Profesionales y Técnicos

  1. El deber y la ignorancia de los hechos

    COP $ 34.000
    En este texto se defienden dos tesis paradójicas. La primera es que nuestras obligaciones morales no dependen de la situación en que nos encontremos, sino más bien de lo que nosotros pensamos acerca de esa situación. La razón principal alegada por el autor a favor de esta tesis tan sorprendente es que si fuera verdad la tesis contraria, si nuestros deberes dependieran de la situación en que de hecho nos encontramos, se seguiría la paradoja aún mayor de que en realidad nunca sabemos cuál es nuestro deber, pues nuestro conocimiento de la situación en que nos hallamos es siempre imperfecto, de suerte que nunca sabemos que no estemos pasando por alto circunstancias relevantes que acaso modifiquen nuestra responsabilidad.La segunda paradoja dice que, sea cual sea nuestro deber en una situación concreta, es seguro que no cabe entenderlo como el deber de realizar una acción determinada (por ejemplo, la acción de ayudar a unos familiares necesitados), sino de ponernos a realizar esa acción. La razón en este caso es que realizar una acción es introducir intencionadamente un cambio en el mundo externo (por ejemplo, hacer que ciertas personas necesitadas reciban una suma de dinero) y eso es algo que, a juicio de Prichard, nunca está del todo en mis manos ni puede, por tanto, constituir un deber mío.es una lectura aconsejable no sólo por el interés objetivo de los argumentos de Prichard, sino también porque constituye una espléndida muestra de la forma mentis, genuinamente filosófica, del autor. Es característica la tenacidad con la que, a lo largo de estas páginas, Prichard hace avanzar la investigación, la paciencia infinita con que va examinando las dificultades que le salen al paso, la renuncia a todo adorno del lenguaje en beneficio de la precisión. Todo esto tiene, desde luego, un precio: su estilo es seco, en ocasiones enrevesado a fuerza de plegarse al perfil de la cosa misma, y la lectura se hace por momentos fatigosa. Pero quien haga el esfuerzo de seguir a Prichard por los vericuetos de su argumentación no se arrepentirá.La segunda paradoja dice que, sea cual sea nuestro deber en una situación concreta, es seguro que no cabe entenderlo como el deber de realizar una acción determinada (por ejemplo, la acción de ayudar a unos familiares necesitados), sino de ponernos a realizar esa acción. La razón en este caso es que realizar una acción es introducir intencionadamente un cambio en el mundo externo (por ejemplo, hacer que ciertas personas necesitadas reciban una suma de dinero) y eso es algo que, a juicio de Prichard, nunca está del todo en mis manos ni puede, por tanto, constituir un deber mío.es una lectura aconsejable no sólo por el interés objetivo de los argumentos de Prichard, sino también porque constituye una espléndida muestra de la forma mentis, genuinamente filosófica, del autor. Es característica la tenacidad con la que, a lo largo de estas páginas, Prichard hace avanzar la investigación, la paciencia infinita con que va examinando las dificultades que le salen al paso, la renuncia a todo adorno del lenguaje en beneficio de la precisión. Todo esto tiene, desde luego, un precio: su estilo es seco, en ocasiones enrevesado a fuerza de plegarse al perfil de la cosa misma, y la lectura se hace por momentos fatigosa. Pero quien haga el esfuerzo de seguir a Prichard por los vericuetos de su argumentación no se arrepentirá.El deber y la ignorancia de los hechos es una lectura aconsejable no sólo por el interés objetivo de los argumentos de Prichard, sino también porque constituye una espléndida muestra de la forma mentis, genuinamente filosófica, del autor. Es característica la tenacidad con la que, a lo largo de estas páginas, Prichard hace avanzar la investigación, la paciencia infinita con que va examinando las dificultades que le salen al paso, la renuncia a todo adorno del lenguaje en beneficio de la precisión. Todo esto tiene, desde luego, un precio: su estilo es seco, en ocasiones enrevesado a fuerza de plegarse al perfil de la cosa misma, y la lectura se hace por momentos fatigosa. Pero quien haga el esfuerzo de seguir a Prichard por los vericuetos de su argumentación no se arrepentirá. Más información
  2. Solicitar

    La naturaleza del juicio

    La naturaleza del juicio

    Sin existencias

    COP $ 34.000
    Enla descripción de un juicio tiene, por tanto, que desaparecer toda referencia ya a nuestra mente ya al mundo. Ninguno de estos puede proporcionar fundamento para nada, salvo en cuanto éstos son juicios complejos. La naturaleza del juicio es más fundamental que ambos, y sólo menos fundamental que la naturaleza de sus constituyentes, la naturaleza del concepto o idea lógica. la descripción de un juicio tiene, por tanto, que desaparecer toda referencia ya a nuestra mente ya al mundo. Ninguno de estos puede proporcionar fundamento para nada, salvo en cuanto éstos son juicios complejos. La naturaleza del juicio es más fundamental que ambos, y sólo menos fundamental que la naturaleza de sus constituyentes, la naturaleza del concepto o idea lógica. Más información

  3. Solicitar

    Filosofía de la naturaleza

    Filosofía de la naturaleza

    Sin existencias

    COP $ 34.000
    Tras la muerte de Moritz Schlick, en su archivo se encontró un manuscrito inédito. Era el texto que había servido de base a sus clases de filosofía de la naturaleza del invierno de 1932-33. Éste es el valioso documento filosófico que presentamos en esta obra: un singular testimonio de la penetrante capacidad analítica y la pulcritud expositiva del fundador del Círculo de Viena.Nota: Para mayor información, por favor consulte la tabla de contenido. Nota: Para mayor información, por favor consulte la tabla de contenido. Más información

  4. Lo que no sabemos de los valores

    COP $ 34.000
    No es otra cosa la que aquí se propone al autor de estas páginas por lo que se refiere a este tan evidente y a la vez tan confuso y cuestionable mundo de los valores, del que hoy ha hacho su objeto de la axiología. Como otros pensadores compatriotas suyos, Roman Ingarden, mentor indiscutible de la filosofía fenomenológica en el medio polaco, no sólo ha querido rehuir la consideración del problema axiológico, sino que incluso ha escrito acerca de él algunas de las mejores páginas de la filosofía de los valores del siglo XX. Más información
  5. Solicitar

    Breve esbozo de una teoría general del conocimiento

    Breve esbozo de una teoría general del conoc...

    Sin existencias

    COP $ 34.000
    El texto que aquí se ofrece al lector fue publicado en 1970, en la reedición ampliada del (Ensayo sobre el conocimiento) que preparó, para la casa Felix Meiner de Hamburgo, Franziska Mayer-Hillerbrand. Este libro de Brentano fue primitivamente compuesto, a base de escritos inéditos, por Alfred Kastil, y se imprimió en 1925, en la misma famosa biblioteca filosófica de Meiner. Cuando Kastil lo sacó a la luz, el libro sólo contenía dos ensayos que hay en la edición de 1970, aunque Mayer-Hillerbrand realizó su ampliación dejándose guiar, en general, por las indicaciones que había preparado su maestro, Kastil (aunque justamente nuestro incluido en la selección por iniciativa personal del alumna).Versuch über die Erkenntnis (Ensayo sobre el conocimiento) que preparó, para la casa Felix Meiner de Hamburgo, Franziska Mayer-Hillerbrand. Este libro de Brentano fue primitivamente compuesto, a base de escritos inéditos, por Alfred Kastil, y se imprimió en 1925, en la misma famosa biblioteca filosófica de Meiner. Cuando Kastil lo sacó a la luz, el libro sólo contenía dos ensayos que hay en la edición de 1970, aunque Mayer-Hillerbrand realizó su ampliación dejándose guiar, en general, por las indicaciones que había preparado su maestro, Kastil (aunque justamente nuestro incluido en la selección por iniciativa personal del alumna).Breve esbozo incluido en la selección por iniciativa personal del alumna). Más información

  6. Compendio de la controversia de La teodicea

    COP $ 34.000
    La teodicea es un libro muy extenso. Tras el prólogo, la obra comienza con un largo discurso preliminar de la conformidad de la fe con la razón, al que siguen tres partes, cuyos temas vienen a coincidir respectivamente, aunque de una manera que no impide las repeticiones y las digresiones, con las tres cuestiones enunciadas en su título completo: la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal. El libro se cierra con varios apéndices, dos de ellos consistentes en observaciones críticas a algunos libros ingleses sobre el problema de la libertad y del mal. Más información
  7. Solicitar

    Muerte y supervivencia

    Muerte y supervivencia

    Sin existencias

    COP $ 34.000
    En este ensayo se ponen bien a prueba las posibilidades y límites del método fenomenológico en el campo de la metafísica. Como es sabido, una de las fundamentales reglas del método es la de no aceptar como base legítima de una teoría otra que la que ofrece la experiencia, entendiendo esta última de manera a la vez a la vez muy estricta y muy amplia. Como base de una teoría de la muerte, la experiencia exigida no podrá ser, ciertamente, la de la muerte misma del que teoriza, sino la que éste tiene mientras vive «contando con su muerte», por mucho que esta experiencia se encuentre siempre un tanto reprimida natural o culturalmente. Y ella es la que suscita en la menta del hombre la insoslayable y ardua pregunta metafísica por su supervivencia.El lector no ha de buscar, con todo, en estas páginas una demostración propiamente dicha de la inmortalidad del alma humana, ni tampoco una investigación psicológica de las razones subjetivas que pueden mover al hombre a desear y hasta a afirmas aquélla. Encontrará tan sólo la genial determinación y leal descripción de la experiencia humana que da algún fundamento a la creencia en la supervivencia de la persona, con la aclaración muy vigente del preciso sentido de lo que ella en verdad da lugar a creer. Igual que los discípulos de Sócrates en el Fedón platónico, el lector de este ensayo oirá decir en él honradamente a Scheler tanto lo que, como filósofo, sabe, cuanto lo que no sabe acerca del arcano de la muerte del hombre, ten decisivo para la vida.El lector no ha de buscar, con todo, en estas páginas una demostración propiamente dicha de la inmortalidad del alma humana, ni tampoco una investigación psicológica de las razones subjetivas que pueden mover al hombre a desear y hasta a afirmas aquélla. Encontrará tan sólo la genial determinación y leal descripción de la experiencia humana que da algún fundamento a la creencia en la supervivencia de la persona, con la aclaración muy vigente del preciso sentido de lo que ella en verdad da lugar a creer. Igual que los discípulos de Sócrates en el Fedón platónico, el lector de este ensayo oirá decir en él honradamente a Scheler tanto lo que, como filósofo, sabe, cuanto lo que no sabe acerca del arcano de la muerte del hombre, ten decisivo para la vida. Más información