Marcel Proust. A la busca del tiempo perdido. Tomos I, II y III

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COP $ 637.000

Autor: Mauro Armiño

Distribuidor: Promolibro

Casa Editorial: Valdemar

Valdemar

Año de Edición: 2007

2007

Idioma: Español

Formato: Libro Impreso

Número de páginas: 1380

ISBN: 9788477023197

9788477023197
SKU (Número de Referencia): 38398

Disponible

Tomo IPor la parte de Swann. A la sombra de las muchachas en florPor la parte de Swann. A la sombra de las muchachas en florAl introducir la conciencia de su Narrador en este libro, el autor realizaba una revolución copernicana en la literatura del siglo XX y se convertía, junto con James Joyce y ...

Detalles

Tomo IPor la parte de Swann. A la sombra de las muchachas en florPor la parte de Swann. A la sombra de las muchachas en florAl introducir la conciencia de su Narrador en este libro, el autor realizaba una revolución copernicana en la literatura del siglo XX y se convertía, junto con James Joyce y Franz Kafka, en el escritor más importante de los cien últimos años. Esta obra no es novela de una sola faceta, sino de muchas: sobre unos puntos de partida parcialmente autobiográficos, Proust consigue una narración iniciática, la pintura crítica de toda una sociedad, una novela psicológica, una obra simbólica, el análisis de inclinaciones sexuales hasta entonces prohibidas, una reflexión sobre la literatura y la creación artística. Hecha a partir de las recientes ediciones francesas que suponen una revolución respecto de las anteriores, esta nueva traducción es la primera realizada por un sólo traductor, Mauro Armiño; acompañan a la edición tres diccionarios que permiten al lector un contacto inmediato con el mundo de Proust, con los lugares de la trama y los personajes de las siete partes que, en tres volúmenes, constituyen esta edición de esta gran obra. Una nutrida anotación y resúmenes que sirven de guía para la localización de escenas, episodios y pasajes completan esta edición que por primera vez pone al lector español un texto coherente y unitario.****Prosiguiendo su viaje iniciático, el narrador de este libro, se adentra en la parte de Guermantes por los ambientes de la aristocracia, que habían sido míticos para sus sueños de adolescente. La visión en la iglesia de Combray de la duquesa de Guermantes le había embriagado con la sonoridad del nombre, con la elegancia, que su mente convierte en belleza, de Oriane de Guermantes. Cuando en París descubre los prestigios del faubourg Saint-Germain, especie de ciudad prohibida para los simples mortales, el sueño del narrador se derrumba: son criaturas dominadas por la frivolidad, el orgullo y la petulancia; algunas además son turbias; y, merodeando a su alrededor, un rico ambiente burgués, cómico por sus pretensiones intelectuales, como el cogotillo de los Verdurin, que maniobran en la sombra para ascender en la escala Social.Sodoma y Gomorra retrocede para centrarse en el barón de Charlus: a través de esta exquisita y soberbia criatura novelesca, el narrador descubrirá las terribles «ciudades de la llanura» bíblica, condenadas al castigo del azufre y el fuego por sus vicios: es el envés del decorado en el que se pavonea una aristocracia inútil, en cuya crítica nadie, ni los mayores nombres de la narrativa realista, ha puesto tanta acidez e ironía. La brillantez y la belleza que parecían presidir, para el narrador adolescente, la vida de la aristocracia, son una ilusión que se desvanece mientras el héroe va viviendo a tientas la pasion amorosa que en él habían despertado las muchachas en flor.****Con , y concluye la empresa novelística más ambiciosa del siglo XX: A la busca del tiempo perdido. Marcel Proust siguió corrigiendo hasta la víspera del día de su muerte los numerosos cuadernos en que fue relatado la continuación de Sodoma y Gomorra: La vida de Albertine en casa del narrador, los celos de éste, la hiuda de la joven, para concluir con la crítica de toda una sociedad aristocrática que el desenlace de La Primera Guerra mundial convirtió en un adorno obsoleto. La mirada del narrador, incapaz de reconocer a sus antiguos amigos, se vuelve hacia adentro para reflexionar sobre el misterio de la creación artística y conminarle a la escritura de su libro, de su obra: A la busca del tiempo perdido.A los tres diccionarios que abrían el primer tomo de esta edición de las personas del entorno de Proust que tiene su reflejo en la novela, de los personajes y, por último, de los lugares de la trama, Mauro Armiño ha sumado de este tercer volumen amplios índices de persona y personajes, de lugares, de obras artísticas y literarias que permiten al lector navegar por y encontrar episodios, anécdotas o citas contenidos en la novela.Hecha a partir de las recientes ediciones francesas que suponen una revolución respecto de las anteriores, esta nueva traducción es la primera realizada por un sólo traductor, Mauro Armiño; acompañan a la edición tres diccionarios que permiten al lector un contacto inmediato con el mundo de Proust, con los lugares de la trama y los personajes de las siete partes que, en tres volúmenes, constituyen esta edición de esta gran obra. Una nutrida anotación y resúmenes que sirven de guía para la localización de escenas, episodios y pasajes completan esta edición que por primera vez pone al lector español un texto coherente y unitario.****Prosiguiendo su viaje iniciático, el narrador de este libro, se adentra en la parte de Guermantes por los ambientes de la aristocracia, que habían sido míticos para sus sueños de adolescente. La visión en la iglesia de Combray de la duquesa de Guermantes le había embriagado con la sonoridad del nombre, con la elegancia, que su mente convierte en belleza, de Oriane de Guermantes. Cuando en París descubre los prestigios del faubourg Saint-Germain, especie de ciudad prohibida para los simples mortales, el sueño del narrador se derrumba: son criaturas dominadas por la frivolidad, el orgullo y la petulancia; algunas además son turbias; y, merodeando a su alrededor, un rico ambiente burgués, cómico por sus pretensiones intelectuales, como el cogotillo de los Verdurin, que maniobran en la sombra para ascender en la escala Social.Sodoma y Gomorra retrocede para centrarse en el barón de Charlus: a través de esta exquisita y soberbia criatura novelesca, el narrador descubrirá las terribles «ciudades de la llanura» bíblica, condenadas al castigo del azufre y el fuego por sus vicios: es el envés del decorado en el que se pavonea una aristocracia inútil, en cuya crítica nadie, ni los mayores nombres de la narrativa realista, ha puesto tanta acidez e ironía. La brillantez y la belleza que parecían presidir, para el narrador adolescente, la vida de la aristocracia, son una ilusión que se desvanece mientras el héroe va viviendo a tientas la pasion amorosa que en él habían despertado las muchachas en flor.****Con , y concluye la empresa novelística más ambiciosa del siglo XX: A la busca del tiempo perdido. Marcel Proust siguió corrigiendo hasta la víspera del día de su muerte los numerosos cuadernos en que fue relatado la continuación de Sodoma y Gomorra: La vida de Albertine en casa del narrador, los celos de éste, la hiuda de la joven, para concluir con la crítica de toda una sociedad aristocrática que el desenlace de La Primera Guerra mundial convirtió en un adorno obsoleto. La mirada del narrador, incapaz de reconocer a sus antiguos amigos, se vuelve hacia adentro para reflexionar sobre el misterio de la creación artística y conminarle a la escritura de su libro, de su obra: A la busca del tiempo perdido.A los tres diccionarios que abrían el primer tomo de esta edición de las personas del entorno de Proust que tiene su reflejo en la novela, de los personajes y, por último, de los lugares de la trama, Mauro Armiño ha sumado de este tercer volumen amplios índices de persona y personajes, de lugares, de obras artísticas y literarias que permiten al lector navegar por y encontrar episodios, anécdotas o citas contenidos en la novela.****Prosiguiendo su viaje iniciático, el narrador de este libro, se adentra en la parte de Guermantes por los ambientes de la aristocracia, que habían sido míticos para sus sueños de adolescente. La visión en la iglesia de Combray de la duquesa de Guermantes le había embriagado con la sonoridad del nombre, con la elegancia, que su mente convierte en belleza, de Oriane de Guermantes. Cuando en París descubre los prestigios del faubourg Saint-Germain, especie de ciudad prohibida para los simples mortales, el sueño del narrador se derrumba: son criaturas dominadas por la frivolidad, el orgullo y la petulancia; algunas además son turbias; y, merodeando a su alrededor, un rico ambiente burgués, cómico por sus pretensiones intelectuales, como el cogotillo de los Verdurin, que maniobran en la sombra para ascender en la escala Social.Sodoma y Gomorra retrocede para centrarse en el barón de Charlus: a través de esta exquisita y soberbia criatura novelesca, el narrador descubrirá las terribles «ciudades de la llanura» bíblica, condenadas al castigo del azufre y el fuego por sus vicios: es el envés del decorado en el que se pavonea una aristocracia inútil, en cuya crítica nadie, ni los mayores nombres de la narrativa realista, ha puesto tanta acidez e ironía. La brillantez y la belleza que parecían presidir, para el narrador adolescente, la vida de la aristocracia, son una ilusión que se desvanece mientras el héroe va viviendo a tientas la pasion amorosa que en él habían despertado las muchachas en flor.****Con , y concluye la empresa novelística más ambiciosa del siglo XX: A la busca del tiempo perdido. Marcel Proust siguió corrigiendo hasta la víspera del día de su muerte los numerosos cuadernos en que fue relatado la continuación de Sodoma y Gomorra: La vida de Albertine en casa del narrador, los celos de éste, la hiuda de la joven, para concluir con la crítica de toda una sociedad aristocrática que el desenlace de La Primera Guerra mundial convirtió en un adorno obsoleto. La mirada del narrador, incapaz de reconocer a sus antiguos amigos, se vuelve hacia adentro para reflexionar sobre el misterio de la creación artística y conminarle a la escritura de su libro, de su obra: A la busca del tiempo perdido.A los tres diccionarios que abrían el primer tomo de esta edición de las personas del entorno de Proust que tiene su reflejo en la novela, de los personajes y, por último, de los lugares de la trama, Mauro Armiño ha sumado de este tercer volumen amplios índices de persona y personajes, de lugares, de obras artísticas y literarias que permiten al lector navegar por y encontrar episodios, anécdotas o citas contenidos en la novela.Tomo IILa parte de Guermantes, Sodoma y GomorraLa parte de Guermantes, Sodoma y GomorraProsiguiendo su viaje iniciático, el narrador de este libro, se adentra en la parte de Guermantes por los ambientes de la aristocracia, que habían sido míticos para sus sueños de adolescente. La visión en la iglesia de Combray de la duquesa de Guermantes le había embriagado con la sonoridad del nombre, con la elegancia, que su mente convierte en belleza, de Oriane de Guermantes. Cuando en París descubre los prestigios del faubourg Saint-Germain, especie de ciudad prohibida para los simples mortales, el sueño del narrador se derrumba: son criaturas dominadas por la frivolidad, el orgullo y la petulancia; algunas además son turbias; y, merodeando a su alrededor, un rico ambiente burgués, cómico por sus pretensiones intelectuales, como el cogotillo de los Verdurin, que maniobran en la sombra para ascender en la escala Social.Sodoma y Gomorra retrocede para centrarse en el barón de Charlus: a través de esta exquisita y soberbia criatura novelesca, el narrador descubrirá las terribles «ciudades de la llanura» bíblica, condenadas al castigo del azufre y el fuego por sus vicios: es el envés del decorado en el que se pavonea una aristocracia inútil, en cuya crítica nadie, ni los mayores nombres de la narrativa realista, ha puesto tanta acidez e ironía. La brillantez y la belleza que parecían presidir, para el narrador adolescente, la vida de la aristocracia, son una ilusión que se desvanece mientras el héroe va viviendo a tientas la pasion amorosa que en él habían despertado las muchachas en flor.****Con , y concluye la empresa novelística más ambiciosa del siglo XX: A la busca del tiempo perdido. Marcel Proust siguió corrigiendo hasta la víspera del día de su muerte los numerosos cuadernos en que fue relatado la continuación de Sodoma y Gomorra: La vida de Albertine en casa del narrador, los celos de éste, la hiuda de la joven, para concluir con la crítica de toda una sociedad aristocrática que el desenlace de La Primera Guerra mundial convirtió en un adorno obsoleto. La mirada del narrador, incapaz de reconocer a sus antiguos amigos, se vuelve hacia adentro para reflexionar sobre el misterio de la creación artística y conminarle a la escritura de su libro, de su obra: A la busca del tiempo perdido.A los tres diccionarios que abrían el primer tomo de esta edición de las personas del entorno de Proust que tiene su reflejo en la novela, de los personajes y, por último, de los lugares de la trama, Mauro Armiño ha sumado de este tercer volumen amplios índices de persona y personajes, de lugares, de obras artísticas y literarias que permiten al lector navegar por y encontrar episodios, anécdotas o citas contenidos en la novela.Sodoma y Gomorra retrocede para centrarse en el barón de Charlus: a través de esta exquisita y soberbia criatura novelesca, el narrador descubrirá las terribles «ciudades de la llanura» bíblica, condenadas al castigo del azufre y el fuego por sus vicios: es el envés del decorado en el que se pavonea una aristocracia inútil, en cuya crítica nadie, ni los mayores nombres de la narrativa realista, ha puesto tanta acidez e ironía. La brillantez y la belleza que parecían presidir, para el narrador adolescente, la vida de la aristocracia, son una ilusión que se desvanece mientras el héroe va viviendo a tientas la pasion amorosa que en él habían despertado las muchachas en flor.****Con , y concluye la empresa novelística más ambiciosa del siglo XX: A la busca del tiempo perdido. Marcel Proust siguió corrigiendo hasta la víspera del día de su muerte los numerosos cuadernos en que fue relatado la continuación de Sodoma y Gomorra: La vida de Albertine en casa del narrador, los celos de éste, la hiuda de la joven, para concluir con la crítica de toda una sociedad aristocrática que el desenlace de La Primera Guerra mundial convirtió en un adorno obsoleto. La mirada del narrador, incapaz de reconocer a sus antiguos amigos, se vuelve hacia adentro para reflexionar sobre el misterio de la creación artística y conminarle a la escritura de su libro, de su obra: A la busca del tiempo perdido.A los tres diccionarios que abrían el primer tomo de esta edición de las personas del entorno de Proust que tiene su reflejo en la novela, de los personajes y, por último, de los lugares de la trama, Mauro Armiño ha sumado de este tercer volumen amplios índices de persona y personajes, de lugares, de obras artísticas y literarias que permiten al lector navegar por y encontrar episodios, anécdotas o citas contenidos en la novela.****Con , y concluye la empresa novelística más ambiciosa del siglo XX: A la busca del tiempo perdido. Marcel Proust siguió corrigiendo hasta la víspera del día de su muerte los numerosos cuadernos en que fue relatado la continuación de Sodoma y Gomorra: La vida de Albertine en casa del narrador, los celos de éste, la hiuda de la joven, para concluir con la crítica de toda una sociedad aristocrática que el desenlace de La Primera Guerra mundial convirtió en un adorno obsoleto. La mirada del narrador, incapaz de reconocer a sus antiguos amigos, se vuelve hacia adentro para reflexionar sobre el misterio de la creación artística y conminarle a la escritura de su libro, de su obra: A la busca del tiempo perdido.A los tres diccionarios que abrían el primer tomo de esta edición de las personas del entorno de Proust que tiene su reflejo en la novela, de los personajes y, por último, de los lugares de la trama, Mauro Armiño ha sumado de este tercer volumen amplios índices de persona y personajes, de lugares, de obras artísticas y literarias que permiten al lector navegar por y encontrar episodios, anécdotas o citas contenidos en la novela.Tomo IIILa prionera, La fugitiva, El tiempo recobradoLa prionera, La fugitiva, El tiempo recobradoCon , y concluye la empresa novelística más ambiciosa del siglo XX: A la busca del tiempo perdido. Marcel Proust siguió corrigiendo hasta la víspera del día de su muerte los numerosos cuadernos en que fue relatado la continuación de Sodoma y Gomorra: La vida de Albertine en casa del narrador, los celos de éste, la hiuda de la joven, para concluir con la crítica de toda una sociedad aristocrática que el desenlace de La Primera Guerra mundial convirtió en un adorno obsoleto. La mirada del narrador, incapaz de reconocer a sus antiguos amigos, se vuelve hacia adentro para reflexionar sobre el misterio de la creación artística y conminarle a la escritura de su libro, de su obra: A la busca del tiempo perdido.A los tres diccionarios que abrían el primer tomo de esta edición de las personas del entorno de Proust que tiene su reflejo en la novela, de los personajes y, por último, de los lugares de la trama, Mauro Armiño ha sumado de este tercer volumen amplios índices de persona y personajes, de lugares, de obras artísticas y literarias que permiten al lector navegar por y encontrar episodios, anécdotas o citas contenidos en la novela.La Prisionera, y concluye la empresa novelística más ambiciosa del siglo XX: A la busca del tiempo perdido. Marcel Proust siguió corrigiendo hasta la víspera del día de su muerte los numerosos cuadernos en que fue relatado la continuación de Sodoma y Gomorra: La vida de Albertine en casa del narrador, los celos de éste, la hiuda de la joven, para concluir con la crítica de toda una sociedad aristocrática que el desenlace de La Primera Guerra mundial convirtió en un adorno obsoleto. La mirada del narrador, incapaz de reconocer a sus antiguos amigos, se vuelve hacia adentro para reflexionar sobre el misterio de la creación artística y conminarle a la escritura de su libro, de su obra: A la busca del tiempo perdido.A los tres diccionarios que abrían el primer tomo de esta edición de las personas del entorno de Proust que tiene su reflejo en la novela, de los personajes y, por último, de los lugares de la trama, Mauro Armiño ha sumado de este tercer volumen amplios índices de persona y personajes, de lugares, de obras artísticas y literarias que permiten al lector navegar por y encontrar episodios, anécdotas o citas contenidos en la novela.La fugitiva y concluye la empresa novelística más ambiciosa del siglo XX: A la busca del tiempo perdido. Marcel Proust siguió corrigiendo hasta la víspera del día de su muerte los numerosos cuadernos en que fue relatado la continuación de Sodoma y Gomorra: La vida de Albertine en casa del narrador, los celos de éste, la hiuda de la joven, para concluir con la crítica de toda una sociedad aristocrática que el desenlace de La Primera Guerra mundial convirtió en un adorno obsoleto. La mirada del narrador, incapaz de reconocer a sus antiguos amigos, se vuelve hacia adentro para reflexionar sobre el misterio de la creación artística y conminarle a la escritura de su libro, de su obra: A la busca del tiempo perdido.A los tres diccionarios que abrían el primer tomo de esta edición de las personas del entorno de Proust que tiene su reflejo en la novela, de los personajes y, por último, de los lugares de la trama, Mauro Armiño ha sumado de este tercer volumen amplios índices de persona y personajes, de lugares, de obras artísticas y literarias que permiten al lector navegar por y encontrar episodios, anécdotas o citas contenidos en la novela.Le tiempo recobrado concluye la empresa novelística más ambiciosa del siglo XX: A la busca del tiempo perdido. Marcel Proust siguió corrigiendo hasta la víspera del día de su muerte los numerosos cuadernos en que fue relatado la continuación de Sodoma y Gomorra: La vida de Albertine en casa del narrador, los celos de éste, la hiuda de la joven, para concluir con la crítica de toda una sociedad aristocrática que el desenlace de La Primera Guerra mundial convirtió en un adorno obsoleto. La mirada del narrador, incapaz de reconocer a sus antiguos amigos, se vuelve hacia adentro para reflexionar sobre el misterio de la creación artística y conminarle a la escritura de su libro, de su obra: A la busca del tiempo perdido.A los tres diccionarios que abrían el primer tomo de esta edición de las personas del entorno de Proust que tiene su reflejo en la novela, de los personajes y, por último, de los lugares de la trama, Mauro Armiño ha sumado de este tercer volumen amplios índices de persona y personajes, de lugares, de obras artísticas y literarias que permiten al lector navegar por y encontrar episodios, anécdotas o citas contenidos en la novela.A los tres diccionarios que abrían el primer tomo de esta edición de las personas del entorno de Proust que tiene su reflejo en la novela, de los personajes y, por último, de los lugares de la trama, Mauro Armiño ha sumado de este tercer volumen amplios índices de persona y personajes, de lugares, de obras artísticas y literarias que permiten al lector navegar por y encontrar episodios, anécdotas o citas contenidos en la novela.A la busca del tiempo perdido y encontrar episodios, anécdotas o citas contenidos en la novela.

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DistribuidorPromolibro
Casa editorialValdemar
Año de Edición2007
Número de Páginas1380
Idioma(s)Español
Alto y ancho15.7 x 23.3
Peso5.7100
Tipo Productolibro

Mauro Armiño

información no disponible.

Tomo I

Introducción
Mauro Armiño

Prólogo
Nota sobre la edición
Cuadro cronológico de Marcel Proust
Cuestionarios
Diccionario
De relaciones de Marcel Proust
De personajes de A la busca del tiempo perdido
De lugares de A la busca del tiempo perdido
Bibliografía
Álbum

A la busca del tiempo perdido

I. Por la parte de Swann

Combray
I
II
Un amor de Swann
Nombres de países: el país

A la sombra de las muchachas en flor

En torno a Mme. Swann
Nombres de países: el nombre
Notas
Resumen
 
***

Tomo II

A la busca del tiempo perdido II

La parte de Guermantes

I
II

Capítulo primero

Enfermedad de la abuela
Enfermedad de Bergotte
El duque y el médico
Declive de la abuela
Su muerte

Capítulo segundo

Visita de Albertine
Perspectiva de un rico matrimonio para ciertos amigos de Saint-Loup
El espíritu de los Guermantes ante la princesa de Parma
Extraña visita a M. de Charlus
Comprendo cada vez menos su carácter
Los zapatos rojos de la duquesa

Sodoma y Gomorra

I
Primera aparición de los hombres-mujeres, des¬cendientes de aquellos habitantes de Sodoma que se salvaron del fuego del cielo

II

Capítulo primero
El señor de Charlus en sociedad
Un médico
Faceta característica de Mme. de Vaugoubert
Mme. d\'Arpajon, el surtidor de Hubert Robert y la jovialidad del gran duque Vladimiro
Mme. d\' Amoncourt, Mme. de Citri, Mme. de Saint-Euverte, etc
Curiosa conversación entre Swann y el príncipe de Guermantes
 Albertine al teléfono
Visitas en espera de mi segunda y última estancia en Balbec
Llegada a Balbec
Las intermitencias del corazón.

Capítulo segundo

Los misterios de Albertine
Las muchachas que Albertine ve en el espejo
La dama desconocida
El liftier
Madame de Cambremer
Los placeres de M. Nissim Ber¬nard
Primer esbozo del carácter extraño de Morel
M. de Charlus cena en casa de los Verdurin

Capítulo III

Tristezas de M. de Charlus
Su duelo ficticio
Las estaciones del «Transatlantique»
Cansado de Albertine, quiero romper con ella

Capítulo IV

Brusco viraje hacia Albertine
Desolación al despuntar el sol
Parto inmediatamente con Albertine para París.

Notas
Resumen

****

Tomo III

Nota introductoria
Mauro Armiño
Bibliografía reciente


A la busca del tiempo perdido III

La prisionera

La fugitiva


Capítulo I
La pena y el olvido

Capítulo II
Mademoiselle de Forcheville

Capítulo III
Estancia en Venecia

Capítulo IV
Nuevo aspecto de Roben de Saint- Loup

El tiempo recobrado

Notas
Resumen
índices
Índice de nombres de personas
Índice de nombres de lugares
Índice de obras literarias y artísticas

Reseñas

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