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  • Autor: Félix Duque

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  1. Terror tras la postmodernidad

    COP $ 74.000
    Los atentados artesanales y los bombardeos sofisticadamente electrónicos han sido mucho más eficaces y persuasivos que las consejas intelectuales para acabar de despertar de su sueño dogmático a la gente de la filosofía y del arte. Era el sueño (para algunos, un mal sueño) de la postmodernidad: esa extraña época que pretendía haber puesto punto final a todas las épocas, entre la arrogancia y las pietas, a base de acoger en su vasto seno estilos heteróclitos, construcciones sociales de la realidad o alegres proclamas de : apogeo planetario del , mientras buena parte del arte (o de sus restos) se dedicaba apaciguar una mala conciencia acumulativa transformando en horror listo para el consumo (que también y hoteles de diseño pertenece a su manera a la hinchada burbuja) el terror ante lo brotado de la tierra y a ella apegado. La banalidad chillona del arte posthistórico, postindustrial y postrimero de sí mismo. Ahora, el retorno del terror (del cual el terrorismo es sólo uno el más agresivo de los fenómenos que ascienden del Fondo-Fundamental) coloca al arte ante la difícil situación de intentar de nuevo la representación de lo irrepresentable. Pero ya no por sublime, sino por siniestro: por inhóspito. Volvemos a estar a la interperie (salvo los atentos a la Pantalla) We won: apogeo planetario del , mientras buena parte del arte (o de sus restos) se dedicaba apaciguar una mala conciencia acumulativa transformando en horror listo para el consumo (que también y hoteles de diseño pertenece a su manera a la hinchada burbuja) el terror ante lo brotado de la tierra y a ella apegado. La banalidad chillona del arte posthistórico, postindustrial y postrimero de sí mismo. Ahora, el retorno del terror (del cual el terrorismo es sólo uno el más agresivo de los fenómenos que ascienden del Fondo-Fundamental) coloca al arte ante la difícil situación de intentar de nuevo la representación de lo irrepresentable. Pero ya no por sublime, sino por siniestro: por inhóspito. Volvemos a estar a la interperie (salvo los atentos a la Pantalla) american way of life, mientras buena parte del arte (o de sus restos) se dedicaba apaciguar una mala conciencia acumulativa transformando en horror listo para el consumo (que también y hoteles de diseño pertenece a su manera a la hinchada burbuja) el terror ante lo brotado de la tierra y a ella apegado. La banalidad chillona del arte posthistórico, postindustrial y postrimero de sí mismo. Ahora, el retorno del terror (del cual el terrorismo es sólo uno el más agresivo de los fenómenos que ascienden del Fondo-Fundamental) coloca al arte ante la difícil situación de intentar de nuevo la representación de lo irrepresentable. Pero ya no por sublime, sino por siniestro: por inhóspito. Volvemos a estar a la interperie (salvo los atentos a la Pantalla) puppies, malls y hoteles de diseño pertenece a su manera a la hinchada burbuja) el terror ante lo brotado de la tierra y a ella apegado. La banalidad chillona del arte posthistórico, postindustrial y postrimero de sí mismo. Ahora, el retorno del terror (del cual el terrorismo es sólo uno el más agresivo de los fenómenos que ascienden del Fondo-Fundamental) coloca al arte ante la difícil situación de intentar de nuevo la representación de lo irrepresentable. Pero ya no por sublime, sino por siniestro: por inhóspito. Volvemos a estar a la interperie (salvo los atentos a la Pantalla) Más información
  2. El cofre de la nada. Deriva del nihilismo en ...

    COP $ 105.000
    No es verdad que, como auguraba Baudrillard, nada halla tras la obscenidad de la banda sin fin mediática en la que se consume y consuma nuestra postmodernidad tardio capitalista (e.d., consistente en tardar en desaparecer). No es verdad tampoco, por el otro lado, que tras esa banda, como en negativo, lo revelado sea la profundidad de un occidente rebelado al fin contra esa superficialidad, según algunos alucinados pretenden, en busca de fundamentos más sólidos y divinos que los del inventado enemigo, ese que cree en el uno mientras se disemina mortífero por los nódulos plurales de las arterias y otras redes. Si es verdad que, cansados y desmoralizados, apenas se sabe qué hacer, cortadas las alas del futuro-ficción tras la estruendosa revuelta en el siglo XXI del otro mundo, sojuzgado y mantenido a distancia como material de elaboración para medro del espíritu depredador. Pero una ronca voz nunca del todo acallada sigue avisando de que algo resta atrás.Por ello, tras tanto hinchado humanismo-prietas-las-filas y tanto espectacular horror-visco-porno-moral, empeñados ambos en obturar el terror que viene del fondo (si tras el velo de la belleza se ocultaba antes lo terrible, bien podría agazaparse ahora el terro tras la banalidad kitsch), quizá no esté de más intentar una segunda navegación en torno a esa isla de los muertos que muchos se empeñan en haber dejado para siempre atrás, y preguntarse por la deriva del nihilismo en otra de las muchas tardanzas: la tardomodernidad (otra manera que se resiste a desaparecer, a fuerza de tardar a base de científicas largas). Conjurados son pues aquí los espectros de Hegel, de Jünger y de Heidegger para desmantelar pompas y andamiajes, a fin de empezar a entrever en sus oscuras admoniciones el vínculo en que se anudan de antiguo la nada y la muerte.Por ello, tras tanto hinchado humanismo-prietas-las-filas y tanto espectacular horror-visco-porno-moral, empeñados ambos en obturar el terror que viene del fondo (si tras el velo de la belleza se ocultaba antes lo terrible, bien podría agazaparse ahora el terro tras la banalidad kitsch), quizá no esté de más intentar una segunda navegación en torno a esa isla de los muertos que muchos se empeñan en haber dejado para siempre atrás, y preguntarse por la deriva del nihilismo en otra de las muchas tardanzas: la tardomodernidad (otra manera que se resiste a desaparecer, a fuerza de tardar a base de científicas largas). Conjurados son pues aquí los espectros de Hegel, de Jünger y de Heidegger para desmantelar pompas y andamiajes, a fin de empezar a entrever en sus oscuras admoniciones el vínculo en que se anudan de antiguo la nada y la muerte. Más información
  3. Contra el humanismo

    COP $ 87.000
    Desde sectores eclesiásticos y políticos, pasando por anuncios publicitarios hasta sesudos análisis de supuestos intelectuales autoproclamados \'filósofos\', todo el mundo hoy se empeña en decirse \'humanista\' -hasta las guerras son \'humanitarias\'-. Así, mientras en el bachillerato y la universidad se rebajan y aguan los estudios clásicos y ya muy pocos leen la cultura grecolatina -y menos en sus fuentes-, se crea una flamante \'especialidad general\', denominada \'Humanidades\', un popurri que amenaza con acabar con las distintas carreras de Letras.

    Entre tanto, universidades dela Iglesia que proclaman servir al \'Humanismo Cristiano\' imparten enseñanzas de gestión y dirección de empresas o de informática o ingeniería, arrumbando los estudios generales o \'reciclando\' la Filosofía bajo el rótulo de \'Filosofía de la Empresa\'. Y poderosas multinacionales de la cultura afirman que se ha llegado al final de los tiempos al haber logrado conciliar las confesiones cristianas con asociaciones éticas laicas no menos multiformes, creando una religiosidad sin dogmas ni trascendencia al servicio del \'Pueblo\'. Dé este modo, el \'Hombre\' y la \'Humanidad\' nunca han estado tan de moda, mientras se pisotea la raíz de lo humano y se destruyen pueblos, culturas e historia.  Más información
  4. La comida del Espíritu en la era de la tecno...

    COP $ 71.000
    Un largo camino han recorrido los hombres desde la ingesta ritual del cerebro o el corazón del adversario,como reconocimiento a la vez del valor del contrario y de la superioridad del vencedor.De la antropofagia ritual (presente en mitos antiguos que también se tocan en este librito) a la teofagia:comerse al Dios es más confortante para el cuerpo y el alma,sobre todo cuando es el propio Dios el que se ofrece a ello.
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