los príncipes.Escrito en un lenguaje claro y preciso, este libro es a la vez una historia y una guía de las grandes ciudades que facilitará, tanto al investigador como al viajero, el acceso a una rica documentación y le permitirá servirse de las lecciones del pasado para comprender mejor el debate actual sobre el destino de la ciudad.Escrito en un lenguaje claro y preciso, este libro es a la vez una historia y una guía de las grandes ciudades que facilitará, tanto al investigador como al viajero, el acceso a una rica documentación y le permitirá servirse de las lecciones del pasado para comprender mejor el debate actual sobre el destino de la ciudad. Más informaciónPlatón las palabras y los mitos ¿Cómo y po...
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COP $ 91.000Platón es el primer autor que utilizó el término con el sentido que todavía hoy continúan otorgándole. Al darle uso no metafórico, Platón está describiendo un discurso de cierto tipo, construido por los poetas de su sociedad, que élpretende sustituir por otro, lógos, un discurso propio de los filósofos. Aunque se muestra muy crítico con respecto a los mitos, Platón debe reconocer que tampoco los filósofos pueden prescindir de ellos, y él mismo no dejará de inspirarse en los poetas para desarrollar ciertos puntos de su doctrina, llegando incluso a fabricar algunos de sus mitos, reconociendo con ellos su eficacia y la gran influencia que ejercen en el campo de la ética y de la política.La oposición que Platón establece entre y la especialización del sentido de mýthos, cuya transliteración iba a dar en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.mýthos con el sentido que todavía hoy continúan otorgándole. Al darle uso no metafórico, Platón está describiendo un discurso de cierto tipo, construido por los poetas de su sociedad, que élpretende sustituir por otro, lógos, un discurso propio de los filósofos. Aunque se muestra muy crítico con respecto a los mitos, Platón debe reconocer que tampoco los filósofos pueden prescindir de ellos, y él mismo no dejará de inspirarse en los poetas para desarrollar ciertos puntos de su doctrina, llegando incluso a fabricar algunos de sus mitos, reconociendo con ellos su eficacia y la gran influencia que ejercen en el campo de la ética y de la política.La oposición que Platón establece entre y la especialización del sentido de mýthos, cuya transliteración iba a dar en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.La oposición que Platón establece entre y la especialización del sentido de mýthos, cuya transliteración iba a dar en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.mýthos y lógos y la especialización del sentido de mýthos, cuya transliteración iba a dar en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.mito en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes. mýthos, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.lógos, entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes. Más informaciónAristóteles. Constitución de los atenienses
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COP $ 108.000Frente a las utópicas construcciones sobre la política realizadas por Platón, su maestro, Aristóteles (384322 a. C.) sitúa su estudio en el ámbito de lo que la política es en realidad, si bien desde un planteamiento amplio, el de la filosofía de la vida humana asociada, que comprendía, además de la política propiamente dicha, el análisis del comportamiento, es decir, la ética. Fiel a su máxima de que los principios teóricos deben basarse en un conocimiento profundo de los datos, y para asentar la grandiosa creación teórica de la política, Aristóteles y sus alumnos reunieron una colección de constituciones con objeto de ver las causas por las que unas ciudades eran bien gobernadas y otras no. En la primera de ellas, la , de la que se ocupó el propio maestro y que se data entre 329/8 y 322 a. C., se presenta un panorama de la creación y evolución de las instituciones políticas de la ciudad.Es, pues, una obra fundamental para la historia de Grecia (en tanto que presenta un fresco de grandes personajes y relata un coherente juego de causas y efectos, acontecimientos decisivos para cada una de las reformas), para la teoría política (en cuanto que es una reflexión sobre los diversos sistemas experimentados en la ciudad, con sus virtudes y sus deficiencias) y para la filosofía, ya que todo el estudio está presidido por una perspectiva ética.Constitución de los atenienses, de la que se ocupó el propio maestro y que se data entre 329/8 y 322 a. C., se presenta un panorama de la creación y evolución de las instituciones políticas de la ciudad.Es, pues, una obra fundamental para la historia de Grecia (en tanto que presenta un fresco de grandes personajes y relata un coherente juego de causas y efectos, acontecimientos decisivos para cada una de las reformas), para la teoría política (en cuanto que es una reflexión sobre los diversos sistemas experimentados en la ciudad, con sus virtudes y sus deficiencias) y para la filosofía, ya que todo el estudio está presidido por una perspectiva ética.Es, pues, una obra fundamental para la historia de Grecia (en tanto que presenta un fresco de grandes personajes y relata un coherente juego de causas y efectos, acontecimientos decisivos para cada una de las reformas), para la teoría política (en cuanto que es una reflexión sobre los diversos sistemas experimentados en la ciudad, con sus virtudes y sus deficiencias) y para la filosofía, ya que todo el estudio está presidido por una perspectiva ética. Más información