Introducción al derecho penal. Tomo IEste texto es vigente y varias facultades y escuelas de derecho, de la mayoría de los países hispanoamericanos, lo han seguido como guía académica para el diseño de sus programas curriculares de la materia de introducción al derecho penal. En la edición de esta importante obra se seleccionaron todos los temas que son obligatorios en los diferentes planes de estudio, tanto de la licenciatura como de la maestría, de las facultades de derecho de Latinoamérica.En este excelente libro se incluyen los siguientes tópicos: concepto y contenido del derecho penal; las ciencias penales; evolución histórica del derecho penal; teoría de la norma penal; ámbitos de validez e interpretación, siendo éstos algunos de los títulos más importantes que integran esta edición que ayudará a todo jurista a tener una visión universal del derecho penal vigente.Todos los códigos penales en su parte inicial contienen reglas generales de derecho penal, que resulta indispensable aplicar cuando se estudia cada delito en particular. Para conocer y comprender estas reglas, vigentes en Hispanoamérica, es imprescindible el estudio de Introducción al derecho penal. Este texto es vigente y varias facultades y escuelas de derecho, de la mayoría de los países hispanoamericanos, lo han seguido como guía académica para el diseño de sus programas curriculares de la materia de introducción al derecho penal. En la edición de esta importante obra se seleccionaron todos los temas que son obligatorios en los diferentes planes de estudio, tanto de la licenciatura como de la maestría, de las facultades de derecho de Latinoamérica.En este excelente libro se incluyen los siguientes tópicos: concepto y contenido del derecho penal; las ciencias penales; evolución histórica del derecho penal; teoría de la norma penal; ámbitos de validez e interpretación, siendo éstos algunos de los títulos más importantes que integran esta edición que ayudará a todo jurista a tener una visión universal del derecho penal vigente.Todos los códigos penales en su parte inicial contienen reglas generales de derecho penal, que resulta indispensable aplicar cuando se estudia cada delito en particular. Para conocer y comprender estas reglas, vigentes en Hispanoamérica, es imprescindible el estudio de Introducción al derecho penal. En este excelente libro se incluyen los siguientes tópicos: concepto y contenido del derecho penal; las ciencias penales; evolución histórica del derecho penal; teoría de la norma penal; ámbitos de validez e interpretación, siendo éstos algunos de los títulos más importantes que integran esta edición que ayudará a todo jurista a tener una visión universal del derecho penal vigente.Todos los códigos penales en su parte inicial contienen reglas generales de derecho penal, que resulta indispensable aplicar cuando se estudia cada delito en particular. Para conocer y comprender estas reglas, vigentes en Hispanoamérica, es imprescindible el estudio de Introducción al derecho penal. Todos los códigos penales en su parte inicial contienen reglas generales de derecho penal, que resulta indispensable aplicar cuando se estudia cada delito en particular. Para conocer y comprender estas reglas, vigentes en Hispanoamérica, es imprescindible el estudio de Introducción al derecho penal. *** Teoría del delito. Tomo IILa vigencia de los estudios plasmados en sus obras se demuestra con la lectura de las magistrales exposiciones acerca de los elementos del delito que incluyen una explicación amplia de la teoría casualista expuesta por el autor; así como el detallado estudio de cada uno de los elementos que integran el delito y un análisis de las causas que lo excluyen; de las formas imperfectas de ejecución, de la participación del delincuente y de los concursos de delitos y de normas.Independientemente de que los escritos del autor son clásicos, el mérito de esta editorial consiste en adecuar la obra seleccionando cuidadosamente todos los temas que son obligatorios en los diferentes planes de estudio de la licenciatura, maestría y doctorado en derecho en Hispanoamérica, en cuanto a la materia de derecho penal en general y de la teoría del delito en particular, lo que tiende a enriquecer la biblioteca del estudioso y practicante del derecho.La vigencia de los estudios plasmados en sus obras se demuestra con la lectura de las magistrales exposiciones acerca de los elementos del delito que incluyen una explicación amplia de la teoría casualista expuesta por el autor; así como el detallado estudio de cada uno de los elementos que integran el delito y un análisis de las causas que lo excluyen; de las formas imperfectas de ejecución, de la participación del delincuente y de los concursos de delitos y de normas.Independientemente de que los escritos del autor son clásicos, el mérito de esta editorial consiste en adecuar la obra seleccionando cuidadosamente todos los temas que son obligatorios en los diferentes planes de estudio de la licenciatura, maestría y doctorado en derecho en Hispanoamérica, en cuanto a la materia de derecho penal en general y de la teoría del delito en particular, lo que tiende a enriquecer la biblioteca del estudioso y practicante del derecho.Independientemente de que los escritos del autor son clásicos, el mérito de esta editorial consiste en adecuar la obra seleccionando cuidadosamente todos los temas que son obligatorios en los diferentes planes de estudio de la licenciatura, maestría y doctorado en derecho en Hispanoamérica, en cuanto a la materia de derecho penal en general y de la teoría del delito en particular, lo que tiende a enriquecer la biblioteca del estudioso y practicante del derecho.***Derecho romano II. Tomo IIIEl estudio y ejercicio del derecho exige actualizar permanentemente los conocimientos, porque ambas actividades son dinámicas y ponen en juego diversas capacidades, como estudiar, pensar, trabajar, tolerar, ser paciente, tener fe en la justicia y olvidar tanto los triunfos como las derrotas, en pocas palabras, amar la profesión, conceptos perennes en los códigos de ética de los abogados.En ocasiones, los estudiantes tienen algunos prejuicios, entre ellos cierta indiferencia a las asignaturas de carácter histórico-jurídico, en cuyo caso surge de inmediato la pregunta: ¿para qué estudiar derecho romano A esto se agrega que no siempre se cuenta con las técnicas adecuadas para estudiar e internalizar el contenido de las asignaturas y sufren de amnesia a corto plazo al concluir el semestre, lo cual parece sugerir que lo aprendido sólo fue aparente y superficial.Los profesores cumplen formalmente su labor, pero no garantizan la real comprensión del contenido porque, contrario a lo que sucede en otras áreas del saber, en el derecho se tiene una gran información y formación de tipo teórico, pero pocas posibilidades de aplicar y comprobar los conocimientos.En este sentido, el primer curso de derecho romano sienta las bases para entender las similitudes y diferencias entre nuestro derecho y el de otros sistemas jurídicos.Este texto, apegado al programa UNAM, está dirigido a los estudiantes del segundo curso de derecho romano y su objetivo básico es proporcionar los medios elementales para entender las raíces jurídicas, cuyo manejo es imprescindible para el que hacer cotidiano de los abogados, como las obligaciones, los contratos y las sucesiones.Como estudiosos del derecho, se debe reflexionar acerca del origen de algunas instituciones y tratar de establecer la procedencia de ciertas reglas jurídicas. Así, el derecho romano es un instrumento que facilita el estudio del derecho propio y ajeno, pues nos permite familiarizarnos con la historia jurídica universal y la doctrina, además de aguzar la percepción de los fines que debe perseguir el derecho. Proporciona conceptos jurídicos de carácter cuasiuniversal, pues el latín es una lengua precisa y breve; por eso es un lenguaje técnico y científico propio de los juristas, debido a que no sufre los fenómenos de transformación de las lenguas vivas. Da las bases para percibir la evolución de la sociedad y los valores que han sobrevivido a lo largo de los siglos. Asimismo, facilita la comprensión de las líneas de influencia del derecho romano en el campo del derecho privado.Los estudiantes de la licenciatura en derecho deben refrendar la obligación que libremente adquieren al ingresar a la universidad: convertirse en activos participantes del aprendizaje y dejar a un lado la actitud pasiva que a veces asumen frente al cúmulo de información que les trasmiten, es decir, formarse como profesionales comprometidos consigo mismos para servir al país.El estudio y ejercicio del derecho exige actualizar permanentemente los conocimientos, porque ambas actividades son dinámicas y ponen en juego diversas capacidades, como estudiar, pensar, trabajar, tolerar, ser paciente, tener fe en la justicia y olvidar tanto los triunfos como las derrotas, en pocas palabras, amar la profesión, conceptos perennes en los códigos de ética de los abogados.En ocasiones, los estudiantes tienen algunos prejuicios, entre ellos cierta indiferencia a las asignaturas de carácter histórico-jurídico, en cuyo caso surge de inmediato la pregunta: ¿para qué estudiar derecho romano A esto se agrega que no siempre se cuenta con las técnicas adecuadas para estudiar e internalizar el contenido de las asignaturas y sufren de amnesia a corto plazo al concluir el semestre, lo cual parece sugerir que lo aprendido sólo fue aparente y superficial.Los profesores cumplen formalmente su labor, pero no garantizan la real comprensión del contenido porque, contrario a lo que sucede en otras áreas del saber, en el derecho se tiene una gran información y formación de tipo teórico, pero pocas posibilidades de aplicar y comprobar los conocimientos.En este sentido, el primer curso de derecho romano sienta las bases para entender las similitudes y diferencias entre nuestro derecho y el de otros sistemas jurídicos.Este texto, apegado al programa UNAM, está dirigido a los estudiantes del segundo curso de derecho romano y su objetivo básico es proporcionar los medios elementales para entender las raíces jurídicas, cuyo manejo es imprescindible para el que hacer cotidiano de los abogados, como las obligaciones, los contratos y las sucesiones.Como estudiosos del derecho, se debe reflexionar acerca del origen de algunas instituciones y tratar de establecer la procedencia de ciertas reglas jurídicas. Así, el derecho romano es un instrumento que facilita el estudio del derecho propio y ajeno, pues nos permite familiarizarnos con la historia jurídica universal y la doctrina, además de aguzar la percepción de los fines que debe perseguir el derecho. Proporciona conceptos jurídicos de carácter cuasiuniversal, pues el latín es una lengua precisa y breve; por eso es un lenguaje técnico y científico propio de los juristas, debido a que no sufre los fenómenos de transformación de las lenguas vivas. Da las bases para percibir la evolución de la sociedad y los valores que han sobrevivido a lo largo de los siglos. Asimismo, facilita la comprensión de las líneas de influencia del derecho romano en el campo del derecho privado.Los estudiantes de la licenciatura en derecho deben refrendar la obligación que libremente adquieren al ingresar a la universidad: convertirse en activos participantes del aprendizaje y dejar a un lado la actitud pasiva que a veces asumen frente al cúmulo de información que les trasmiten, es decir, formarse como profesionales comprometidos consigo mismos para servir al país.En ocasiones, los estudiantes tienen algunos prejuicios, entre ellos cierta indiferencia a las asignaturas de carácter histórico-jurídico, en cuyo caso surge de inmediato la pregunta: ¿para qué estudiar derecho romano A esto se agrega que no siempre se cuenta con las técnicas adecuadas para estudiar e internalizar el contenido de las asignaturas y sufren de amnesia a corto plazo al concluir el semestre, lo cual parece sugerir que lo aprendido sólo fue aparente y superficial.Los profesores cumplen formalmente su labor, pero no garantizan la real comprensión del contenido porque, contrario a lo que sucede en otras áreas del saber, en el derecho se tiene una gran información y formación de tipo teórico, pero pocas posibilidades de aplicar y comprobar los conocimientos.En este sentido, el primer curso de derecho romano sienta las bases para entender las similitudes y diferencias entre nuestro derecho y el de otros sistemas jurídicos.Este texto, apegado al programa UNAM, está dirigido a los estudiantes del segundo curso de derecho romano y su objetivo básico es proporcionar los medios elementales para entender las raíces jurídicas, cuyo manejo es imprescindible para el que hacer cotidiano de los abogados, como las obligaciones, los contratos y las sucesiones.Como estudiosos del derecho, se debe reflexionar acerca del origen de algunas instituciones y tratar de establecer la procedencia de ciertas reglas jurídicas. Así, el derecho romano es un instrumento que facilita el estudio del derecho propio y ajeno, pues nos permite familiarizarnos con la historia jurídica universal y la doctrina, además de aguzar la percepción de los fines que debe perseguir el derecho. Proporciona conceptos jurídicos de carácter cuasiuniversal, pues el latín es una lengua precisa y breve; por eso es un lenguaje técnico y científico propio de los juristas, debido a que no sufre los fenómenos de transformación de las lenguas vivas. Da las bases para percibir la evolución de la sociedad y los valores que han sobrevivido a lo largo de los siglos. Asimismo, facilita la comprensión de las líneas de influencia del derecho romano en el campo del derecho privado.Los estudiantes de la licenciatura en derecho deben refrendar la obligación que libremente adquieren al ingresar a la universidad: convertirse en activos participantes del aprendizaje y dejar a un lado la actitud pasiva que a veces asumen frente al cúmulo de información que les trasmiten, es decir, formarse como profesionales comprometidos consigo mismos para servir al país.Los profesores cumplen formalmente su labor, pero no garantizan la real comprensión del contenido porque, contrario a lo que sucede en otras áreas del saber, en el derecho se tiene una gran información y formación de tipo teórico, pero pocas posibilidades de aplicar y comprobar los conocimientos.En este sentido, el primer curso de derecho romano sienta las bases para entender las similitudes y diferencias entre nuestro derecho y el de otros sistemas jurídicos.Este texto, apegado al programa UNAM, está dirigido a los estudiantes del segundo curso de derecho romano y su objetivo básico es proporcionar los medios elementales para entender las raíces jurídicas, cuyo manejo es imprescindible para el que hacer cotidiano de los abogados, como las obligaciones, los contratos y las sucesiones.Como estudiosos del derecho, se debe reflexionar acerca del origen de algunas instituciones y tratar de establecer la procedencia de ciertas reglas jurídicas. Así, el derecho romano es un instrumento que facilita el estudio del derecho propio y ajeno, pues nos permite familiarizarnos con la historia jurídica universal y la doctrina, además de aguzar la percepción de los fines que debe perseguir el derecho. Proporciona conceptos jurídicos de carácter cuasiuniversal, pues el latín es una lengua precisa y breve; por eso es un lenguaje técnico y científico propio de los juristas, debido a que no sufre los fenómenos de transformación de las lenguas vivas. Da las bases para percibir la evolución de la sociedad y los valores que han sobrevivido a lo largo de los siglos. Asimismo, facilita la comprensión de las líneas de influencia del derecho romano en el campo del derecho privado.Los estudiantes de la licenciatura en derecho deben refrendar la obligación que libremente adquieren al ingresar a la universidad: convertirse en activos participantes del aprendizaje y dejar a un lado la actitud pasiva que a veces asumen frente al cúmulo de información que les trasmiten, es decir, formarse como profesionales comprometidos consigo mismos para servir al país.En este sentido, el primer curso de derecho romano sienta las bases para entender las similitudes y diferencias entre nuestro derecho y el de otros sistemas jurídicos.Este texto, apegado al programa UNAM, está dirigido a los estudiantes del segundo curso de derecho romano y su objetivo básico es proporcionar los medios elementales para entender las raíces jurídicas, cuyo manejo es imprescindible para el que hacer cotidiano de los abogados, como las obligaciones, los contratos y las sucesiones.Como estudiosos del derecho, se debe reflexionar acerca del origen de algunas instituciones y tratar de establecer la procedencia de ciertas reglas jurídicas. Así, el derecho romano es un instrumento que facilita el estudio del derecho propio y ajeno, pues nos permite familiarizarnos con la historia jurídica universal y la doctrina, además de aguzar la percepción de los fines que debe perseguir el derecho. Proporciona conceptos jurídicos de carácter cuasiuniversal, pues el latín es una lengua precisa y breve; por eso es un lenguaje técnico y científico propio de los juristas, debido a que no sufre los fenómenos de transformación de las lenguas vivas. Da las bases para percibir la evolución de la sociedad y los valores que han sobrevivido a lo largo de los siglos. Asimismo, facilita la comprensión de las líneas de influencia del derecho romano en el campo del derecho privado.Los estudiantes de la licenciatura en derecho deben refrendar la obligación que libremente adquieren al ingresar a la universidad: convertirse en activos participantes del aprendizaje y dejar a un lado la actitud pasiva que a veces asumen frente al cúmulo de información que les trasmiten, es decir, formarse como profesionales comprometidos consigo mismos para servir al país.Este texto, apegado al programa UNAM, está dirigido a los estudiantes del segundo curso de derecho romano y su objetivo básico es proporcionar los medios elementales para entender las raíces jurídicas, cuyo manejo es imprescindible para el que hacer cotidiano de los abogados, como las obligaciones, los contratos y las sucesiones.Como estudiosos del derecho, se debe reflexionar acerca del origen de algunas instituciones y tratar de establecer la procedencia de ciertas reglas jurídicas. Así, el derecho romano es un instrumento que facilita el estudio del derecho propio y ajeno, pues nos permite familiarizarnos con la historia jurídica universal y la doctrina, además de aguzar la percepción de los fines que debe perseguir el derecho. Proporciona conceptos jurídicos de carácter cuasiuniversal, pues el latín es una lengua precisa y breve; por eso es un lenguaje técnico y científico propio de los juristas, debido a que no sufre los fenómenos de transformación de las lenguas vivas. Da las bases para percibir la evolución de la sociedad y los valores que han sobrevivido a lo largo de los siglos. Asimismo, facilita la comprensión de las líneas de influencia del derecho romano en el campo del derecho privado.Los estudiantes de la licenciatura en derecho deben refrendar la obligación que libremente adquieren al ingresar a la universidad: convertirse en activos participantes del aprendizaje y dejar a un lado la actitud pasiva que a veces asumen frente al cúmulo de información que les trasmiten, es decir, formarse como profesionales comprometidos consigo mismos para servir al país.Como estudiosos del derecho, se debe reflexionar acerca del origen de algunas instituciones y tratar de establecer la procedencia de ciertas reglas jurídicas. Así, el derecho romano es un instrumento que facilita el estudio del derecho propio y ajeno, pues nos permite familiarizarnos con la historia jurídica universal y la doctrina, además de aguzar la percepción de los fines que debe perseguir el derecho. Proporciona conceptos jurídicos de carácter cuasiuniversal, pues el latín es una lengua precisa y breve; por eso es un lenguaje técnico y científico propio de los juristas, debido a que no sufre los fenómenos de transformación de las lenguas vivas. Da las bases para percibir la evolución de la sociedad y los valores que han sobrevivido a lo largo de los siglos. Asimismo, facilita la comprensión de las líneas de influencia del derecho romano en el campo del derecho privado.Los estudiantes de la licenciatura en derecho deben refrendar la obligación que libremente adquieren al ingresar a la universidad: convertirse en activos participantes del aprendizaje y dejar a un lado la actitud pasiva que a veces asumen frente al cúmulo de información que les trasmiten, es decir, formarse como profesionales comprometidos consigo mismos para servir al país.Los estudiantes de la licenciatura en derecho deben refrendar la obligación que libremente adquieren al ingresar a la universidad: convertirse en activos participantes del aprendizaje y dejar a un lado la actitud pasiva que a veces asumen frente al cúmulo de información que les trasmiten, es decir, formarse como profesionales comprometidos consigo mismos para servir al país.
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