Libros
Un espejo después
Sin existencias
COP $ 24.000Este libro es un conjunto de relatos cortos donde un personaje, Leoncio, aparece enfrentado a las pequeñas tragedias de cada día, que narradas con el humor y la maestría del autor, hacen sentir el enigma de lo cotidiano, la vivencia de lo absurdo, la inmensidad de los actos y gestos que se viven y se observan. El personaje también incursiona en laberintos filosóficos, cuando se deshace en si mismo para convertirse en un sueño, se diluye en un fantasma, o entra en un espejo para adelantarse en el tiempo. El personaje también incursiona en laberintos filosóficos, cuando se deshace en si mismo para convertirse en un sueño, se diluye en un fantasma, o entra en un espejo para adelantarse en el tiempo. Más informaciónQue cese el fuego
Sin existencias
COP $ 29.000El cese al fuego que pidió Alfonso Reyes Echandía, el presidente de la Corte Suprema de Jusiticia estaba enmarcado en la toma del Palacio de Justicia, se pronunció en un día y a una hora precisas, tenía un contexto inmediato. Pero ha adquirido, con el correr de los años, los visos de una invocación histórica. Se ha convertido en la admonición permanente de que solamente sin fuego, sin el horror del fuego de las armas se puede, se debe, vivir en Colombia.La realidad de la sangre derramada, de los horrores inenarrables, de las masacres de campesinos, de las tragedias execrables registradas en Colombia a partir de 1985, puede hacer pensar que es una admonición inane, que en efecto triunfó la otra filosofía, aquella según la cual la violencia es la partera de la historia. Empero, el cese al fueago sigue siendo la invoación contra la barbarie, sigue siendo la aspiración civilizada.La realidad de la sangre derramada, de los horrores inenarrables, de las masacres de campesinos, de las tragedias execrables registradas en Colombia a partir de 1985, puede hacer pensar que es una admonición inane, que en efecto triunfó la otra filosofía, aquella según la cual la violencia es la partera de la historia. Empero, el cese al fueago sigue siendo la invoación contra la barbarie, sigue siendo la aspiración civilizada. Más informaciónLos invisibles pájaros del alma
Sin existencias
COP $ 19.000La tenue delgadez de esta poesía se cifra en la palabra que piensa, en la pausa labrada poco a poco de manera artesanal, de una manera que nada tiene que ver con la premura del verbo ni menos, con la eficacia aparente del poema hecho de brillos o de adornos. Y no está lejos el misterio de estos versos, el lenguaje no dicho que, a su vez, define no pocas veces la verdadera fuerza del lenguaje, más allá del tintineo que juega y entretiene. Como cuando alude a la poesía: Susurras al oído, caracol de la sangre y la memoria, cantos de viejos pastores ignotos, amanuenses del viento en los acantilados. Hay encuentros aquí de una verdadera poesía, que se hace más bella en su despreocupada manera de mencionar las cosas del mundo y los íntimos sentimientos del alma: despreocupada porque carece de énfasis, porque el acento lo pone en el silencio. Y no está lejos el misterio de estos versos, el lenguaje no dicho que, a su vez, define no pocas veces la verdadera fuerza del lenguaje, más allá del tintineo que juega y entretiene. Como cuando alude a la poesía: Susurras al oído, caracol de la sangre y la memoria, cantos de viejos pastores ignotos, amanuenses del viento en los acantilados. Hay encuentros aquí de una verdadera poesía, que se hace más bella en su despreocupada manera de mencionar las cosas del mundo y los íntimos sentimientos del alma: despreocupada porque carece de énfasis, porque el acento lo pone en el silencio.Y no está lejos el misterio de estos versos, el lenguaje no dicho que, a su vez, define no pocas veces la verdadera fuerza del lenguaje, más allá del tintineo que juega y entretiene. Como cuando alude a la poesía: Susurras al oído, caracol de la sangre y la memoria, cantos de viejos pastores ignotos, amanuenses del viento en los acantilados. Hay encuentros aquí de una verdadera poesía, que se hace más bella en su despreocupada manera de mencionar las cosas del mundo y los íntimos sentimientos del alma: despreocupada porque carece de énfasis, porque el acento lo pone en el silencio.Hay encuentros aquí de una verdadera poesía, que se hace más bella en su despreocupada manera de mencionar las cosas del mundo y los íntimos sentimientos del alma: despreocupada porque carece de énfasis, porque el acento lo pone en el silencio. Más información