Arte, Arquitectura, Diseño

  1. Mi primera película: toma 2

    COP $ 109.000
    En , el autor entrevistaba a veinte destacados directores de cine sobre su primera experiencia profesional. Ocho años después, suma a la lista otros diez, alejados en su mayoría del cine hecho en Hollywood y que trabajan con otros sistemas de producción, en América Latina o en Japón, en el este de Europa o bajo la presión de la peculiar industria de Bollywood en la India. empieza con uno de los referentes del cine indie norteamericano, Richard Linklater, y termina con las tribulaciones de un prestigioso director de teatro inglés (Sam Mendes) en los laberintos de Dreamworks (eso sí, de la mano de Steven Spielberg); pero entretanto Alejandro González Iñárritu cuenta cómo pudo realizar Amores perros al margen de la industria mexicana, caracterizada por su nepotismo, o Emir Kusturica cómo empezó su carrera en Yugoslavia poco después de la muerte de Tito. Las presiones de producción, las ansiedades creativas, el respeto (o la despreocupación) que inspiran los aspectos técnicos, la inseguridad y al mismo tiempo la euforia del primer rodaje son los temas comunes de estas entrevistas, para los que cada director tiene una historia distinta que contar, a veces cómica, a veces tortuosa, pero siempre intensa e ilustrativa.Mi primera película, el autor entrevistaba a veinte destacados directores de cine sobre su primera experiencia profesional. Ocho años después, suma a la lista otros diez, alejados en su mayoría del cine hecho en Hollywood y que trabajan con otros sistemas de producción, en América Latina o en Japón, en el este de Europa o bajo la presión de la peculiar industria de Bollywood en la India. empieza con uno de los referentes del cine indie norteamericano, Richard Linklater, y termina con las tribulaciones de un prestigioso director de teatro inglés (Sam Mendes) en los laberintos de Dreamworks (eso sí, de la mano de Steven Spielberg); pero entretanto Alejandro González Iñárritu cuenta cómo pudo realizar Amores perros al margen de la industria mexicana, caracterizada por su nepotismo, o Emir Kusturica cómo empezó su carrera en Yugoslavia poco después de la muerte de Tito. Las presiones de producción, las ansiedades creativas, el respeto (o la despreocupación) que inspiran los aspectos técnicos, la inseguridad y al mismo tiempo la euforia del primer rodaje son los temas comunes de estas entrevistas, para los que cada director tiene una historia distinta que contar, a veces cómica, a veces tortuosa, pero siempre intensa e ilustrativa.Mi primera película: toma 2 empieza con uno de los referentes del cine indie norteamericano, Richard Linklater, y termina con las tribulaciones de un prestigioso director de teatro inglés (Sam Mendes) en los laberintos de Dreamworks (eso sí, de la mano de Steven Spielberg); pero entretanto Alejandro González Iñárritu cuenta cómo pudo realizar Amores perros al margen de la industria mexicana, caracterizada por su nepotismo, o Emir Kusturica cómo empezó su carrera en Yugoslavia poco después de la muerte de Tito. Las presiones de producción, las ansiedades creativas, el respeto (o la despreocupación) que inspiran los aspectos técnicos, la inseguridad y al mismo tiempo la euforia del primer rodaje son los temas comunes de estas entrevistas, para los que cada director tiene una historia distinta que contar, a veces cómica, a veces tortuosa, pero siempre intensa e ilustrativa. Más información
  2. Impresos de vanguardia en España 1912-1936

    COP $ 140.000
    Las vanguardias siempre han gozado de buena salud allí donde los grandes nombres de la pintura han desplegado su caballete. El entorno artístico vanguardista ha colocado su pedestal debajo de la pintura y, como máximo, ha permitido que algunos manifiestos hayan alcanzado cierto protagonismo en la tribuna de la historia artística.  Más información
  3. Diccionario de conceptos de arte contemporán...

    COP $ 197.000
    El arte contemporáneo internacional de los últimos 3-4 decenios no ha dejado de diversificarse en las más variadas posiciones y corrientes. Ello hace que los especialistas, y más aún los no expertos, encuentren difícil orientarse en el mundo de los conceptos y teorías específicos del arte. Si hasta los años sesenta aún era posible arreglarse con términos precisos relativos a géneros y estilos, en las décadas siguientes apenas ha sido esto factible, pues la propia práctica artística ha ido cuestionando tales categorías. En la producción y la recepción artísticas se aprecia así una discursividad cada vez más pronunciada que exige un saber más amplio y una mayor concentración en la teoría. Y la exigencia, desde los últimos años sesenta generalizada y creciente, de teorización de las ciencias humanas ha extremado esta tendencia. Más información