Literatura

  1. Impostores

    COP $ 113.000
    Amparándose en la credulidad y la confianza, en el dominio de las apariencias y en la fragilidad de toda prueba documental, a lo largo de la historia muchas personas han vivido una vida que, por sus circunstancias, nunca les hubiera correspondido, y han convencido a la sociedad de que eran sencillamente quienes decían ser. Falsos héroes, falsos aristócratas, falsos militares, falsos médicos, mujeres que vivieron como hombres, jefes indios que en realidad eran negros, princesas de países que nunca existierony, sin embargo, el mundo los creyó y respetó. En este libro, la autora traza una antológica serie de semblanzas, a veces hilarantes, a veces patéticos, de esos inventores de identidades que lograron forzar las puertas para ellos cerradas del éxito y del prestigio, y establece una ajustada tipología que analiza sus causas y condicionamientos, así como la extraña complicidad de quienes los acogen y respaldan. Un libro oportunísimo e imprescindible en el actual debate sobre la cuestión de la identidad. Más información
  2. El americano

    COP $ 109.000
    Christopher Newman, «el americano», «el hombre nuevo», «el gran bárbaro del Oeste», llega a París dispuesto a «ver todas las cosas importantes y hacer lo que hace la gente inteligente». Tomar esposa se encuentra también entre sus expectativas, y ninguna mujer parece adecuarse tanto a ellas como madame de Cintré, una joven viuda perteneciente a una rancia casta de aristócratas. Newman piensa que, con su dinero, podrá vencer las reticencias y el orgullo de una familia poco inclinada a emparentar con como ellos dicen «una persona mercantil». Y en un principio así parece pero, como un día le advierte el hermano menor de madame de Cintré, «los árboles viejos tienen ramas torcidas, las casas viejas tienen grietas curiosas, las viejas estirpes tienen raros secretos. ¡Recuerde que tenemos ochocientos años!». La comedia de sociedad se ensombrece de pronto con el oscuro legado de los siglos, que hace su gótica aparición en forma de duelos, vergonzosos secretos, crímenes y clausuras de por vida. Newman aprende así lo que oculta y lo que depara no sólo la vieja Europa, sino también su propio deseo de ella. El americano (1876-77) es la primera novela propiamente «internacional» de Henry James y constituye ya una muestra excelente y responsable de su personalidad y su estilo.La comedia de sociedad se ensombrece de pronto con el oscuro legado de los siglos, que hace su gótica aparición en forma de duelos, vergonzosos secretos, crímenes y clausuras de por vida. Newman aprende así lo que oculta y lo que depara no sólo la vieja Europa, sino también su propio deseo de ella. El americano (1876-77) es la primera novela propiamente «internacional» de Henry James y constituye ya una muestra excelente y responsable de su personalidad y su estilo. Más información
  3. Estampas de Italia

    COP $ 70.000
    Resultado de casi un año de viaje por Italia en 1844, las (1846) de Dickens no pretenden ser como muchos otros libros de viajes de la época una amalgama de historia y notas topográficas, sino un vibrante fresco de los lugares visitados. Agudísimo observador, Dickens se siente "atraído por la desolación de los pueblos y ciudades, la vida callejera llena de colores y olores, y los signos, visibles en todas partes a través de las ruinas y la degradación, de un risco pasado. Registra la simultaneidad de tiempos históricos: cómo un pilar romano se halla coronado por la imagen de un santo cristiano, o cómo obeliscos y columnas se emplean para construir graneros y establos. Dickens describe con una prosa no exenta de pinceladas humorísticas las ceremonias de Semana Santa en Roma, o las fiestas en honor de un santo local. Crítico con todo lo que se le antoja falsa piedad y culto a las apariencias, no oculta sin embargo su fascinación por la expresividad y la bulliciosa vida italianas, pues cada fragmento de sus templos caídos y cada piedra de sus palacios desiertos hace al mundo mejor. Estampas de Italia (1846) de Dickens no pretenden ser como muchos otros libros de viajes de la época una amalgama de historia y notas topográficas, sino un vibrante fresco de los lugares visitados. Agudísimo observador, Dickens se siente "atraído por la desolación de los pueblos y ciudades, la vida callejera llena de colores y olores, y los signos, visibles en todas partes a través de las ruinas y la degradación, de un risco pasado. Registra la simultaneidad de tiempos históricos: cómo un pilar romano se halla coronado por la imagen de un santo cristiano, o cómo obeliscos y columnas se emplean para construir graneros y establos. Dickens describe con una prosa no exenta de pinceladas humorísticas las ceremonias de Semana Santa en Roma, o las fiestas en honor de un santo local. Crítico con todo lo que se le antoja falsa piedad y culto a las apariencias, no oculta sin embargo su fascinación por la expresividad y la bulliciosa vida italianas, pues cada fragmento de sus templos caídos y cada piedra de sus palacios desiertos hace al mundo mejor. Más información
  4. La casa del orgullo

    COP $ 56.000
    «La carne es aquí dorada»: los Mares del Sur, que Jack London recorrió y conoció a fondo, fueron para su obra literaria de madurez una fuente de inspiración tan rica y poderosa como lo había sido en su juventud la Alaska de los buscadores de oro. Los cuentos de (1909) están situados en las islas Hawai, donde «la tierra y el mar respiran por turno». Sin embargo, en este paraíso de «Junos madurando al sol» y «bronceados Apolos», el hombre blanco ha propagado «la palabra de Dios» y «la palabra del Ron», ha introducido un rígido sistema de explotación económica y de segregación racial, y ha traído, sobre todo, enfermedades desconocidas y fatales como la lepra, «la marca de la Bestia». London enmarca en esta atmósfera crepuscular un dramático recuento de pérdidas y supervivencias, de cruciales reconocimientos afrontados con valor o con cobardía, pues «no es bueno para nadie tener que verse como realmente es, como tampoco es posible verse así durante mucho tiempo y sobrevivir a la experiencia». Con su particular versión naturalista del exotismo romántico, estos relatos ofrecen nuevas perspectivas de la siempre heroica literatura de su autor.La casa del orgullo (1909) están situados en las islas Hawai, donde «la tierra y el mar respiran por turno». Sin embargo, en este paraíso de «Junos madurando al sol» y «bronceados Apolos», el hombre blanco ha propagado «la palabra de Dios» y «la palabra del Ron», ha introducido un rígido sistema de explotación económica y de segregación racial, y ha traído, sobre todo, enfermedades desconocidas y fatales como la lepra, «la marca de la Bestia». London enmarca en esta atmósfera crepuscular un dramático recuento de pérdidas y supervivencias, de cruciales reconocimientos afrontados con valor o con cobardía, pues «no es bueno para nadie tener que verse como realmente es, como tampoco es posible verse así durante mucho tiempo y sobrevivir a la experiencia». Con su particular versión naturalista del exotismo romántico, estos relatos ofrecen nuevas perspectivas de la siempre heroica literatura de su autor.Con su particular versión naturalista del exotismo romántico, estos relatos ofrecen nuevas perspectivas de la siempre heroica literatura de su autor. Más información
  5. Para mayores de cuarenta

    COP $ 52.000
    «Hacia 1922 dice Willa Cather en el preámbulo de este libro el mundo se partió en dos»: la Primera Guerra Mundial había marcado un antes y un después en la historia de la cultura occidental, y hacia «los siete mil años del ayer», y para los «rezagados» en esos años, quiso dirigir la autora los recuerdos, impresiones y ensayos de Para mayores de cuarenta (1936). Esbozos de teoría de la novela y aproximaciones críticas a la obra de escritores como Thomas Mann o Katherine Mansfield alternan en esta colección con semblanzas de nobles y antiguas mujeres a las que conoció y que, por su «verdadero genio de supervivientes», recuerdan a las heroínas de sus novelas: madame Caroline Grout, la sobrina de Flaubert, a quien éste dedicó algunas de sus más célebres y tiernas cartas; la señora Fields, viuda de un editor de Boston, que vivió lo suficiente para conocer a Shelley y a los cubistas; y Sarah Orne Jewett, la escritora de Maine, que «se conformaba con pasar desapercibida, si con ello podía seguir siendo ella misma». Una defensa a ultranza de la personalidad y de la experiencia, de la imbricación entre literatura y vida, caracteriza estas páginas breves, melancólicas e intensas, de un lirismo y una imaginación excepcionales. Más información