Religión y Teología

  1. Pasión por el hombre. Pasos de la misión cr...

    COP $ 98.000
    Los apóstoles tuvieron el valor de ir a la India, a África y a otros lugares lejanos afrontando infinidad de peligros y dificultades. Pudieron alcanzar realmente los «extremos confines del mundo» según la expresión bíblica (cf. Sal 19,5), porque sabían que no perderían la totalidad que habían encontrado. Estaban seguros de que la relación con Jesús no se acabaría y de que tampoco se extraviarían.La misma experiencia vive aún, de forma conmovedora, con siglos de diferencia, en la vida misionera de muchos cristianos. Me estoy acordando de san Francisco Javier, el primero que llevó el anuncio de Cristo a muchas poblaciones del extremo oriente. Sus cartas testimonian una pasión sin límites, una inmensa capacidad de entrega. Pero se podrían poner otros muchos ejemplos, quizás menos famosos, pero igualmente significativos, porque la misión no es exclusiva de quien viaja, sino tarea y exigencia de cada uno de nosotros.A los seminaristas de la Fraternidad de san Carlos, a menudo impacientes por que se les mande a algún sitio lejano, muchas veces les repito que su misión ha empezado ya: no se puede dejar para el futuro imaginando otras situaciones, circunstancias cambiadas, personas diferentes. La misión comienza ya, en el lugar en el que se está, con las personas con las que estás llamado a vivir. ¿Cómo vamos a comunicar nuestra fe a hombres de otra nación o cultura si no la compartimos desde ahora con quien está cerca ¿Cómo vamos a reconocer las necesidades de la gente con la que nos encontremos en otros sitios si no aprendemos a ver las de quien vive a nuestro ladoLa misma experiencia vive aún, de forma conmovedora, con siglos de diferencia, en la vida misionera de muchos cristianos. Me estoy acordando de san Francisco Javier, el primero que llevó el anuncio de Cristo a muchas poblaciones del extremo oriente. Sus cartas testimonian una pasión sin límites, una inmensa capacidad de entrega. Pero se podrían poner otros muchos ejemplos, quizás menos famosos, pero igualmente significativos, porque la misión no es exclusiva de quien viaja, sino tarea y exigencia de cada uno de nosotros.A los seminaristas de la Fraternidad de san Carlos, a menudo impacientes por que se les mande a algún sitio lejano, muchas veces les repito que su misión ha empezado ya: no se puede dejar para el futuro imaginando otras situaciones, circunstancias cambiadas, personas diferentes. La misión comienza ya, en el lugar en el que se está, con las personas con las que estás llamado a vivir. ¿Cómo vamos a comunicar nuestra fe a hombres de otra nación o cultura si no la compartimos desde ahora con quien está cerca ¿Cómo vamos a reconocer las necesidades de la gente con la que nos encontremos en otros sitios si no aprendemos a ver las de quien vive a nuestro ladoA los seminaristas de la Fraternidad de san Carlos, a menudo impacientes por que se les mande a algún sitio lejano, muchas veces les repito que su misión ha empezado ya: no se puede dejar para el futuro imaginando otras situaciones, circunstancias cambiadas, personas diferentes. La misión comienza ya, en el lugar en el que se está, con las personas con las que estás llamado a vivir. ¿Cómo vamos a comunicar nuestra fe a hombres de otra nación o cultura si no la compartimos desde ahora con quien está cerca ¿Cómo vamos a reconocer las necesidades de la gente con la que nos encontremos en otros sitios si no aprendemos a ver las de quien vive a nuestro lado Más información
  2. Vía crucis

    COP $ 92.000
    La Cuaresma es el tiempo en que la Palabra debe nacer de nuestra mirada personal a Jesucristo, el tiempo en que la Palabra de Dios, nacida en Navidad, camina en el mundo. Y el vía crucis, el camino de la Cruz, es el punto culminante de la Cuaresma, el final de ese camino que conduce a la Pascua, porque la condición de la resurrección es la muerte. Un camino que también se ha de atravesar. Por eso, con este libro propone recorrerlo, por medio de textos e imágenes, contemplando a Aquél que nos puede introducir hasta el final, Aquél a cuya semejanza estamos hechos: Jesucristo, Dios hecho hombre que culmina el camino.Nota: contiene imágenes a color.Un camino que también se ha de atravesar. Por eso, con este libro propone recorrerlo, por medio de textos e imágenes, contemplando a Aquél que nos puede introducir hasta el final, Aquél a cuya semejanza estamos hechos: Jesucristo, Dios hecho hombre que culmina el camino.Nota: contiene imágenes a color.Nota: contiene imágenes a color. Más información