Ciencias Sociales

  1. Solicitar

    Platón las palabras y los mitos ¿Cómo y por qué Platón dio el nombre al mito?

    Platón las palabras y los mitos ¿Cómo y po...

    Sin existencias

    COP $ 91.000
    Platón es el primer autor que utilizó el término con el sentido que todavía hoy continúan otorgándole. Al darle uso no metafórico, Platón está describiendo un discurso de cierto tipo, construido por los poetas de su sociedad, que élpretende sustituir por otro, lógos, un discurso propio de los filósofos. Aunque se muestra muy crítico con respecto a los mitos, Platón debe reconocer que tampoco los filósofos pueden prescindir de ellos, y él mismo no dejará de inspirarse en los poetas para desarrollar ciertos puntos de su doctrina, llegando incluso a fabricar algunos de sus mitos, reconociendo con ellos su eficacia y la gran influencia que ejercen en el campo de la ética y de la política.La oposición que Platón establece entre y la especialización del sentido de mýthos, cuya transliteración iba a dar en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.mýthos con el sentido que todavía hoy continúan otorgándole. Al darle uso no metafórico, Platón está describiendo un discurso de cierto tipo, construido por los poetas de su sociedad, que élpretende sustituir por otro, lógos, un discurso propio de los filósofos. Aunque se muestra muy crítico con respecto a los mitos, Platón debe reconocer que tampoco los filósofos pueden prescindir de ellos, y él mismo no dejará de inspirarse en los poetas para desarrollar ciertos puntos de su doctrina, llegando incluso a fabricar algunos de sus mitos, reconociendo con ellos su eficacia y la gran influencia que ejercen en el campo de la ética y de la política.La oposición que Platón establece entre y la especialización del sentido de mýthos, cuya transliteración iba a dar en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.La oposición que Platón establece entre y la especialización del sentido de mýthos, cuya transliteración iba a dar en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.mýthos y lógos y la especialización del sentido de mýthos, cuya transliteración iba a dar en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.mito en español, no se debe al azar. Para el autor, se trata de una consecuencia de la definitiva sustitución, que iba a tener lugar entonces en Grecia, de la oralidad por la escritura como modo de transmisión de los mensajes. No es por tanto casual que sea Platón el primero en hablar de «mito», al que considera un discurso del otro, cuya autoridad fundada en la tradición es discutida, y un discurso para el otro, sobre el que se pretende ejercer autoridad por medio de la persuasión y no de la argumentación.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.En su origen, este trabajo debía abordar una investigación lexicográfica sobre mýthos, sus derivados y los compuestos del que constituyen el primer término. Progresivamente adquiere un tono más etnológico y filosófico. La primera parte del libro describe el testimonio de Platón sobre la comunicación de lo memorable en la colectividad dada. La segunda analiza la crítica de Platón a ese tipo de discurso que designa el vocablo, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes. mýthos, tomando para ellos en consideración otro tipo de discurso, propio del filósofo, que designa el vocablo , entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes.lógos, entendido concretamente como «discurso argumentativo verificable» y como «discurso argumentativo». Al final de la obra, cuatro anexos ponen a disposición del lector todos los datos sobre el que tratan los trece capítulos precedentes. Más información

  2. Solicitar

    Aristóteles. Constitución de los atenienses

    Aristóteles. Constitución de los atenienses

    Sin existencias

    COP $ 108.000
    Frente a las utópicas construcciones sobre la política realizadas por Platón, su maestro, Aristóteles (384322 a. C.) sitúa su estudio en el ámbito de lo que la política es en realidad, si bien desde un planteamiento amplio, el de la filosofía de la vida humana asociada, que comprendía, además de la política propiamente dicha, el análisis del comportamiento, es decir, la ética. Fiel a su máxima de que los principios teóricos deben basarse en un conocimiento profundo de los datos, y para asentar la grandiosa creación teórica de la política, Aristóteles y sus alumnos reunieron una colección de constituciones con objeto de ver las causas por las que unas ciudades eran bien gobernadas y otras no. En la primera de ellas, la , de la que se ocupó el propio maestro y que se data entre 329/8 y 322 a. C., se presenta un panorama de la creación y evolución de las instituciones políticas de la ciudad.Es, pues, una obra fundamental para la historia de Grecia (en tanto que presenta un fresco de grandes personajes y relata un coherente juego de causas y efectos, acontecimientos decisivos para cada una de las reformas), para la teoría política (en cuanto que es una reflexión sobre los diversos sistemas experimentados en la ciudad, con sus virtudes y sus deficiencias) y para la filosofía, ya que todo el estudio está presidido por una perspectiva ética.Constitución de los atenienses, de la que se ocupó el propio maestro y que se data entre 329/8 y 322 a. C., se presenta un panorama de la creación y evolución de las instituciones políticas de la ciudad.Es, pues, una obra fundamental para la historia de Grecia (en tanto que presenta un fresco de grandes personajes y relata un coherente juego de causas y efectos, acontecimientos decisivos para cada una de las reformas), para la teoría política (en cuanto que es una reflexión sobre los diversos sistemas experimentados en la ciudad, con sus virtudes y sus deficiencias) y para la filosofía, ya que todo el estudio está presidido por una perspectiva ética.Es, pues, una obra fundamental para la historia de Grecia (en tanto que presenta un fresco de grandes personajes y relata un coherente juego de causas y efectos, acontecimientos decisivos para cada una de las reformas), para la teoría política (en cuanto que es una reflexión sobre los diversos sistemas experimentados en la ciudad, con sus virtudes y sus deficiencias) y para la filosofía, ya que todo el estudio está presidido por una perspectiva ética. Más información

  3. Dioniso y la diosa tierra

    COP $ 111.000
    Los filósofos nos han transmitido la razón griega; pero ha sido un dios, quien ha transmitido el pensamiento salvaje de Grecia.Este estudio de antropología histórica establece, a través de métodos minuciosos, que la materia prima del dionisismo es un sistema religioso muy antiguo que se sitúa bajo la tutela de la diosa Tierra. También otras divinidades, Dementer en primer lugar, conservan el mismo fondo bajo una apariencia de rituales secretos exclusivamente femeninos. Pero bajo esta forma, la religión de Tierra es a la vez salvada y marginada: se ve relegada al ámbito de las mujeres.Dioniso, en cambio, se da a todos. Es el dios a la vez trasgresor y central. Se rodea gustoso de mujeres, pero es también benéfico para los hombres, a los que permite encontrar al otro en si mismos. Gracias a él, Grecia dispondrá de su pasado lejano no sólo como de un rescoldo bajo las cenizas, sino como de una llama viva que se levanta, maravillosa y paradójica, en el presente positivo de la razón.Este estudio de antropología histórica establece, a través de métodos minuciosos, que la materia prima del dionisismo es un sistema religioso muy antiguo que se sitúa bajo la tutela de la diosa Tierra. También otras divinidades, Dementer en primer lugar, conservan el mismo fondo bajo una apariencia de rituales secretos exclusivamente femeninos. Pero bajo esta forma, la religión de Tierra es a la vez salvada y marginada: se ve relegada al ámbito de las mujeres.Dioniso, en cambio, se da a todos. Es el dios a la vez trasgresor y central. Se rodea gustoso de mujeres, pero es también benéfico para los hombres, a los que permite encontrar al otro en si mismos. Gracias a él, Grecia dispondrá de su pasado lejano no sólo como de un rescoldo bajo las cenizas, sino como de una llama viva que se levanta, maravillosa y paradójica, en el presente positivo de la razón.Dioniso, en cambio, se da a todos. Es el dios a la vez trasgresor y central. Se rodea gustoso de mujeres, pero es también benéfico para los hombres, a los que permite encontrar al otro en si mismos. Gracias a él, Grecia dispondrá de su pasado lejano no sólo como de un rescoldo bajo las cenizas, sino como de una llama viva que se levanta, maravillosa y paradójica, en el presente positivo de la razón. Más información