Ciencias Políticas
Autocensura y compromiso en el pensamiento po...
Sin existencias
COP $ 101.000Los que provocan sufrimientos, los que provocan la perpetuación de sufrimiento sin nombre para la humanidad, son precisamente los pragmáticos, los políticos e ideólogos sin principios. No es necesario dejarse engañar por la terminología abstracta en el debate que estamos examinando: en apariencia se trata de elegir entre el imperativo dictado por la razón, por una parte, y las reglas de la prudencia, por la otra.Pero en realidad se trata de elegir entre revolución y contrarrevolución. Seguir el imperativo de la razón significa darle la vuelta a las relaciones políticas que no se corresponden con la dignidad del hombre y el derecho natural; seguir las reglas de la prudencia significa comprender las razones del statu quo, o por lo menos tolerarlo, y evitar los sacrificios y victimas que inevitablemente trae consigo todo cambio radical.Pero en realidad se trata de elegir entre revolución y contrarrevolución. Seguir el imperativo de la razón significa darle la vuelta a las relaciones políticas que no se corresponden con la dignidad del hombre y el derecho natural; seguir las reglas de la prudencia significa comprender las razones del statu quo, o por lo menos tolerarlo, y evitar los sacrificios y victimas que inevitablemente trae consigo todo cambio radical. Más informaciónTeoría de la federación
Sin existencias
COP $ 115.000En su Teoría de la Federación, convertida ya en referente indispensable de la teoría contemporánea del derecho, Olivier Beaud (Annecy, 1958) sortea los lugares comunes con que se asocia el estudio de los fundamentos jurídico-políticos de las Federaciones históricas, tales como la pregunta por la soberanía de los cuerpos jurídicos federados, o el análisis de la brecha que las separa de las meras Confederaciones, en la justa medida en que son también callejones sin salida, caminos mal elegidos, que traban la justa vocación del teórico: pensar la Federación en los términos -y a la altura- de su propia positividad, en el mejor y menos positivista de los sentidos. Sólo entonces es la Federación comprensible, también para el profano, en la libre asociación que la constituye, en los diferentes matices y problemas que la separan del Estado. Y sólo entonces acaso sea transitable, además, como construcción de futuro, como Unión Europea, sabedora de sus virtudes y potencias, no menos que de sus infranqueables límites.Federación en los términos -y a la altura- de su propia positividad, en el mejor y menos positivista de los sentidos. Sólo entonces es la Federación comprensible, también para el profano, en la libre asociación que la constituye, en los diferentes matices y problemas que la separan del Estado. Y sólo entonces acaso sea transitable, además, como construcción de futuro, como Unión Europea, sabedora de sus virtudes y potencias, no menos que de sus infranqueables límites.Sólo entonces es la Federación comprensible, también para el profano, en la libre asociación que la constituye, en los diferentes matices y problemas que la separan del Estado. Y sólo entonces acaso sea transitable, además, como construcción de futuro, como Unión Europea, sabedora de sus virtudes y potencias, no menos que de sus infranqueables límites. Más información