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- Casa editorial: Alba Editorial
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La estepa - En el barranco
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COP $ 79.000El viaje de un niño de nueve años a través de la estepa ucraniana, rumbo al instituto en que habrá de cursar sus primeros estudios, dibuja la línea argumental de (1888), la novela corta que proporcionó a Chéjov reconocimiento y que le convirtió en un escritor de éxito. Compañías, incidencias y paisaje formanen ella un todo indivisible, compacto pero sutil, que parece alcanzar sin esfuerzo el mayor objetivo de la tradición realista: captar una realidad que se dibuja así misma, sin tramas obvias ni imposiciones formales. Del mismo modo, en el grotesco y trágico cuadro de familia que ofrece (1900), donde el adulterio alterna con el asesinato y los más variados delitos, una impresión de fluidez conseguida sin esfuerzo caracteriza el relato de principio a fin. Estas dos narraciones son un magnífico ejemplo del arte de Chéjov, cuya influencia se dejó notar inmediatamente en sus contemporáneos y que aún hoy sigue vigente en modernas tendencias como el minimalismo y el realismo sucio. La estepa (1888), la novela corta que proporcionó a Chéjov reconocimiento y que le convirtió en un escritor de éxito. Compañías, incidencias y paisaje formanen ella un todo indivisible, compacto pero sutil, que parece alcanzar sin esfuerzo el mayor objetivo de la tradición realista: captar una realidad que se dibuja así misma, sin tramas obvias ni imposiciones formales. Del mismo modo, en el grotesco y trágico cuadro de familia que ofrece (1900), donde el adulterio alterna con el asesinato y los más variados delitos, una impresión de fluidez conseguida sin esfuerzo caracteriza el relato de principio a fin. Estas dos narraciones son un magnífico ejemplo del arte de Chéjov, cuya influencia se dejó notar inmediatamente en sus contemporáneos y que aún hoy sigue vigente en modernas tendencias como el minimalismo y el realismo sucio.en ella un todo indivisible, compacto pero sutil, que parece alcanzar sin esfuerzo el mayor objetivo de la tradición realista: captar una realidad que se dibuja así misma, sin tramas obvias ni imposiciones formales. Del mismo modo, en el grotesco y trágico cuadro de familia que ofrece (1900), donde el adulterio alterna con el asesinato y los más variados delitos, una impresión de fluidez conseguida sin esfuerzo caracteriza el relato de principio a fin. Estas dos narraciones son un magnífico ejemplo del arte de Chéjov, cuya influencia se dejó notar inmediatamente en sus contemporáneos y que aún hoy sigue vigente en modernas tendencias como el minimalismo y el realismo sucio.Del mismo modo, en el grotesco y trágico cuadro de familia que ofrece (1900), donde el adulterio alterna con el asesinato y los más variados delitos, una impresión de fluidez conseguida sin esfuerzo caracteriza el relato de principio a fin. Estas dos narraciones son un magnífico ejemplo del arte de Chéjov, cuya influencia se dejó notar inmediatamente en sus contemporáneos y que aún hoy sigue vigente en modernas tendencias como el minimalismo y el realismo sucio.En el barranco (1900), donde el adulterio alterna con el asesinato y los más variados delitos, una impresión de fluidez conseguida sin esfuerzo caracteriza el relato de principio a fin. Estas dos narraciones son un magnífico ejemplo del arte de Chéjov, cuya influencia se dejó notar inmediatamente en sus contemporáneos y que aún hoy sigue vigente en modernas tendencias como el minimalismo y el realismo sucio. Más informaciónLa flecha de oro
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COP $ 102.000Definida por su autor como la historia de una iniciación a «la vida de la pasión», (1919) es una de las últimas obras de Joseph Conrad. A partir del recuerdo de sus inicios como marino y sobre el telón de fondo de la tercera guerra carlista, Conrad relata aquí el encuentro en Marsella de un «joven Ulises», aún ignorante «no tanto de lo que la vida puede depararnos [...], sino de lo que la vida contiene en realidad», con una dama vasca, doña Rita, rica y bella viuda de un pintor parisino, por quien los hombres confabulan, enloquecen y se baten. Uno de esos hombres ha sido el mismo pretendiente don Carlos de Barban; otro será el héroe sin nombre de la novela, que se embarca, por una causa en la que no cree, «con una suerte de desesperación obstinada y sin remedio, como un hombre aceptablemente honrado que se diera a la bebida», en una peligrosa aventura de contrabando de armas. El entorno fanático y conspirador de doña Rita depara grotescas revelaciones al joven marino, que de la vida apenas conoce «problemas concretos» y «hombres sencillos», y que se ve abocado a un mundo donde de poco le sirve su experiencia con «las fuerzas elementales de la naturaleza». La flecha de oro es una sutil, alambicada, sardónica novela de aprendizaje, construida, como tantas de Conrad, sobre el umbral de una nueva existencia más «informada», pero también más amarga.La flecha de oro (1919) es una de las últimas obras de Joseph Conrad. A partir del recuerdo de sus inicios como marino y sobre el telón de fondo de la tercera guerra carlista, Conrad relata aquí el encuentro en Marsella de un «joven Ulises», aún ignorante «no tanto de lo que la vida puede depararnos [...], sino de lo que la vida contiene en realidad», con una dama vasca, doña Rita, rica y bella viuda de un pintor parisino, por quien los hombres confabulan, enloquecen y se baten. Uno de esos hombres ha sido el mismo pretendiente don Carlos de Barban; otro será el héroe sin nombre de la novela, que se embarca, por una causa en la que no cree, «con una suerte de desesperación obstinada y sin remedio, como un hombre aceptablemente honrado que se diera a la bebida», en una peligrosa aventura de contrabando de armas. El entorno fanático y conspirador de doña Rita depara grotescas revelaciones al joven marino, que de la vida apenas conoce «problemas concretos» y «hombres sencillos», y que se ve abocado a un mundo donde de poco le sirve su experiencia con «las fuerzas elementales de la naturaleza». La flecha de oro es una sutil, alambicada, sardónica novela de aprendizaje, construida, como tantas de Conrad, sobre el umbral de una nueva existencia más «informada», pero también más amarga.Uno de esos hombres ha sido el mismo pretendiente don Carlos de Barban; otro será el héroe sin nombre de la novela, que se embarca, por una causa en la que no cree, «con una suerte de desesperación obstinada y sin remedio, como un hombre aceptablemente honrado que se diera a la bebida», en una peligrosa aventura de contrabando de armas. El entorno fanático y conspirador de doña Rita depara grotescas revelaciones al joven marino, que de la vida apenas conoce «problemas concretos» y «hombres sencillos», y que se ve abocado a un mundo donde de poco le sirve su experiencia con «las fuerzas elementales de la naturaleza». La flecha de oro es una sutil, alambicada, sardónica novela de aprendizaje, construida, como tantas de Conrad, sobre el umbral de una nueva existencia más «informada», pero también más amarga.La flecha de oro es una sutil, alambicada, sardónica novela de aprendizaje, construida, como tantas de Conrad, sobre el umbral de una nueva existencia más «informada», pero también más amarga. Más informaciónLa fortuna de los Rougon - La jauría
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COP $ 132.000A los veintiocho años, la lectura entusiasta de la comedia humana y el prolongado interés por la fisiología condujo a Émile Zola a concebir el proyecto del ciclo novelístico de Los Rougon-Macquart, «historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio». Lo que Balzac había hecho con la Francia de la Restauración borbónica se proponía él hacerlo con la de Luis Napoleón III (1851-1870), ateniéndose al principio de herencia, analizando la movilidad social de las generaciones de una misma familia, y tratando sus pasiones desde una óptica científica y racionalista. En 1871 inició esta magnífica saga con dos novelas, y. La primera de ellas establece los orígenes de la familia, la rama legítima (los Rougon) y la ilegítima (los Macquart), en una pequeña ciudad provenzal, Plassans, inspirada en Aix-en-Provence. Los preparativos del golpe de Estado de Luis Napoleón y su victoria final sirven de medio para las ambiciones y el ascenso de los Rougon y suponen el silenciamiento de los Macquart, uno de cuyos miembros, el joven e idealista Silvère, es el único en guardar fidelidad a la República. En , ambientada en el París de la revolución urbanística del barón Haussmann, Aristide Rougon triunfa en la especulación inmobiliaria y su hijo Maxime, un joven Narciso, se convierte en un galán de moda. A su lado, sólo Renée, la madrastra de Maxime, que revive en sus amores, incestuosos la tragedia de Fedra, comprenderá el mito del dinero y su cáustico efecto de hastío y deshumanización.La fortuna de los Rougon y. La primera de ellas establece los orígenes de la familia, la rama legítima (los Rougon) y la ilegítima (los Macquart), en una pequeña ciudad provenzal, Plassans, inspirada en Aix-en-Provence. Los preparativos del golpe de Estado de Luis Napoleón y su victoria final sirven de medio para las ambiciones y el ascenso de los Rougon y suponen el silenciamiento de los Macquart, uno de cuyos miembros, el joven e idealista Silvère, es el único en guardar fidelidad a la República. En , ambientada en el París de la revolución urbanística del barón Haussmann, Aristide Rougon triunfa en la especulación inmobiliaria y su hijo Maxime, un joven Narciso, se convierte en un galán de moda. A su lado, sólo Renée, la madrastra de Maxime, que revive en sus amores, incestuosos la tragedia de Fedra, comprenderá el mito del dinero y su cáustico efecto de hastío y deshumanización. La jauría. La primera de ellas establece los orígenes de la familia, la rama legítima (los Rougon) y la ilegítima (los Macquart), en una pequeña ciudad provenzal, Plassans, inspirada en Aix-en-Provence. Los preparativos del golpe de Estado de Luis Napoleón y su victoria final sirven de medio para las ambiciones y el ascenso de los Rougon y suponen el silenciamiento de los Macquart, uno de cuyos miembros, el joven e idealista Silvère, es el único en guardar fidelidad a la República. En , ambientada en el París de la revolución urbanística del barón Haussmann, Aristide Rougon triunfa en la especulación inmobiliaria y su hijo Maxime, un joven Narciso, se convierte en un galán de moda. A su lado, sólo Renée, la madrastra de Maxime, que revive en sus amores, incestuosos la tragedia de Fedra, comprenderá el mito del dinero y su cáustico efecto de hastío y deshumanización.La primera de ellas establece los orígenes de la familia, la rama legítima (los Rougon) y la ilegítima (los Macquart), en una pequeña ciudad provenzal, Plassans, inspirada en Aix-en-Provence. Los preparativos del golpe de Estado de Luis Napoleón y su victoria final sirven de medio para las ambiciones y el ascenso de los Rougon y suponen el silenciamiento de los Macquart, uno de cuyos miembros, el joven e idealista Silvère, es el único en guardar fidelidad a la República. En , ambientada en el París de la revolución urbanística del barón Haussmann, Aristide Rougon triunfa en la especulación inmobiliaria y su hijo Maxime, un joven Narciso, se convierte en un galán de moda. A su lado, sólo Renée, la madrastra de Maxime, que revive en sus amores, incestuosos la tragedia de Fedra, comprenderá el mito del dinero y su cáustico efecto de hastío y deshumanización.La jauría, ambientada en el París de la revolución urbanística del barón Haussmann, Aristide Rougon triunfa en la especulación inmobiliaria y su hijo Maxime, un joven Narciso, se convierte en un galán de moda. A su lado, sólo Renée, la madrastra de Maxime, que revive en sus amores, incestuosos la tragedia de Fedra, comprenderá el mito del dinero y su cáustico efecto de hastío y deshumanización. Más informaciónLa granja de cadáveres
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COP $ 93.000La necesidad de encontrar respuestas científicas al comportamiento de la muerte llevó al doctor Bill Bass a crear el laboratorio más extraño del que se tenga noticia, hoy ya célebre gracias a una novela de Patricia Cornwell: una granja en Tenuessee, donde se descomponen cadáveres al aire libre, con la colaboración natural de bacterias e insectos, a fin de analizar y obtener datos objetivos e inapelables que puedan servir en los tribunales de justicia para determinar, no sólo el momento en que se produjo la muerte, sino las causas y el tiempo transcurrido desde que una persona es asesinada y el hallazgo del cadáver, en muchos casos reducido a un montón de cenizas. Pero la Granja de Cadáveres no es sólo una serie de lecciones magistrales sobre técnicas forenses; es la historia del descubrimiento de una disciplina y de su aplicación en casos concretos (asesinatos en serie, pasionales o fríamente calculados), narrados con todos los pormenores y la intriga de la investigación policial, en la mejor tradición de la novela negra. Con apasionante minuciosidad científica, atenuada por buenas dosis de humor, este libro es una guía a un mundo donde la elocuencia de los cadáveres es tan insospechada y fascinante como la más vertiginosa biografía. Nota: contiene fotografías en blanco y negro, impresas en papel esmaltado.Nota: contiene fotografías en blanco y negro, impresas en papel esmaltado. Más informaciónLa imaginación literaria. Escritos de biogra...
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COP $ 97.000Junto a su faceta como novelista, sin duda la más conocida, Henry James se dedicó ampliamente a lo largo de su vida a la crítica literaria y el ensayo. De entre la amplísima producción que cabría etiquetar como «crítica literaria» se han seleccionado en este volumen, en una primera sección titulada «Biografía literaria», algunas cartas y escritos autobiográficos que muestran el estilo de su escritura y los impulsos y vivencias que le acompañaron toda la vida, y se plasmaron en sus novelas más conocidas. En una segunda parte, titulada «Arte de leer», se recogen críticas de escritores, mayoritariamente contemporáneos suyos, en las que de una forma siempre incisiva y directa analiza el panorama de la literatura y las pretensiones de cada autor. Por último, bajo el epígrafe «Crítica y ficción», se presentan los ensayos más directamente teóricos que Henry James escribió sobre la novela, la crítica, el oficio de escritor y el arte de la ficción.De entre la amplísima producción que cabría etiquetar como «crítica literaria» se han seleccionado en este volumen, en una primera sección titulada «Biografía literaria», algunas cartas y escritos autobiográficos que muestran el estilo de su escritura y los impulsos y vivencias que le acompañaron toda la vida, y se plasmaron en sus novelas más conocidas. En una segunda parte, titulada «Arte de leer», se recogen críticas de escritores, mayoritariamente contemporáneos suyos, en las que de una forma siempre incisiva y directa analiza el panorama de la literatura y las pretensiones de cada autor. Por último, bajo el epígrafe «Crítica y ficción», se presentan los ensayos más directamente teóricos que Henry James escribió sobre la novela, la crítica, el oficio de escritor y el arte de la ficción. Más informaciónLa inquilina de Wildfell Hall
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COP $ 118.000Tras muchos años de abandono, la ruinosa mansión de Wildfell Hall es habitada de nuevo por una misteriosa mujer y su hijo de corta edad. La nueva inquilina una viuda, al parecer no tarda, con su carácter retraído y poco sociable, sus opiniones a menudo radicales y su extraña, triste belleza, en atraer las sospechas de la vecindad, y a la vez la rendida admiración de un joven e impetuoso agricultor. Pero la mujer tiene, en efecto, un pasado... más terrible y tortuoso si cabe de lo que la peor de las murmuraciones es capaz de adivinar. (1848), segunda y última novela de fume Brontë, une al bello relato de un amor prohibido e invernal el retrato intensísimo del fracaso de un matrimonio degradado por el abuso y la violencia, descrito «con una predilección morbosa por lo grosero, cuando no brutal» que escandalizó y repugnó a sus contemporáneos. De hecho, todavía hoy, la dureza, audacia y auténtico rigor de esta novela siguen siendo igual de sorprendentes y desafiantes.La inquilina de Wildfell Hall (1848), segunda y última novela de fume Brontë, une al bello relato de un amor prohibido e invernal el retrato intensísimo del fracaso de un matrimonio degradado por el abuso y la violencia, descrito «con una predilección morbosa por lo grosero, cuando no brutal» que escandalizó y repugnó a sus contemporáneos. De hecho, todavía hoy, la dureza, audacia y auténtico rigor de esta novela siguen siendo igual de sorprendentes y desafiantes. Más informaciónPáginas autobiográficas
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COP $ 85.000A instancias del editor de sus , Turguéniev compuso esta serie de , que se publicaron entre 1869 y 1883 y donde, sin «propósito de unidad externa, de narración consecutiva», en «capítulos aislados de mis recuerdos», reconstruía episodios e impresiones de su vida siempre inquieta e itinerante. Desde semblanzas de grandes figuras de los círculos culturales rusos (Gógol, Pushkin, Lérmontov, el pintor Ivánov o el crítico Belinski) hasta testimonios de acontecimientos históricos como la revolución de 1848 en las calles de París o la ejecución de un condenado a muerte, pasando por recuerdos estrictamente personales (un naufragio en su juventud, la polémica recepción de alguna de" sus novelas), estas Páginas constituyen un admirable tejido de vivencias y reflexiones tan francas como sutiles, y tienen en ocasiones, como en el magnífico capítulo «El hombre de las lentes grises», la textura de la mejor ficción. Personajes de una oscuridad diabólica o heroica, celebridades indiscutidas o discutibles, y sucesos cuya envergadura siempre parece estar más allá de sí mismos son tratados con honradez intelectual y mano de estilista. Completa el volumen el ensayo «Hamlet y Don Quijote», una de las más célebres piezas de Turguéniev. Obras completas, Turguéniev compuso esta serie de , que se publicaron entre 1869 y 1883 y donde, sin «propósito de unidad externa, de narración consecutiva», en «capítulos aislados de mis recuerdos», reconstruía episodios e impresiones de su vida siempre inquieta e itinerante. Desde semblanzas de grandes figuras de los círculos culturales rusos (Gógol, Pushkin, Lérmontov, el pintor Ivánov o el crítico Belinski) hasta testimonios de acontecimientos históricos como la revolución de 1848 en las calles de París o la ejecución de un condenado a muerte, pasando por recuerdos estrictamente personales (un naufragio en su juventud, la polémica recepción de alguna de" sus novelas), estas Páginas constituyen un admirable tejido de vivencias y reflexiones tan francas como sutiles, y tienen en ocasiones, como en el magnífico capítulo «El hombre de las lentes grises», la textura de la mejor ficción. Personajes de una oscuridad diabólica o heroica, celebridades indiscutidas o discutibles, y sucesos cuya envergadura siempre parece estar más allá de sí mismos son tratados con honradez intelectual y mano de estilista. Completa el volumen el ensayo «Hamlet y Don Quijote», una de las más célebres piezas de Turguéniev. Páginas autobiográficas, que se publicaron entre 1869 y 1883 y donde, sin «propósito de unidad externa, de narración consecutiva», en «capítulos aislados de mis recuerdos», reconstruía episodios e impresiones de su vida siempre inquieta e itinerante. Desde semblanzas de grandes figuras de los círculos culturales rusos (Gógol, Pushkin, Lérmontov, el pintor Ivánov o el crítico Belinski) hasta testimonios de acontecimientos históricos como la revolución de 1848 en las calles de París o la ejecución de un condenado a muerte, pasando por recuerdos estrictamente personales (un naufragio en su juventud, la polémica recepción de alguna de" sus novelas), estas Páginas constituyen un admirable tejido de vivencias y reflexiones tan francas como sutiles, y tienen en ocasiones, como en el magnífico capítulo «El hombre de las lentes grises», la textura de la mejor ficción. Personajes de una oscuridad diabólica o heroica, celebridades indiscutidas o discutibles, y sucesos cuya envergadura siempre parece estar más allá de sí mismos son tratados con honradez intelectual y mano de estilista. Completa el volumen el ensayo «Hamlet y Don Quijote», una de las más célebres piezas de Turguéniev. Más informaciónPaludes
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COP $ 59.000El narrador de Paludes (1895) lleva un diario para consignar cuanto ha hecho y una agenda para someterse a la disciplina de lo que debe hacer; entre una cosa y otra escribe un libro, titulado Paludes, cuyo héroe, el Títiro de las Bucólicas, vive en una apartada y serena ociosidad. Paludes es el territorio del tiempo perdido, de la inactividad gozosa, pero también del paludismo, de la enfermedad; y su creador se debate, al contrario que su héroe, entre las incitaciones y las paradojas de una vida dirigida a lo imprevisto, o de otra definida por la monotonía y la repetición... que acaso puedan ser la misma. Frente a él, un círculo bullicioso de confidentes, padres de familia, literatos, cazadores de panteras y socios de cuatro compañías industriales forma el contrapunto de su soledad y sus desvelos. Vista en su día como un roman à clef sobre la sociedad literaria del momento, deliberadamente ajena a las corrientes del naturalismo y el simbolismo, esta temprana obra de André Gide ya fue saludada por J.-K. Huysmanns como un signo de crisis en la estética de la novela: a partir de ella, dijo, «está todo por hacer». El mismo Gide confesaría, al releerla en 1932, haberse sentido épaté. Hoy R. Barthes ha destacado su absoluta «modernidad», y en pleno fervor de la metaliteratura, tiene un valor de precedente sólido e innegable.Frente a él, un círculo bullicioso de confidentes, padres de familia, literatos, cazadores de panteras y socios de cuatro compañías industriales forma el contrapunto de su soledad y sus desvelos. Vista en su día como un roman à clef sobre la sociedad literaria del momento, deliberadamente ajena a las corrientes del naturalismo y el simbolismo, esta temprana obra de André Gide ya fue saludada por J.-K. Huysmanns como un signo de crisis en la estética de la novela: a partir de ella, dijo, «está todo por hacer». El mismo Gide confesaría, al releerla en 1932, haberse sentido épaté. Hoy R. Barthes ha destacado su absoluta «modernidad», y en pleno fervor de la metaliteratura, tiene un valor de precedente sólido e innegable. Más informaciónPara mayores de cuarenta
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COP $ 52.000«Hacia 1922 dice Willa Cather en el preámbulo de este libro el mundo se partió en dos»: la Primera Guerra Mundial había marcado un antes y un después en la historia de la cultura occidental, y hacia «los siete mil años del ayer», y para los «rezagados» en esos años, quiso dirigir la autora los recuerdos, impresiones y ensayos de Para mayores de cuarenta (1936). Esbozos de teoría de la novela y aproximaciones críticas a la obra de escritores como Thomas Mann o Katherine Mansfield alternan en esta colección con semblanzas de nobles y antiguas mujeres a las que conoció y que, por su «verdadero genio de supervivientes», recuerdan a las heroínas de sus novelas: madame Caroline Grout, la sobrina de Flaubert, a quien éste dedicó algunas de sus más célebres y tiernas cartas; la señora Fields, viuda de un editor de Boston, que vivió lo suficiente para conocer a Shelley y a los cubistas; y Sarah Orne Jewett, la escritora de Maine, que «se conformaba con pasar desapercibida, si con ello podía seguir siendo ella misma». Una defensa a ultranza de la personalidad y de la experiencia, de la imbricación entre literatura y vida, caracteriza estas páginas breves, melancólicas e intensas, de un lirismo y una imaginación excepcionales. Más informaciónParís era ayer (1925-1939)
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COP $ 113.000Janet Flanner forma parte del grupo de escritoras norteamericanas que poblaron la Orilla Izquierda a partir de la década de 1920, figuras como Gertrude Stein o Djuna Barnes con las que ella compartiría amistad y experiencias, así como un lesbianismo apenas velado. El suyo es el testimonio de una mujer que completa, o contradice, la mirada de otros escritores de la «generación perdida» que participaron en lo que Hemingway gran amigo también de Flanner describió en su novela Paris era una fiesta. Entre 1925 y 1975 Janet Flanner escribió quincenalmente una columna para la revista The New Yorker con el título de «Carta desde París». París era ayer es una antología de los artículos escritos entre 1925 y 1939, que tratan con la misma elocuencia el arte de Isadora Duncan, los escándalos financieros o la llegada de Lindbergh que la muerte de personajes como Ravel, Clemenceau o Marie Curie. Preservan, con la vividez de lo inmediato, «la melodía de una era», el apasionante mundo del París de entreguerras, contado desde dentro y de forma directa: desde la crónica ligera o irónica hasta la constatación, con el éxodo de los republicanos españoles o el inicio de la segunda Guerra Mundial, de que París, como quintaesencia de una determinada idea de civilización, era un símbolo en trance de destrucción.París era ayer es una antología de los artículos escritos entre 1925 y 1939, que tratan con la misma elocuencia el arte de Isadora Duncan, los escándalos financieros o la llegada de Lindbergh que la muerte de personajes como Ravel, Clemenceau o Marie Curie. Preservan, con la vividez de lo inmediato, «la melodía de una era», el apasionante mundo del París de entreguerras, contado desde dentro y de forma directa: desde la crónica ligera o irónica hasta la constatación, con el éxodo de los republicanos españoles o el inicio de la segunda Guerra Mundial, de que París, como quintaesencia de una determinada idea de civilización, era un símbolo en trance de destrucción. Más información