Detalles
Adrian Ross, se dedicó principalmente a escribir libretos de ópera y a producir espectáculos musicales y satíricos. A pesar de ser su única obra de ficción, , publicada en 1914, está considerada por los aficionados y especialistas como una de las obras cumbres de la literatura de «terror sobrenatural» (género que ha dado nombres tan destacados como Hodgson, Machen y Lovecraft), y es precisamente el hecho de ser autor de una sola obra de terror lo que explica que haya permanecido oculta para el gran público hasta que Ramsey Campbell la rescató del olvido. Aunque la obra está dedicada a su colega y amigo M.R. James, es más fácil asociarla con las atmósferas opresivas y angustiosas que acechan en las zonas oscuras de la realidad, tan características de Hodgson o H.P. Lovecraft, que con las eruditas excentricidades del gran maestro de la «ghost story». Ambientada en la Inglaterra dividida por las guerras religiosas del siglo XVII, la acción traslada a los lectores hasta el siniestro castillo del señor de Deeping Hold situado en una zona de marismas donde se abre un agujero que la superstición popular conecta con el infierno, en cuyo interior los protagonistas de este drama tenebroso quedan aislados por el avance de un «ente» indefinido y abominable.El agujero del infierno, publicada en 1914, está considerada por los aficionados y especialistas como una de las obras cumbres de la literatura de «terror sobrenatural» (género que ha dado nombres tan destacados como Hodgson, Machen y Lovecraft), y es precisamente el hecho de ser autor de una sola obra de terror lo que explica que haya permanecido oculta para el gran público hasta que Ramsey Campbell la rescató del olvido. Aunque la obra está dedicada a su colega y amigo M.R. James, es más fácil asociarla con las atmósferas opresivas y angustiosas que acechan en las zonas oscuras de la realidad, tan características de Hodgson o H.P. Lovecraft, que con las eruditas excentricidades del gran maestro de la «ghost story». Ambientada en la Inglaterra dividida por las guerras religiosas del siglo XVII, la acción traslada a los lectores hasta el siniestro castillo del señor de Deeping Hold situado en una zona de marismas donde se abre un agujero que la superstición popular conecta con el infierno, en cuyo interior los protagonistas de este drama tenebroso quedan aislados por el avance de un «ente» indefinido y abominable.
Adrian Ross
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Noticia sobre el autor
I. Del mensajero que llegó hasta mí desde Marsham
II. De nuestro viaje a Marsham y lo que encontramos allí
III. De mi travesía hasta Deeping Hold
IV. De mi embajada y cómo me fue
V. De la señorita Rosamund Fanshawe y mi conversación con ella
VI. Del final de Maese Eldad Pentry
VII. De nuestro regreso y el entierro de nuestros muertos
VIII. De mi conversación con la italiana y de ciertos hombres que fueron a pescar
IX. Del sacrificio del ave negra
X. De mi asalto de esgrima con el Conde y de la noche después
XI. De la disputa entre el Conde y el sueco y de cómo acabó
XII. Del charco que se arrastraba
XIII. Del corredor que no tenía fin
XIV. De la mancha en la pared y de la ola que llegó del mar
XV. De las ocupaciones de la mujer italiana
XVI. Del fin de Deeping Hold