Infantil

Por más sortilegios que haga la brujita del pan «pringao», nadie se la toma en serio. ¡Es que es una niña demasiado bonita para ser bruja! Si tuviese una nariz larga y perdiese algunos dientes... Cuando usa su magia, también pone en marcha travesuras muy divertidas, pero ni siquiera así la creen los niños del vecindario. ¿Podrá finalmente encontrar la fórmula para parecer una verdadera bruja?

El miedo se esconde en una habitación del pasillo. Y sale, se estira, repta por la casa, cuando oscurece, o cuando estás sola. Ya puedes esconderte, que el miedo te encontrará. Pero el miedo no es malo, o no del todo.

Había una vez un pobre granjero que perdió todos sus animales. Cuando estaba a punto de vender la granja, un enano le regaló ¡una gallina que ponía huevos de oro! ¿será posible hacerse rico?

Érase una vez un saxofonista que llegó a Hamelín buscando al famoso flautista. Cuando se encontraron, el flautista le explicó cómo ahuyentó a los ratones. ¡El saxofonista no se lo podía creer!

El lobo de este cuento es un poco patoso: ¿cómo es posible que unas simples gotas para los ojos arruinen su plan para comerse a Caperucita? Y es que el trabajo de lobo ya no es lo que era...

Érase una vez un hombre que heredó un gato pelirrojo. ¿Para qué lo quería, si en su casa no había ni ratones? Pero el gato le dijo que, con unas botas y un saco, lo convertiría en un hombre rico. ¿Cómo podría hacerlo?

siete cabritas querían comer chocolate, pero su madre no las dejaba. les gustaba tanto que hasta plantaron cara  al lobo cuando este intentó devorarlas. ¿cómo comerían chocolate?