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    Estética del montaje

    Estética del montaje

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    COP $ 87.000
    El montaje no es sólo una operación técnica indispensable en toda producción cinematográfica. Antes que nada, se trata de un principio creativo, de una manera de concebir las películas asociando imágenes, disponiéndolas en un determinado orden y creando rupturas o continuidades inesperadas.El objetivo de este libro es doble: por una parte propone un recorrido por las diferentes formas de montaje presentes a lo largo de la historia; por otra, ofrece un análisis de esta técnica esencial, poniendo de relieve la dimensión fragmentaria que el cine comparte con otros campos de creación artística de nuestro tiempo.El autor ilustra su exposición con numerosos ejemplos de O. Welles, A. Resnais o M. Pialat, entre otros, y muestra de qué forma influye la evolución de las técnicas y prácticas del montaje en la estética de las películas. El objetivo de este libro es doble: por una parte propone un recorrido por las diferentes formas de montaje presentes a lo largo de la historia; por otra, ofrece un análisis de esta técnica esencial, poniendo de relieve la dimensión fragmentaria que el cine comparte con otros campos de creación artística de nuestro tiempo.El autor ilustra su exposición con numerosos ejemplos de O. Welles, A. Resnais o M. Pialat, entre otros, y muestra de qué forma influye la evolución de las técnicas y prácticas del montaje en la estética de las películas. El autor ilustra su exposición con numerosos ejemplos de O. Welles, A. Resnais o M. Pialat, entre otros, y muestra de qué forma influye la evolución de las técnicas y prácticas del montaje en la estética de las películas. Más información

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    Aristóteles. Constitución de los atenienses

    Aristóteles. Constitución de los atenienses

    Sin existencias

    COP $ 108.000
    Frente a las utópicas construcciones sobre la política realizadas por Platón, su maestro, Aristóteles (384322 a. C.) sitúa su estudio en el ámbito de lo que la política es en realidad, si bien desde un planteamiento amplio, el de la filosofía de la vida humana asociada, que comprendía, además de la política propiamente dicha, el análisis del comportamiento, es decir, la ética. Fiel a su máxima de que los principios teóricos deben basarse en un conocimiento profundo de los datos, y para asentar la grandiosa creación teórica de la política, Aristóteles y sus alumnos reunieron una colección de constituciones con objeto de ver las causas por las que unas ciudades eran bien gobernadas y otras no. En la primera de ellas, la , de la que se ocupó el propio maestro y que se data entre 329/8 y 322 a. C., se presenta un panorama de la creación y evolución de las instituciones políticas de la ciudad.Es, pues, una obra fundamental para la historia de Grecia (en tanto que presenta un fresco de grandes personajes y relata un coherente juego de causas y efectos, acontecimientos decisivos para cada una de las reformas), para la teoría política (en cuanto que es una reflexión sobre los diversos sistemas experimentados en la ciudad, con sus virtudes y sus deficiencias) y para la filosofía, ya que todo el estudio está presidido por una perspectiva ética.Constitución de los atenienses, de la que se ocupó el propio maestro y que se data entre 329/8 y 322 a. C., se presenta un panorama de la creación y evolución de las instituciones políticas de la ciudad.Es, pues, una obra fundamental para la historia de Grecia (en tanto que presenta un fresco de grandes personajes y relata un coherente juego de causas y efectos, acontecimientos decisivos para cada una de las reformas), para la teoría política (en cuanto que es una reflexión sobre los diversos sistemas experimentados en la ciudad, con sus virtudes y sus deficiencias) y para la filosofía, ya que todo el estudio está presidido por una perspectiva ética.Es, pues, una obra fundamental para la historia de Grecia (en tanto que presenta un fresco de grandes personajes y relata un coherente juego de causas y efectos, acontecimientos decisivos para cada una de las reformas), para la teoría política (en cuanto que es una reflexión sobre los diversos sistemas experimentados en la ciudad, con sus virtudes y sus deficiencias) y para la filosofía, ya que todo el estudio está presidido por una perspectiva ética. Más información

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    El paraíso perdido

    El paraíso perdido

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    COP $ 283.000
    La brevedad del relato del Génesis lleva a la imaginación del poeta a plantearse sugestivos interrogantes a la historia de Adán y Eva: ¿qué sintieron aquellos adultos sin infamia al despertar en el Paraíso, ¿Cómo fue su encuentro ¿Qué les hizo desobedecer a Dios, ¿Qué se dijeron al conocer su culpa y su espantoso castigoComo toda obra clásica de renombre universal, da pie a numerosas lecturas. En ella están las tradiciones clásicas de Homero y de Virgilio, la deslumbrante imaginación creadora del Renacimiento, las concepciones del universo elaboradas por los astrónomos o las respuestas a los misterios de la teología; todo el saber humanista y científico de su época entran en este crisol donde el lector encontrará siempre lo que busca.Como toda obra clásica de renombre universal, da pie a numerosas lecturas. En ella están las tradiciones clásicas de Homero y de Virgilio, la deslumbrante imaginación creadora del Renacimiento, las concepciones del universo elaboradas por los astrónomos o las respuestas a los misterios de la teología; todo el saber humanista y científico de su época entran en este crisol donde el lector encontrará siempre lo que busca. Más información

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    Platón las palabras y los mitos ¿Cómo y por qué Platón dio el nombre al mito?

    Platón las palabras y los mitos ¿Cómo y po...

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    COP $ 91.000
    Platón es el primer autor que utilizó el término con el sentido que todavía hoy continúan otorgándole. Al darle uso no metafórico, Platón está describiendo un discurso de cierto tipo, construido por los poetas de su sociedad, que élpretende sustituir por otro, lógos, un discurso propio de los filósofos. Aunque se muestra muy crítico con respecto a los mitos, Platón debe reconocer que tampoco los filósofos pueden prescindir de ellos, y él mismo no dejará de inspirarse en los poetas para desarrollar ciertos puntos de su doctrina, llegando incluso a fabricar algunos de sus mitos, reconociendo con ellos su eficacia y la gran influencia que ejercen en el campo de la ética y de la política.La oposición que Platón establece entre y la especialización del sentido de mýthos, cuya transliteración iba a dar en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.mýthos con el sentido que todavía hoy continúan otorgándole. Al darle uso no metafórico, Platón está describiendo un discurso de cierto tipo, construido por los poetas de su sociedad, que élpretende sustituir por otro, lógos, un discurso propio de los filósofos. Aunque se muestra muy crítico con respecto a los mitos, Platón debe reconocer que tampoco los filósofos pueden prescindir de ellos, y él mismo no dejará de inspirarse en los poetas para desarrollar ciertos puntos de su doctrina, llegando incluso a fabricar algunos de sus mitos, reconociendo con ellos su eficacia y la gran influencia que ejercen en el campo de la ética y de la política.La oposición que Platón establece entre y la especialización del sentido de mýthos, cuya transliteración iba a dar en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.La oposición que Platón establece entre y la especialización del sentido de mýthos, cuya transliteración iba a dar en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.mýthos y lógos y la especialización del sentido de mýthos, cuya transliteración iba a dar en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.mito en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes. mýthos, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.lógos, entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». 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