Profesionales y Técnicos

  1. Hitch y yo

    COP $ 69.000
    Me decía que tenía la sensación de estar entrando en la edad dorada de su creatividad. Me decía que iba a ser la obra de su consagración.Pero cuando se tomaba un vino de más, cogía la mano de Anita entra las suyas y, dándole palmaditas, le decía que no era más que un gordo estúpido.Evan Hunter Cuando conoció a Alfredo Hitchcock en 1959, Evan Hunter tenía treinta y dos años y, aunque neófito en Hollywood, era un novelista de éxito, autor de rápidamente llevados al cine como o y conocido asimismo, con el alias de Ed McBain, por sus incursiones en el género policial. Hitchcock pasaba de los sesenta y estaba en la cúspide de su carrera cinematográfica. La relación profesional entre ambos se inició con un par de adaptaciones para la serie de televisión siguió con el guión de y se truncó con el de, del que Hunter fue despedido al parecer por diferencias de bases respecto a la célebre escena de la violación. Casi cuatro décadas después, el escritor y guionista recuerda los pormenores de su trabajo con el mago del suspense en este libro que es un grato y detallado compendio de afinidades y discrepancias, resistencias y rectificaciones, tanto en el plano técnico como personal, y que recupera aspectos inéditos de la trastienda de un momento dorado en la historia del cine Los pájaros iba a ser la obra de su consagración.Pero cuando se tomaba un vino de más, cogía la mano de Anita entra las suyas y, dándole palmaditas, le decía que no era más que un gordo estúpido.Evan Hunter Cuando conoció a Alfredo Hitchcock en 1959, Evan Hunter tenía treinta y dos años y, aunque neófito en Hollywood, era un novelista de éxito, autor de rápidamente llevados al cine como o y conocido asimismo, con el alias de Ed McBain, por sus incursiones en el género policial. Hitchcock pasaba de los sesenta y estaba en la cúspide de su carrera cinematográfica. La relación profesional entre ambos se inició con un par de adaptaciones para la serie de televisión siguió con el guión de y se truncó con el de, del que Hunter fue despedido al parecer por diferencias de bases respecto a la célebre escena de la violación. Casi cuatro décadas después, el escritor y guionista recuerda los pormenores de su trabajo con el mago del suspense en este libro que es un grato y detallado compendio de afinidades y discrepancias, resistencias y rectificaciones, tanto en el plano técnico como personal, y que recupera aspectos inéditos de la trastienda de un momento dorado en la historia del cine Pero cuando se tomaba un vino de más, cogía la mano de Anita entra las suyas y, dándole palmaditas, le decía que no era más que un gordo estúpido.Evan Hunter Cuando conoció a Alfredo Hitchcock en 1959, Evan Hunter tenía treinta y dos años y, aunque neófito en Hollywood, era un novelista de éxito, autor de rápidamente llevados al cine como o y conocido asimismo, con el alias de Ed McBain, por sus incursiones en el género policial. Hitchcock pasaba de los sesenta y estaba en la cúspide de su carrera cinematográfica. La relación profesional entre ambos se inició con un par de adaptaciones para la serie de televisión siguió con el guión de y se truncó con el de, del que Hunter fue despedido al parecer por diferencias de bases respecto a la célebre escena de la violación. Casi cuatro décadas después, el escritor y guionista recuerda los pormenores de su trabajo con el mago del suspense en este libro que es un grato y detallado compendio de afinidades y discrepancias, resistencias y rectificaciones, tanto en el plano técnico como personal, y que recupera aspectos inéditos de la trastienda de un momento dorado en la historia del cine Evan Hunter Cuando conoció a Alfredo Hitchcock en 1959, Evan Hunter tenía treinta y dos años y, aunque neófito en Hollywood, era un novelista de éxito, autor de rápidamente llevados al cine como o y conocido asimismo, con el alias de Ed McBain, por sus incursiones en el género policial. Hitchcock pasaba de los sesenta y estaba en la cúspide de su carrera cinematográfica. La relación profesional entre ambos se inició con un par de adaptaciones para la serie de televisión siguió con el guión de y se truncó con el de, del que Hunter fue despedido al parecer por diferencias de bases respecto a la célebre escena de la violación. Casi cuatro décadas después, el escritor y guionista recuerda los pormenores de su trabajo con el mago del suspense en este libro que es un grato y detallado compendio de afinidades y discrepancias, resistencias y rectificaciones, tanto en el plano técnico como personal, y que recupera aspectos inéditos de la trastienda de un momento dorado en la historia del cine Cuando conoció a Alfredo Hitchcock en 1959, Evan Hunter tenía treinta y dos años y, aunque neófito en Hollywood, era un novelista de éxito, autor de rápidamente llevados al cine como o y conocido asimismo, con el alias de Ed McBain, por sus incursiones en el género policial. Hitchcock pasaba de los sesenta y estaba en la cúspide de su carrera cinematográfica. La relación profesional entre ambos se inició con un par de adaptaciones para la serie de televisión siguió con el guión de y se truncó con el de, del que Hunter fue despedido al parecer por diferencias de bases respecto a la célebre escena de la violación. Casi cuatro décadas después, el escritor y guionista recuerda los pormenores de su trabajo con el mago del suspense en este libro que es un grato y detallado compendio de afinidades y discrepancias, resistencias y rectificaciones, tanto en el plano técnico como personal, y que recupera aspectos inéditos de la trastienda de un momento dorado en la historia del cine best sellers rápidamente llevados al cine como o y conocido asimismo, con el alias de Ed McBain, por sus incursiones en el género policial. Hitchcock pasaba de los sesenta y estaba en la cúspide de su carrera cinematográfica. 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