Literatura

  1. Don Juan de Kolomea

    COP $ 53.000
    Masoch no es un pretexto para hacer psiquiatría o psicoanálisis, no es siquiera un personaje particularmente relevante del masoquismo. Y ello porque la obra mantiene a distancia cualquier interpretación extrínseca. Más próximo al médico que al enfermo, el escritor hace un diagnóstico, pero es el diagnóstico del mundo; sigue paso a paso la enfermedad, pero es la enfermedad genética del hombre; evalúa las posibilidades de una salud, pero es el nacimiento eventual de un hombre nuevo: La herencia de Caín, la Marca de Caín como obra total. Si los personajes, situaciones y objetos del masoquismo reciben este nombre se debe a que en la obra novelesca de Masoch adquieren una dimensión desconocida, desmedida, que rebasa tanto lo inconsciente como las conciencias. El héroe de la novela está hinchado de poderes que exceden tanto su alma como su entorno, así pues, lo que hay que considerar en Masoch son sus aportaciones al arte de la novela. Más información
  2. Una vida divina

    COP $ 84.000
    Este autor es tal vez el mayor provocador vivo de la literatura europea. Pero hay que decir que se toma muy en serio el oficio.Como antes lo hizo con Dante, con Mozart y Sade, en comedia vuelve a investir a Nietzsche de todo su poder revulsivo, y lo hace en el sentido menos obvio, menos historicista y más nietzscheano que pueda caber. Nietzsche vive en la novela de este autor moderna, lúdica, radical, suntuosa, intempestiva, impúdica, irritante, entretenida desde la primera línea hasta el último giro, contra los predicadores de la muerte, su retorno eterno (eterno porque actual, absoluto) en la época de la hipercomunicación, la clonación y la miseria del espíritu y la carne. A la pregunta que el pensador a martillazos se formuló hace ciento veinte años, ¿Cómo habría que vivir para pensar realmente hoy, el autor responde: Monsieur N. [como se llama aquí] no muere, no se vuelve loco, vive entre nosotros clandestinamente. Y en lo que respecta a las mujeres, yo le presto, novelescamente, una nueva vida, enteramente lúdica, sobre esta cuestión de la sustancia femenina que dice siempre la verdad si se la sabe escuchar.Sin la menor concesión a los estatutos bienpensantes, en las antípodas de toda desesperación y de toda náusea, el autor pone en ejercicio una venganza por la felicidad, como la ha llamado un crítico francés. El absoluto de Nietzsche más allá del bien y del mal, desde luego, pero también más allá de la muerte y la locura.Como antes lo hizo con Dante, con Mozart y Sade, en comedia vuelve a investir a Nietzsche de todo su poder revulsivo, y lo hace en el sentido menos obvio, menos historicista y más nietzscheano que pueda caber. Nietzsche vive en la novela de este autor moderna, lúdica, radical, suntuosa, intempestiva, impúdica, irritante, entretenida desde la primera línea hasta el último giro, contra los predicadores de la muerte, su retorno eterno (eterno porque actual, absoluto) en la época de la hipercomunicación, la clonación y la miseria del espíritu y la carne. A la pregunta que el pensador a martillazos se formuló hace ciento veinte años, ¿Cómo habría que vivir para pensar realmente hoy, el autor responde: Monsieur N. [como se llama aquí] no muere, no se vuelve loco, vive entre nosotros clandestinamente. Y en lo que respecta a las mujeres, yo le presto, novelescamente, una nueva vida, enteramente lúdica, sobre esta cuestión de la sustancia femenina que dice siempre la verdad si se la sabe escuchar.Sin la menor concesión a los estatutos bienpensantes, en las antípodas de toda desesperación y de toda náusea, el autor pone en ejercicio una venganza por la felicidad, como la ha llamado un crítico francés. El absoluto de Nietzsche más allá del bien y del mal, desde luego, pero también más allá de la muerte y la locura.Una vida divinacomedia vuelve a investir a Nietzsche de todo su poder revulsivo, y lo hace en el sentido menos obvio, menos historicista y más nietzscheano que pueda caber. Nietzsche vive en la novela de este autor moderna, lúdica, radical, suntuosa, intempestiva, impúdica, irritante, entretenida desde la primera línea hasta el último giro, contra los predicadores de la muerte, su retorno eterno (eterno porque actual, absoluto) en la época de la hipercomunicación, la clonación y la miseria del espíritu y la carne. A la pregunta que el pensador a martillazos se formuló hace ciento veinte años, ¿Cómo habría que vivir para pensar realmente hoy, el autor responde: Monsieur N. [como se llama aquí] no muere, no se vuelve loco, vive entre nosotros clandestinamente. Y en lo que respecta a las mujeres, yo le presto, novelescamente, una nueva vida, enteramente lúdica, sobre esta cuestión de la sustancia femenina que dice siempre la verdad si se la sabe escuchar.Sin la menor concesión a los estatutos bienpensantes, en las antípodas de toda desesperación y de toda náusea, el autor pone en ejercicio una venganza por la felicidad, como la ha llamado un crítico francés. El absoluto de Nietzsche más allá del bien y del mal, desde luego, pero también más allá de la muerte y la locura.Sin la menor concesión a los estatutos bienpensantes, en las antípodas de toda desesperación y de toda náusea, el autor pone en ejercicio una venganza por la felicidad, como la ha llamado un crítico francés. El absoluto de Nietzsche más allá del bien y del mal, desde luego, pero también más allá de la muerte y la locura.sí absoluto de Nietzsche más allá del bien y del mal, desde luego, pero también más allá de la muerte y la locura. Más información