Literatura

  1. Solicitar

    La preparación de la novela

    La preparación de la novela

    Sin existencias

    COP $ 120.000
    Este libro encierra manuscritos, apuntes, anotaciones, citas, fotografías: en suma, todo lo que Roland Barthes colocó sobre la mesa de su seminario en el . Pero no sólo eso, sino también deslumbrantes fragmentos de prosa barthesiana, que muestran el modo en que su voz pasaba de lo escrito a lo dicho. Voy a hacer como si fuera a escribir una novela, dice Barthes, y organiza sus notas de clase como instrucciones dirigidas, en primer lugar, a sí mismo. En efecto, sus seminarios de 1978-1980 son un juego serio de simulación. La escritura de una novela implica, para un ensayista que, como él, ama el fragmento, el pasaje de la forma corta a la forma larga.El territorio elegido para materializar el pasaje es el del , ese poema japonés brevísimo que debe despertar en sus lectores la convicción de lo que se describe así fue. Un clic, dice Barthes, una iluminación, un . En la preparación de la novela, el toma el lugar de las anotaciones del novelista futuro, de aquello que se capta del instante y se lo registra en la libreta de apuntes a la espera de su oportunidad. El es la aparición brusca del referente, una rasgadura insignificante sobre una gran superficie vacía, una especie de maravillosa contranovela. Entonces, la gran pregunta es: ¿qué hacer para que prenda como gajo de un relato largoUna respuesta se encuentra en lo que, sin ironía, Barthes llama el método: la disciplina estética y social en la vida del novelista. Proust, Kafka, Flaubert, Mallarmé supieron mucho de eso, y Barthes los lee con la curiosidad y la indiscreción de un etnógrafo que estudia las costumbres que hacen posible una escritura literaria. En medio también están, junto a las de otros, sus manías de escritor, sus supersticiones respecto de lugares, de papeles, de objetos, la disposición del espacio material donde la forma larga podrá finalmente prender. Así, la novela futura es pensada como una forma de vida, en una escena donde se despliegan los modos de ser Barthes.Collège de France. Pero no sólo eso, sino también deslumbrantes fragmentos de prosa barthesiana, que muestran el modo en que su voz pasaba de lo escrito a lo dicho. Voy a hacer como si fuera a escribir una novela, dice Barthes, y organiza sus notas de clase como instrucciones dirigidas, en primer lugar, a sí mismo. En efecto, sus seminarios de 1978-1980 son un juego serio de simulación. La escritura de una novela implica, para un ensayista que, como él, ama el fragmento, el pasaje de la forma corta a la forma larga.El territorio elegido para materializar el pasaje es el del , ese poema japonés brevísimo que debe despertar en sus lectores la convicción de lo que se describe así fue. Un clic, dice Barthes, una iluminación, un . En la preparación de la novela, el toma el lugar de las anotaciones del novelista futuro, de aquello que se capta del instante y se lo registra en la libreta de apuntes a la espera de su oportunidad. El es la aparición brusca del referente, una rasgadura insignificante sobre una gran superficie vacía, una especie de maravillosa contranovela. Entonces, la gran pregunta es: ¿qué hacer para que prenda como gajo de un relato largoUna respuesta se encuentra en lo que, sin ironía, Barthes llama el método: la disciplina estética y social en la vida del novelista. Proust, Kafka, Flaubert, Mallarmé supieron mucho de eso, y Barthes los lee con la curiosidad y la indiscreción de un etnógrafo que estudia las costumbres que hacen posible una escritura literaria. En medio también están, junto a las de otros, sus manías de escritor, sus supersticiones respecto de lugares, de papeles, de objetos, la disposición del espacio material donde la forma larga podrá finalmente prender. Así, la novela futura es pensada como una forma de vida, en una escena donde se despliegan los modos de ser Barthes.El territorio elegido para materializar el pasaje es el del , ese poema japonés brevísimo que debe despertar en sus lectores la convicción de lo que se describe así fue. Un clic, dice Barthes, una iluminación, un . En la preparación de la novela, el toma el lugar de las anotaciones del novelista futuro, de aquello que se capta del instante y se lo registra en la libreta de apuntes a la espera de su oportunidad. El es la aparición brusca del referente, una rasgadura insignificante sobre una gran superficie vacía, una especie de maravillosa contranovela. Entonces, la gran pregunta es: ¿qué hacer para que prenda como gajo de un relato largoUna respuesta se encuentra en lo que, sin ironía, Barthes llama el método: la disciplina estética y social en la vida del novelista. Proust, Kafka, Flaubert, Mallarmé supieron mucho de eso, y Barthes los lee con la curiosidad y la indiscreción de un etnógrafo que estudia las costumbres que hacen posible una escritura literaria. En medio también están, junto a las de otros, sus manías de escritor, sus supersticiones respecto de lugares, de papeles, de objetos, la disposición del espacio material donde la forma larga podrá finalmente prender. Así, la novela futura es pensada como una forma de vida, en una escena donde se despliegan los modos de ser Barthes.haiku, ese poema japonés brevísimo que debe despertar en sus lectores la convicción de lo que se describe así fue. Un clic, dice Barthes, una iluminación, un . En la preparación de la novela, el toma el lugar de las anotaciones del novelista futuro, de aquello que se capta del instante y se lo registra en la libreta de apuntes a la espera de su oportunidad. El es la aparición brusca del referente, una rasgadura insignificante sobre una gran superficie vacía, una especie de maravillosa contranovela. Entonces, la gran pregunta es: ¿qué hacer para que prenda como gajo de un relato largoUna respuesta se encuentra en lo que, sin ironía, Barthes llama el método: la disciplina estética y social en la vida del novelista. Proust, Kafka, Flaubert, Mallarmé supieron mucho de eso, y Barthes los lee con la curiosidad y la indiscreción de un etnógrafo que estudia las costumbres que hacen posible una escritura literaria. En medio también están, junto a las de otros, sus manías de escritor, sus supersticiones respecto de lugares, de papeles, de objetos, la disposición del espacio material donde la forma larga podrá finalmente prender. Así, la novela futura es pensada como una forma de vida, en una escena donde se despliegan los modos de ser Barthes.satori. En la preparación de la novela, el toma el lugar de las anotaciones del novelista futuro, de aquello que se capta del instante y se lo registra en la libreta de apuntes a la espera de su oportunidad. El es la aparición brusca del referente, una rasgadura insignificante sobre una gran superficie vacía, una especie de maravillosa contranovela. Entonces, la gran pregunta es: ¿qué hacer para que prenda como gajo de un relato largoUna respuesta se encuentra en lo que, sin ironía, Barthes llama el método: la disciplina estética y social en la vida del novelista. Proust, Kafka, Flaubert, Mallarmé supieron mucho de eso, y Barthes los lee con la curiosidad y la indiscreción de un etnógrafo que estudia las costumbres que hacen posible una escritura literaria. En medio también están, junto a las de otros, sus manías de escritor, sus supersticiones respecto de lugares, de papeles, de objetos, la disposición del espacio material donde la forma larga podrá finalmente prender. Así, la novela futura es pensada como una forma de vida, en una escena donde se despliegan los modos de ser Barthes.haiku toma el lugar de las anotaciones del novelista futuro, de aquello que se capta del instante y se lo registra en la libreta de apuntes a la espera de su oportunidad. El es la aparición brusca del referente, una rasgadura insignificante sobre una gran superficie vacía, una especie de maravillosa contranovela. Entonces, la gran pregunta es: ¿qué hacer para que prenda como gajo de un relato largoUna respuesta se encuentra en lo que, sin ironía, Barthes llama el método: la disciplina estética y social en la vida del novelista. Proust, Kafka, Flaubert, Mallarmé supieron mucho de eso, y Barthes los lee con la curiosidad y la indiscreción de un etnógrafo que estudia las costumbres que hacen posible una escritura literaria. En medio también están, junto a las de otros, sus manías de escritor, sus supersticiones respecto de lugares, de papeles, de objetos, la disposición del espacio material donde la forma larga podrá finalmente prender. Así, la novela futura es pensada como una forma de vida, en una escena donde se despliegan los modos de ser Barthes.haiku es la aparición brusca del referente, una rasgadura insignificante sobre una gran superficie vacía, una especie de maravillosa contranovela. Entonces, la gran pregunta es: ¿qué hacer para que prenda como gajo de un relato largoUna respuesta se encuentra en lo que, sin ironía, Barthes llama el método: la disciplina estética y social en la vida del novelista. Proust, Kafka, Flaubert, Mallarmé supieron mucho de eso, y Barthes los lee con la curiosidad y la indiscreción de un etnógrafo que estudia las costumbres que hacen posible una escritura literaria. En medio también están, junto a las de otros, sus manías de escritor, sus supersticiones respecto de lugares, de papeles, de objetos, la disposición del espacio material donde la forma larga podrá finalmente prender. Así, la novela futura es pensada como una forma de vida, en una escena donde se despliegan los modos de ser Barthes.Una respuesta se encuentra en lo que, sin ironía, Barthes llama el método: la disciplina estética y social en la vida del novelista. Proust, Kafka, Flaubert, Mallarmé supieron mucho de eso, y Barthes los lee con la curiosidad y la indiscreción de un etnógrafo que estudia las costumbres que hacen posible una escritura literaria. En medio también están, junto a las de otros, sus manías de escritor, sus supersticiones respecto de lugares, de papeles, de objetos, la disposición del espacio material donde la forma larga podrá finalmente prender. Así, la novela futura es pensada como una forma de vida, en una escena donde se despliegan los modos de ser Barthes. Más información