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  1. Política y Sociedad: pensamiento clásico

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    Desde tiempos inmemorables los seres humanos se han agrupado en sociedades, como respuesta a la imposibilidad individual de garantizar la satisfacción de sus necesidades más elementales. Esta urgencia exigió superar la satisfacción de sus necesidades más elementales. Esta urgencia exigió superar el aislamiento característico de aquella situación inicial que ha sido calificada habitualmente como Estado de naturaleza, y comenzar a gestar un marco societario común. Los filósofos políticos han imaginado este tránsito de diversa forma. Por una parte, se ha sostenido que los individuos habrían conseguido organizarse a partir de un acuerdo común, expresado en un pacto originario de fundación de la nueva sociedad, para luego construir una autoridad política mediante la celebración de un segundo contrato entre la sociedad y el designado para ejercer el gobierno, fijándose derechos y obligaciones para las partes.Por otra, se ha afirmado que el origen de la sociedad habría sido producto del sometimiento de los individuos por parte del más fuere entre todos ellos, quien les habría impuesto una rendición incondicional a cambio de garantizarles su vida y las propiedades que, en el futuro, fueran capaces de obtener. En cualquiera de estas dos alternativas, a partir de entonces, el esfuerzo asociado habría permitido morigerar su hambre, construir viviendas, ampararse de las inclemencias geográficas y defenderse frente al ataque de animales o de otros hombres, que como ellos bregaban por apropiarse de los bienes elementales para la vida.En esta publicación se han seleccionado algunas contribuciones fundamentales del pensamiento político occidental, producidas entre los tiempos de la Antigüedad clásica y el auge del Absolutismo Monárquico, en los albores de los tiempos modernos. En ellas se analizan cuestiones fundamentales respecto de las formas de ejercicio del poder político, sus fuentes de legitimación, las características y atribuciones del Estado a lo largo del tiempo; las discusiones sobre la naturaleza del poder, las formas de ejercerlo y de conservarlo, y, asimismo, la apuesta o la prescripción de alguna solución política concreta, con el fin de garantizar la paz y el bien común de los hombres.Por otra, se ha afirmado que el origen de la sociedad habría sido producto del sometimiento de los individuos por parte del más fuere entre todos ellos, quien les habría impuesto una rendición incondicional a cambio de garantizarles su vida y las propiedades que, en el futuro, fueran capaces de obtener. En cualquiera de estas dos alternativas, a partir de entonces, el esfuerzo asociado habría permitido morigerar su hambre, construir viviendas, ampararse de las inclemencias geográficas y defenderse frente al ataque de animales o de otros hombres, que como ellos bregaban por apropiarse de los bienes elementales para la vida.En esta publicación se han seleccionado algunas contribuciones fundamentales del pensamiento político occidental, producidas entre los tiempos de la Antigüedad clásica y el auge del Absolutismo Monárquico, en los albores de los tiempos modernos. En ellas se analizan cuestiones fundamentales respecto de las formas de ejercicio del poder político, sus fuentes de legitimación, las características y atribuciones del Estado a lo largo del tiempo; las discusiones sobre la naturaleza del poder, las formas de ejercerlo y de conservarlo, y, asimismo, la apuesta o la prescripción de alguna solución política concreta, con el fin de garantizar la paz y el bien común de los hombres.En esta publicación se han seleccionado algunas contribuciones fundamentales del pensamiento político occidental, producidas entre los tiempos de la Antigüedad clásica y el auge del Absolutismo Monárquico, en los albores de los tiempos modernos. En ellas se analizan cuestiones fundamentales respecto de las formas de ejercicio del poder político, sus fuentes de legitimación, las características y atribuciones del Estado a lo largo del tiempo; las discusiones sobre la naturaleza del poder, las formas de ejercerlo y de conservarlo, y, asimismo, la apuesta o la prescripción de alguna solución política concreta, con el fin de garantizar la paz y el bien común de los hombres. Más información