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Lagos: El presidente progresista de la Co...
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COP $ 89.000Este es un libro crítico de la política económica-social seguida en el sexenio de 2000-2006. Una pregunta obvia es ¿por qué entonces finalizó su mandato con un respaldo tan grande Pensamos que en el libro se encuentra ampliamente explicada la respuesta.Durante el período se privilegió una visión estrecha de equilibrios macroeconómicos, reducidos en lo fundamental al logro de tasas de inflación bajas y un manejo fiscal que restringe el uso del gasto público, resultando ser el gobierno más conservador en la utilización de recursos fiscales; se propició la apertura comercial y del movimiento de capitales, privilegiando los acuerdos unilaterales con EE.UU. y otras grandes economías en oposición a la integración regional: así como la comprensión del mercado como mecanismo principal de superación de desequilibrios, lo cual mirado desde otra perspectiva, significa reducir el papel del Estado.En el cumplimiento de estos objetivos se propició la política de consensos, lo cual significó al gobiernos de Lagos la valoración de los defensores más ortodoxos del modelo y de la idea que en el país existiera una especie de verdad única respecto a como hacer política económica. Ello es imposible de darse en un terreno en que los intereses de capas sociales diferentes son contrapuestos.Lagos fue el primer presidente social de los gobiernos de la Concertación. Aparecía como el más progresista. Las expectativas se vieron frustradas. Fue el más ortodoxo impulsor de los criterios del Consenso de Washington.Durante el período se privilegió una visión estrecha de equilibrios macroeconómicos, reducidos en lo fundamental al logro de tasas de inflación bajas y un manejo fiscal que restringe el uso del gasto público, resultando ser el gobierno más conservador en la utilización de recursos fiscales; se propició la apertura comercial y del movimiento de capitales, privilegiando los acuerdos unilaterales con EE.UU. y otras grandes economías en oposición a la integración regional: así como la comprensión del mercado como mecanismo principal de superación de desequilibrios, lo cual mirado desde otra perspectiva, significa reducir el papel del Estado.En el cumplimiento de estos objetivos se propició la política de consensos, lo cual significó al gobiernos de Lagos la valoración de los defensores más ortodoxos del modelo y de la idea que en el país existiera una especie de verdad única respecto a como hacer política económica. Ello es imposible de darse en un terreno en que los intereses de capas sociales diferentes son contrapuestos.Lagos fue el primer presidente social de los gobiernos de la Concertación. Aparecía como el más progresista. Las expectativas se vieron frustradas. Fue el más ortodoxo impulsor de los criterios del Consenso de Washington.En el cumplimiento de estos objetivos se propició la política de consensos, lo cual significó al gobiernos de Lagos la valoración de los defensores más ortodoxos del modelo y de la idea que en el país existiera una especie de verdad única respecto a como hacer política económica. Ello es imposible de darse en un terreno en que los intereses de capas sociales diferentes son contrapuestos.Lagos fue el primer presidente social de los gobiernos de la Concertación. Aparecía como el más progresista. Las expectativas se vieron frustradas. Fue el más ortodoxo impulsor de los criterios del Consenso de Washington.Lagos fue el primer presidente social de los gobiernos de la Concertación. Aparecía como el más progresista. Las expectativas se vieron frustradas. Fue el más ortodoxo impulsor de los criterios del Consenso de Washington. Más informaciónLas cárceles y la búsqueda de una política...
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COP $ 87.000Por primera vez en Chile se lleva a cabo un estudio empírico orientando a comprobar el grado de protección jurídica de las personas privadas de libertad frente a los actos u omisiones abusivos o ilegales de que son objeto durante su encierro.La tarea abordada por el estudio no parece tanto más encomiable si se considera el entorno político-criminal en el que aquel se ha desarrollado: crecientes demandas de seguridad que se traducen, casi únicamente en más penas y más cárcel; vastos sectores de población anatomizados por considerarse focos de cultivo de violencia y delincuencia; fuerte sensación de amenaza y medio, azuzada por los medio de comunicación social y por sectores políticos interesados, etc.La inflación carcelaria no es una fatalidad y tiene que ver con decisiones políticas, las que deben adoptarse con pleno conocimiento de sus consecuencias. En tal sentido es imperativo someter a un control severo, en la forma de una crítica lógica y empírica rigurosa, todos aquellos planteamientos teóricos y criminológicos, vestidos con ropaje pseudocientífico, que pretenden legitimar políticas públicas de ampliación de la red de control penal y de la cárcel. El estudio que hoy comentamos contribuye de modo formidable a este propósito y esperamos que sea lectura obligada ante cualquier propuesta de reforma en el ámbito penitenciario chileno. María Inés Horvitz L. La tarea abordada por el estudio no parece tanto más encomiable si se considera el entorno político-criminal en el que aquel se ha desarrollado: crecientes demandas de seguridad que se traducen, casi únicamente en más penas y más cárcel; vastos sectores de población anatomizados por considerarse focos de cultivo de violencia y delincuencia; fuerte sensación de amenaza y medio, azuzada por los medio de comunicación social y por sectores políticos interesados, etc.La inflación carcelaria no es una fatalidad y tiene que ver con decisiones políticas, las que deben adoptarse con pleno conocimiento de sus consecuencias. En tal sentido es imperativo someter a un control severo, en la forma de una crítica lógica y empírica rigurosa, todos aquellos planteamientos teóricos y criminológicos, vestidos con ropaje pseudocientífico, que pretenden legitimar políticas públicas de ampliación de la red de control penal y de la cárcel. El estudio que hoy comentamos contribuye de modo formidable a este propósito y esperamos que sea lectura obligada ante cualquier propuesta de reforma en el ámbito penitenciario chileno. María Inés Horvitz L. La inflación carcelaria no es una fatalidad y tiene que ver con decisiones políticas, las que deben adoptarse con pleno conocimiento de sus consecuencias. En tal sentido es imperativo someter a un control severo, en la forma de una crítica lógica y empírica rigurosa, todos aquellos planteamientos teóricos y criminológicos, vestidos con ropaje pseudocientífico, que pretenden legitimar políticas públicas de ampliación de la red de control penal y de la cárcel. El estudio que hoy comentamos contribuye de modo formidable a este propósito y esperamos que sea lectura obligada ante cualquier propuesta de reforma en el ámbito penitenciario chileno. María Inés Horvitz L. María Inés Horvitz L. Más información