Arte, Arquitectura, Diseño

  1. Un episodio en la vida del pintor viajero

    COP $ 83.000
    Johan Moritz Rugendas (1802-1858), descendiente de una ilustre familia de grabadores de Augsburgo, en la primera mitad del siglo XXI visitó el continente americano desde México a Cabo de Hornos. Durante veinte años de viaje recorrió Brasil, Haití, México, Chile Uruguay, Argentina y Perú.Su obra marcha a caballo entre la ciencia y el arte. Fue un buen pintor y un buen dibujante. Su proyecto consistía en dar a conocer el mundo americano a Europa. Así se empeñó y logro mirar desde dentro la vida de las sociedades. Sin duda la inmensidad de la obra de Rugendas, alrededor de seis mil piezas entre dibujos (aproximadamente cinco mil), óleos y acuarelas, está dada no solo por la cantidad, sino también por el valor como documento histórico, rico en información de detalles, y por el amplio horizonte trazado, no se agota en la información puntual y anecdótica.En este libro electrizante, César Aira relata desde dentro una etapa de la estancia de Rugendas en Chile y Argentina, un episodio del viaje en que, acompañado por otro pintor amigo, atraviesa Los Andes, se detiene unos días en Mendoza y continúa su camino a través de la Pampa con la intención de llegar a Buenos Aires: un episodio que modificará por completo su vida, su cuerpo, su visión del mundo y su estética.Esta obra se distingue por su vocación propiamente narrativa, de acción incesante a ritmo de golpe, y por la belleza convulsiva que alcanza aquí el paisaje, como los rápidos dibujos y esbozos con que Rugendas trataba de captar la velocidad de un ataque de los indios de la Pampa, Aira traza precisa e intesamente el periplo de su pintor viajero, resultando una vez más un escritor magistral.Su obra marcha a caballo entre la ciencia y el arte. Fue un buen pintor y un buen dibujante. Su proyecto consistía en dar a conocer el mundo americano a Europa. Así se empeñó y logro mirar desde dentro la vida de las sociedades. Sin duda la inmensidad de la obra de Rugendas, alrededor de seis mil piezas entre dibujos (aproximadamente cinco mil), óleos y acuarelas, está dada no solo por la cantidad, sino también por el valor como documento histórico, rico en información de detalles, y por el amplio horizonte trazado, no se agota en la información puntual y anecdótica.En este libro electrizante, César Aira relata desde dentro una etapa de la estancia de Rugendas en Chile y Argentina, un episodio del viaje en que, acompañado por otro pintor amigo, atraviesa Los Andes, se detiene unos días en Mendoza y continúa su camino a través de la Pampa con la intención de llegar a Buenos Aires: un episodio que modificará por completo su vida, su cuerpo, su visión del mundo y su estética.Esta obra se distingue por su vocación propiamente narrativa, de acción incesante a ritmo de golpe, y por la belleza convulsiva que alcanza aquí el paisaje, como los rápidos dibujos y esbozos con que Rugendas trataba de captar la velocidad de un ataque de los indios de la Pampa, Aira traza precisa e intesamente el periplo de su pintor viajero, resultando una vez más un escritor magistral.En este libro electrizante, César Aira relata desde dentro una etapa de la estancia de Rugendas en Chile y Argentina, un episodio del viaje en que, acompañado por otro pintor amigo, atraviesa Los Andes, se detiene unos días en Mendoza y continúa su camino a través de la Pampa con la intención de llegar a Buenos Aires: un episodio que modificará por completo su vida, su cuerpo, su visión del mundo y su estética.Esta obra se distingue por su vocación propiamente narrativa, de acción incesante a ritmo de golpe, y por la belleza convulsiva que alcanza aquí el paisaje, como los rápidos dibujos y esbozos con que Rugendas trataba de captar la velocidad de un ataque de los indios de la Pampa, Aira traza precisa e intesamente el periplo de su pintor viajero, resultando una vez más un escritor magistral.Esta obra se distingue por su vocación propiamente narrativa, de acción incesante a ritmo de golpe, y por la belleza convulsiva que alcanza aquí el paisaje, como los rápidos dibujos y esbozos con que Rugendas trataba de captar la velocidad de un ataque de los indios de la Pampa, Aira traza precisa e intesamente el periplo de su pintor viajero, resultando una vez más un escritor magistral. Más información