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  1. Logoterapia centrada en la persona

    COP $ 83.000
    Carlos Díaz, en Logoterapia centrada en la persona vuelve a militar en el bando, no por exiguo menos persuasivo, de un lógos que no es angosto ni solo cálculo, que no es el envanecimiento reflejo y reflejo del reflejo, jerga indescifrable que tanto deleite suscita en las escuelas, impermeables no sólo, y no es poco, a la vida que se juega en sus afueras, sino también a que sus pesares y desdichas, como sus gracejos y donaires, los enjuague y unifique esa potencia de la que no se ha vuelto, a la que no se ha ido capaz de darle sentido y sanar al enfermo que tarde o temprano somos.«La tecnociencia contemporánea lucha denodadamente contra el dolor con resultados paradójicos, pues cuanto más farmaterapia suministra, tanto menor es el umbral algésico y tanta menor la fortaleza antropológica que se apercibe en la vida cotidiana; por abuso de esa falsa farmacopea, de ese falso hacer farmacéutico, en el límite podemos estar promoviendo un homo indolorus (necio tópico de las ciencias de la salud), el cual puede convertirse en personaje de tragedia griega cuando, sin convicciones antropológicas, a la vez que indoloro deviene inodorus et insipidus, por todo lo cual nos parece verdaderamente urgente la reivindicación por el ser humano del dolor, sin masoquismo ni dolorismo, la reivindicación del dolor humano: ubi homo, ibi dolor, me duele luego existo (dolet ergo sum), decía Kierkegaard parodiando a Descartes, afirmación todavía demasiado abstracta que hubiera debido concretarse en esta otra: me dueles, luego existo, doles ergo sum, eres tú quien me duele, porque sólo el dolor concreto duele concretamente».«La tecnociencia contemporánea lucha denodadamente contra el dolor con resultados paradójicos, pues cuanto más farmaterapia suministra, tanto menor es el umbral algésico y tanta menor la fortaleza antropológica que se apercibe en la vida cotidiana; por abuso de esa falsa farmacopea, de ese falso hacer farmacéutico, en el límite podemos estar promoviendo un homo indolorus (necio tópico de las ciencias de la salud), el cual puede convertirse en personaje de tragedia griega cuando, sin convicciones antropológicas, a la vez que indoloro deviene inodorus et insipidus, por todo lo cual nos parece verdaderamente urgente la reivindicación por el ser humano del dolor, sin masoquismo ni dolorismo, la reivindicación del dolor humano: ubi homo, ibi dolor, me duele luego existo (dolet ergo sum), decía Kierkegaard parodiando a Descartes, afirmación todavía demasiado abstracta que hubiera debido concretarse en esta otra: me dueles, luego existo, doles ergo sum, eres tú quien me duele, porque sólo el dolor concreto duele concretamente». Más información
  2. Difícil tolerancia

    COP $ 85.000
    En Difícil tolerancia se muestra, con mayor vigor que nunca, la veta polémica con que a menudo nos sacude Yves-Charles Zarka: el prestigioso intelectual francés trata de justificar aquí, sin parar mientes en lo políticamente correcto, que la islamización de Europa es uno de los más graves peligros a los que se enfrentan nuestras democracias, ya que amenaza con segar de raíz -de no ponerle coto la estructura-tolerancia, bien entendida: sabedora del límite en el que se anuncia lo intolerable (o más bien la defección)- los principios jurídicos y morales sobre los que descansa el Estado de derecho.En este sentido, el ensayo de Zarka constituye una apasionada crítica de las tentativas islámicas de invadir las escuelas y, en general, la esfera de lo público, con dogmas y signos religiosos que conculcan la laicidad del Estado, así como de todas aquellas prácticas e instituciones religiosas que discriminan a las mujeres o, sin más, las denigran como sujetos de derecho; y es también, por las mismas razones -por la misma defensa de los derechos individuales-, una severa censura de las minorías religiosas y los nacionalismos políticos que, al amparo de impostados sujetos colectivos, vienen a parar en lo mismo: tiranizar individuos.En este sentido, el ensayo de Zarka constituye una apasionada crítica de las tentativas islámicas de invadir las escuelas y, en general, la esfera de lo público, con dogmas y signos religiosos que conculcan la laicidad del Estado, así como de todas aquellas prácticas e instituciones religiosas que discriminan a las mujeres o, sin más, las denigran como sujetos de derecho; y es también, por las mismas razones -por la misma defensa de los derechos individuales-, una severa censura de las minorías religiosas y los nacionalismos políticos que, al amparo de impostados sujetos colectivos, vienen a parar en lo mismo: tiranizar individuos. Más información
  3. Problemas Kantianos

    COP $ 83.000
    En los cuatro ensayos de que se compone Problemas kantianos, Éric Weil (Parchim 1904-Niza 1977) no sintetiza o expone el pensamiento de Kant, no resume su sistema o introduce al profano en la materia, sino que aviva y reanuda, en odres nuevos, la original discusión con el filósofo, y para ello -para que la verdadera discusión resplandezca frente a la más rigurosa doxografía- Weil escribe con maestría lo que la sola erudición, la pericia del lector mejor informado, siempre deja sin decir: el propio pensar de Kant, en sus problemas y en aquello que los origina. O, en otras palabras, en aquello que los anuda, ya se trate de la cosa en sí, de la unidad del sistema, del juicio moral o del mal radical: la permanente pregunta por el sentido, por el desarme -tantas veces falaz, toda vez incoado- de los hechos y su implacable anterioridad.O, en otras palabras, en aquello que los anuda, ya se trate de la cosa en sí, de la unidad del sistema, del juicio moral o del mal radical: la permanente pregunta por el sentido, por el desarme -tantas veces falaz, toda vez incoado- de los hechos y su implacable anterioridad. Más información